sábado, 20 de febrero de 2016

Frases y Expresiones: Ir de picos pardos


Frases y Expresiones:

I.- Te pongo mirando a Cuenca
II.- Echar un polvo
III.- Mujer de bandera
IV.- Espaguetis a la Puttanesca
V.- Irse de picos pardos
VI.- Poner los cuernos (próximamente)

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"Irse de picos pardos"


Entre las frases y expresiones relacionadas con la sexualidad,'irse de picos pardos' quizá sea una de las más conocidas popularmente, no sólo por su extendido uso, sino también por su arraigo en el refranero español. Y es que esta expresión ya viene recogida en la edición de 1791 del Diccionario de la Academia definiéndola como "frase con la que se da a entender que alguno, pudiendo aplicarse a cosas útiles y provechosas, se entrega a las inútiles e insustanciales, por no trabajar y por andarse a la briba".


Hoy en día, usamos esta expresión como sinónimo de irse de juerga, o pasárselo bien, aunque en ciertos contextos mantiene su sentido original, ya que también puede referirse a salir de juerga con intenciones de ligar, o en otros contextos "irse de putas".

Aunque como en la mayoría de las frases y expresiones aquí recogidas, su origen es algo ambiguo. Especialmente en el cuándo, ya que como veremos todas las versiones parten de un mismo hecho, la diferenciación social de las prostitutas como origen de esta expresión.

La procuradora, Dirck van Baburen. 
1622. Museo de Bellas Artes, Boston.

Siglos XIV-XV: Faldas de 4 picos

La primera de estas teorías atribuye el origen de esta expresión a una costumbre que había entre las mujeres de la Baja Edad Media, ya que allá por los siglo XIV y XV, las mujeres solían vestir como falda un lienzo de forma cuadrangular, por lo que las faldas acababan con cuatro picos.

Si uno de estos picos estaba recogido significaba que la mujer era soltera y por lo tanto estaba permitido que un hombre se acercase a hablar con ella. La expresión surgió a causa de que las prostitutas llevarían recogidos uno de estos picos por un cintillo de color pardo, o como símbolo de diferenciación social llevaban cosido a uno de sus picos un trozo de tela de ese color.

Goya, Capricho 16.
Dios la perdone. Y era su madre.
Siglos XVI- XVII: Cintillos

Otros autores sitúan el origen de esta expresión durante el Siglo de Oro, ya que los estudiante de vida libertina solían acabar sus juergas con meretrices. Estas prostituas eran identificadas mediante un cintillo de color pardo situado sobre la falda.

Siglo XVIII: Mantos

Aunque para conocer la teoría más extendida sobre el origen de esta expresión, hay que viajar varios a la España Ilustrada del siglo XVIII, cuando bajo el reinado de Carlos III, se quiso diferenciar a las mujeres de vida licenciosa del resto de mujeres, por lo que se las obligó a usar un signo distintivo que evitase vergonzosas equivocaciones.

Por ello, se obligó a las meretrices a identificarse mediante un jubón o mantilla en que los picos fuesen de color pardo. Además, estas ordenanzas les prohibían utilizar prendas como sombrillas, guantes o cierto tipo de vestidos.

Pareja tocando música y procuradora, Dirck van Baburen.
Rijksmuseum, Ámsterdam.

Y como conclusión... un dato (no tan) sorprendente!

Como hemos podido ver, aunque las teorías varían en el tipo de prenda o la época donde se impuso esta obligación, todas comparten una mismo trasfondo, la diferenciación social de la prostituta frente al resto de mujeres.

Esto se hace más evidente, no sólo en la obligación de vestir unas determinadas prendas de color pardo, sino especialmente en la prohibición de vestir con otros elementos sólo permitidos a mujeres de limpia honra.

Aunque para sorpresas de muchos de nuestros lectores para encontrar el origen de esta costumbre tenemos que viajar, nada más y nada menos, que .... a la Antigua Roma!

Y es que fueron los romanos quienes primero prohibieron tanto a prostitutas como a adúlteras vestir la típica stola blanca, reservada sólo para las castas matronas romanas. Estando las meretrices romanas obligadas a vestir en la vía pública una túnica corta, y de color... ¿adivinan?

Sí!! de color pardo!!



Bibliografía

Poder y prostitución en Sevilla, (siglos XIV-XX), tomo I / Francisco Vázquez García, Andrés Moreno Mengíbar/Universidad de Sevilla, 1998 (2ª edición)

[En Internet]

 http://franciscojaviertostado.com/2013/04/08/edad-media-de-oficio-prostituta/

 http://personal.us.es/alporu/histsevilla/prostitucion_publica_justificacion.htm




domingo, 14 de febrero de 2016

Los Vikingos y el Sexo: Moral sexual vikinga.


Sexo y sexualidad en la Cultura Vikinga:
- Moral sexual vikinga
- Sexo, Religión y Magia en el mundo vikingo (próximamente)

Las fuentes

Uno de los principales obstáculos que nos encontramos al abordar el tema de la sexualidad en la cultura de los pueblos nórdicos es que éstos no tenían una cultura escrita en el sentido moderno de la palabra, ya que a pesar de contar con su propio alfabeto, las famosas runas, no tenían producción literaria propia.

Esto hace que la mayor parte de información sobre la cultura vikinga* provenga de fuentes indirectas, muchas de ellas de carácter anacrónico, y todos ellas, tantos cristianas como árabes, presentando la información de manera interesada, ya sea para mostrar las bondades del cristianismo frente al paganismo nórdico o para contraponer el mundo salvaje de los norteños frente al refinamiento y el grado de civilización alcanzado por la cultura árabe.

Para nuestra desgracia, toda información relativa al sexo o a la sexualidad de estos pueblos fue obviada en gran parte, especialmente entre los cronistas cristianos. Por lo que muchos de los datos sobre sus ritos y cultos han sido recogidos de manera parcial y sesgada, especialmente todo aquello relativo a la sexualidad.

No hay que olvidar que el proceso de cristanización de estas tierras fue realizado de manera gradual y muchas veces impuesto de manera violenta, por lo que poco a poco, los templos y ritos paganos fueron cayendo en el olvido o sobreviviendo en la clandestinidad, sobre todo en las zonas más rústicas.

Fragmento del Tapiz de Bayeux
 * Aunque hoy en día conocemos popularmente a estos pueblos con el nombre de 'vikingos', éste es un término que se refería sólamente a los guerreros que se lanzaban a una expedición, por lo que lo correcto sería hablar de pueblos nórdicos o germanos.


Moral Sexual

De manera general podemos decir que su moral sexual era bastante más abierta que la del resto de culturas europeas, cuyos prefectos morales ya estaban muy influenciados por las grandes religiones monoteístas. Sólo hay que echar un ojo a su mitología y a sus sagas, y veremos que el sexo está muy presente en ellos.

Para acercarnos a la imagen del sexo entre los antiguos vikingos, empezamos por uno de los relatos más famosos sobre su cultura, realizado por el diplomático árabe Ahmad Ibn Fadlan (quuién inspiró la famosa película 'El guerrero nº 13') que, enviado a las tierras del Volga, tuvo la mala suerte de toparse con una expedición vikinga. Su caravana fue apresada por los vikingos con los que no le quedó más remedio que convivir con ellos durante una de sus campañas de saqueo. Tiempo después, volvería a la ciudad de Bagdad, por aquellos días una de las ciudades más prósperas del mundo civilizado.

llustración de la expedición de Ibn Fadlan al norte de Europa. Museo Narod, Rusia.

Ibn Fadlan nos proporcionará sugerente información sobre el mundo de los vikingos, poniendo especial énfasis en aquellos aspectos culturales que más chocaban con el refinado y civilizado mundo árabe.

Si hacemos casos a las palabras de Ibn Fadlan, los vikingos tuvieron una noción bastante natural sobre el sexo, practicándolo de forma abierta, incluso delante de otras personas.

"En una sola de esas casas se reúnen diez y veinte personas, más o menos. Cada uno tiene un lecho en el que se sienta. Con ellos están bellas jóvenes esclavas destinadas a los mercaderes. Cada uno de ellos, ante los ojos de sus compañeros, tiene relaciones sexuales con su esclava. A veces todo un grupo de ellos se unen de esta manera, unos frente a otros. Si un mercader entra en ese momento para comprar a algunos de ellos una joven esclava y le encuentra cohabitando con ella, el hombre no se separa de ella antes de haber satisfecho su necesidad."

Como podemos ver, la poligamia estaba oficialmente permitida, ya que los hombres podían tener varias concubinas bajo su techo, estas concubinas por regla general era esclavas, aunque bajo este regimen de concubinato también podían unirse alguna mujer libre. La existencia de esta esclavitud de carácter sexual estuvo bastante generaliza dentro de la cultura vikinga, por lo que el comercio de esclavas alrededor de la cuenca del Volga fue un negocio muy próspero.

Más llamativo es lo que los cronistas normandos denominaron matrimonio 'more danico' (a la manera danesa), donde un hombre podían casarse oficalmente con dos mujeres y donde los hijos frutos de este segundo matrimonio eran cosiderados legítimos. Esta costumbre, a pesar del progresivo avance del cristiansmo, estuvo vigente durante varios siglos.

'La princesa capturada'

El papel de la mujer 

Dentro de la sociedad vikinga, donde la tribu y el clan seguían siendo de vital importancia, la mujer gozaba de un status quo similar al de los varones. A diferencia del resto de Europa, donde el papel social de la mujer se empequeñecía bajo el peso del cristianismo, en la sociedad vikinga la mujer tenía un rol activo y su figura era enormemente respetada. Se la consideraba 'la señora de la casa' (husfreya), por lo que mantenían el control de las propiedades sin necesidad de contar con el beneplácito de los marido

En cuanto a su rol sexual, la mujer gozaba de gran libertad, no era propiedad de su marido, incluso podía divorciarse esgrimiendo muy diversos motivos. Además la violación de una mujer libre era considerada una de las mayores afrentas dentro de la sociedad vikinga, por lo que era uno de los pocos delitos donde se contemplaba la pena de muerte.


Matrimonio

La edad permitida para contraer matrimonio estaba asociado con la primera menstruación, ya se consideraba a la mujer madura sexualmente. Por lo que la edad para el matrimonio solía ser durante la adolescencia, en torno a los 15 años.  Como la mayor parte de culturas del mundo, el concepto de virginidad, asocidado a la pureza, era muy importante, ya que se ponía en entredicho el honor y la honra de toda la familia.

A pesar de esa libertad de la mujer, el matrimonio no era cosa del amor ni del enamoramiento, por lo que la opinión de la mujer solía contar bien poco. El matrimonio era considerado como un negocio familiar, ya que lo que primaba a la hora de contraer nupcias era establecer alianzas familiares o mejorar económicamente la situación de ambas familias.

Según podemos extraer de las sagas nórdicas, una vez que un joven alcanzaba la madurez y se le consideraba preparado para gestionar su propia hacienda familiar, su padre le proponía escoger a una mujer para el matrimonio. A partir de ese momento, eran los padres de ambos jóvenes los que establecían una negociación, si el resultado era satisfactorio y llegaban a un acuerdo (dote, regalos, hacienda,...) se fijaba la fecha y el lugar de la boda.

Como vemos, el concepto de matrimonio por amor, no existía o al menos no era lo habitual, ya que muchas veces la mujer conocía a su futuro esposo el mismo día de la boda.

Divorcio

Esta paridad social entre hombres y mujeres tiene su mejor reflejo en el divorcio, ya que ambos miembros de la pareja podían solicitar el divorcio si consideraban que su matrimonio no era satisfactorio. Aunque normalmente, el uso del divorcio era exclusivo de las mujeres, ya que para los hombres el divorcio, al tener que devolver la dote, no les salía econonómicamente muy rentable.

Los motivos esgrimidos para solicitar el divorcio podían ser muy diversos: desde la falta de descencia, ya fuese por estirilidad o impotencia, por una mala gestión de la economía familiar, por malos tratos (considerado una ofensa muy grave) o incluso por insatisfacción sexual.

Una vez obtenido el divorcio, la mujer podía regresar al núcleo familiar o conservar su independencia y vivir de sus propias rentas, incluso podía llegar a contraer segundas nupcias.

Fotograma de la serie 'Vikings'


La homosexualidad en el mundo vikingo

Como en cualquier cultura del mundo, la homosexualidad también estuvo presente dentro del mundo vikingo. Aunque como la mayor parte de sociedades antigüas, tan preocupadas por la fertilidad y la prosperidad del grupo, del clan, el mayor problema de las conductas homosexuales era que no aportaban hijos al grupo, por lo que los hombres y mujeres que evitaban el matrimonio eran penalizados por la ley.

Con todo ello, sabemos que aunque la homosexualidad no estaba bien considerada, tampoco era considerada ni un tabú, ni un sacrilegio, ya que como hemos visto la moral sexual nórdica era mucho más laxa.

A esto hay que sumar que, como en la mayor parte de culturas guerreras y esclavistas, el concepto de homosexualidad moderno no existiese, siendo entendido mejor dentro del binomio: activo-pasivo. Es decir el sexo homosexual activo sería visto como un acto de dominación y de superioridad, mientras que lo vergonzoso sería el sexo pasivo, el ser sexualmente utilizado por otro hombre.

La propia lengua nórdica utilizaba el sustantivo 'ergi' o 'regi' cuyo significado más próximo sería impropio de hombres (afeminado) y se aplicaba en contextos de comportamiento sexual pasivo. Así en varios textos de naturaleza muy diversa (jurídicos, mitológicos,...) se hace referencia a este tipo de personas.

Chamanismo, lesbianismo y prostitución masculina

Algunos datos, como ya propusimos en este post, apuntan a que el chamanismo y cierta clase de sacerdotes estaban muy relacionados con la homosexualidad. Existiendo un cuerpo sacerdotal, vinculado al dios Freyr, que se vestía y peinaba como mujeres, teniendo un comportamiento afeminado (no propio de los hombres). Esta conexión entre magia y homosexualidad vendría confirmada por algunas leyendas del folklore germánico, donde vinculan las desviaciones sexuales con algún tipo de magia negra.

En cuanto a la homosexualidad femenina no hemos encontrado ninguna referencia, aunque suponemos que como en otras culturas tan dependientes de las fertilidad, una de las mayores afrentas era no aportar hijos a la sociedad, por lo que aunque a ciencia cierta el lesbianismo existió, el deber de cualquier mujer sería contraer matrimonio y aportar hijos a la sociedad.

El último testimonio que nos hablaría de la presencia de la homosexualidad en la cultura vikinga es el recogido en un breve cuento conservado en un manuscrito del siglo XIV,  donde aparece un término cuyo significado más próximo estaría vinculado con la prostitución masculina de carácter homosexual. Estos hombres, que sin lugar a dudas serían esclavos, tendrían una consideración social de lo más ínfima, y es que el propio texto dice que el pago de sus servicios era muy bajo. Con todo ello, su existencia vendría a confirmar que había una demanda de este tipo de servicios.



Bibliografía

Velasco, Manuel (2012) Breve Historia de los Vikingos (versión extendida), Ed. Nowtilus,

[En Internet]

Sobre la cultura vikinga en general contamos con dos magníficos portales:
- The Valkyries Vigil: http://thevalkyriesvigil.com/
- Ala de Cuervo: http://heathenpride-aladecuervo.blogspot.com.es

Sobre la homosexualidad:
- https://es.wikipedia.org/wiki/Ergi
- http://seidh.org/articles/sex-status-seidh/
- http://legacy.fordham.edu/halsall/pwh/gayvik.asp

domingo, 7 de febrero de 2016

Los Libertinos franceses


 "¡Imbéciles mortales!
¿Creéis realmente que podéis matar la pasión que la naturaleza ha puesto en vosotros?
Es la obra de Dios. Queréis destruir esas pasiones, embutirlas dentro de estrechos límites.
¡Locos!"
 -  Jean Baptiste Boyer d'Argens, Therese Philosophe (1748)

Si hablamos de libertinos franceses seguramente se nos vendrá a la mente alguna escena de la película 'Las amistades peligrosas', o la figura de personajes como el Marqués de Sade o Giacomo Casanova, incluso las personas de mente algo más calenturienta imaginarán lujuriosas reuniones de aristócratas franceses celebrando orgías bajo el resplandor de los candiles en un solitario castillo... pero dentro del pensamiento libertino también encontraremos a personajes de la talla de Diderot o Rousseau, que no dudaron en liderar un movimiento que pregonaba la libertad del hombre... y la libertad sexual iba a ser uno de sus frentes de batalla.

Protagonistas de la película 'Las amistades peligrosas'

Si el siglo XVI fue el siglo de los grandes descubrimiento en el campo de la física, donde gracias a personajes como Galileo, Descartes o Newton se dio el paso a un sistema de pensamiento mecanicista, el XVII será el siglo de la Razón, de la Ilustración, de donde surgirá un nuevo hombre empeñado en alcanzar la libertad, no sólo la libertad política, religiosa o social sino también la libertad de las mentes y de los cuerpos. Y para ello, deberá sondear en los límites de sus sentimientos pero también de sus pasiones.

El libertino será un hombre emancipado de los límites morales de la religión, si en el siglo XVII exigirá la libertad de pensamiento, en el siglo XVIII buscará la libertad del cuerpo.


Así pues encontraremos dos tipos de libertinos: aquellos de corte intelectual, que centraron sus esfuerzos en conseguir la victoria intelectual frente a la Iglesia, esgrimiendo la libertad de pensamiento frente al inmovilismo intelectual de la religión.
Desnudo en reposo, F. Boucher, 1751.
Museo Wallraf-Richartz, Colonia.

Y después, en los albores de la revolución francesa, aparecerá otro tipo de libertino, los 'libertinos carnales', poetas, aventureros, filósofos, aristócratas... que se entregarán a los placeres de la vida, buscando en el libertinaje y en el desenfreno sexual romper definitivamente cualquier barrera moral sobre la sexualidad humana, donde "siguiendo la estela de Epicuro, celebraron la materia, el cuerpo y la alegría"; tal y como los describe Michel Onfray en su obra 'Los libertinos barrocos'. 

Por lo que la lucha por la liberación sexual fue un arma más que esgrimir frente a la represión del Estado y de la Iglesia.

Los libertinos carnales

Será este segundo grupo de libertinos los que nos interese a nosotros, aquellos que en nombre de la moral natural se entregaron a los más lujuriosos placeres sexuales, librepensadores que no dudaron en trasgredir los dogmas establecidos y romper con las barreras morales dominantes.

Pero este fue un movimiento elitista, las clases medias y bajas siguieron siendo muy conservadoras, especialmente en todo lo relativo al terreno sexual, por lo que su liberación sexual no se produjo hasta bien entrado el siglo XX. 

De esta forma serán los nobles y los intelectuales los que encabezarán este movimiento de libertad sexual, un último canto del poder y del exceso de una aristocracia y de una nobleza que muy pronto verá cuestionada su posición ante el triunfo de la Revolución Francesa. Un triunfo que traerá consigo el protagonismo de la burguesía, la cual impondrá una nueva moral sexual, que desterrará cualquier tipo de sensualidad, y que impondrá una nueva ola de puritanismo, representado en la moral victoriana.

Por lo que nuestros protagonistas serán ‹‹los refinados, los aristócratas, los cortesanos [...] que parece caracterizar el siglo de los filósofos para hacer de él el de la pornografía y el erotismo›› en palabras de R. Muchembled.

La vida de un libertino (c. 1732-1735),  William Hogarth.
Sir John Soane's Museum, Londres.
Y nada mejor si queremos buscar una definición de este libertinaje que acudir a su máximo representante, el Marqués de Sade, quién dijo que el libertinaje “es un extravío de los sentidos que supone ir siempre más allá de todos los frenos, un desprecio soberano por cualquier tipo de prejuicio, el rechazo absoluto de toda forma de culto, el horror más profundo hacia las normas morales”.

Para comprender estas palabras de Sade y la actitud de estos libertinos recogemos el testimonio de Vázquez y Altarriba que en su obra 'La paradoja del libertino' dan respuesta al porqué de esa actitud: "Los libertinos partían de la idea de que todo ser humano es un ser sensual y, por consiguiente, un ser gozante, y que las educaciones religiosa y social han hecho de él un ser dolente. Devolverle su capacidad gozante constituye la labor esencial del libertino, que se ve a sí mismo, más que como un educador, como un anti-mesías venido a redimir a todos aquellos que pasan por la vida sin disfrutar de ella, sin conocer la naturaleza, sin conocer el universo, en suma, sin conocerse".

Por ello, algunos de estos libertinos no dudaron en romper con cualquier tipo de traba moral y adentrarse en sus límites, para inventariar casi con saber enciclopédico la naturaleza de la sexualidad humana, incluida sus perversiones más ocultas y secretas.

Viñeta del cómic, Casanova de Milo Manara.


La liberación sexual de la mujer

Una de las imágenes recurrentes cuando hablamos de los libertinos franceses es la de una reunión de ricos y aristócratas aprovechándose de jóvenes ingenuas, a las que someten a todo tipo de vejaciones...  Pero hay que recalcar que esta filosofía libertina también trajo consigo un paso más hacia la liberación sexual de la mujer.

Y es que en el siglo XVIII la condición social de la mujer aún venía marcada por la represión y el control de su sexualidad, la mujer debía refrenar sus impulsos y sus deseos, y la simple idea del goce sexual femenino estaba completamente vetada.

Los libertinos también se alzarán contra esta moral machista y controladora de la sexualidad de la mujer, la mujer dejará de ocupar un rol pasivo en cuanto a su sexualidad, el viejo mensaje de la iglesia de reducir el rol de la mujer a la maternidad quedará destruido por estos libertinos que nos mostrarán mujeres sexualmente activas, que gozan y viven una sexualidad abierta al placer y a la pasión.

Casanova, de Milo Manara.
Y si hay una persona que se preocupó en analizar el rol de la mujer en esta nueva sociedad ese fue el gran intelectual francés Diderot, quién expresó bien a las claras que la mujer, que cada mujer, era un ser lleno de deseos y placeres.

Así el enciclopedista francés consideraba que el deseo era un bien que todo ser humano tenía la obligación moral de experimentar, ya que las pasiones y los deseos reprimidos eran una fuente de infelicidad.

Para Diderot, que las mujeres no pudiesen experimentar el placer, tal como lo hacían los hombres, era una terrible tragedia, ya que la pasión y el deseo son parte de la condición humana.

"Muchas mujeres morirán sin haber experimentado la cúspide de la "volupté". [...] La mayor felicidad se les niega incluso en los brazos del hombre que adoran, pero nosotros podemos encontrarla junto a una mujer dócil que ni siquiera nos gusta"

Incluso era consciente de que para muchas mujeres el matrimonio no era un camino hacia la búsqueda de su placer sexual, sino que un nuevo foco de represión e insatisfacción sexual:

"He visto mujeres honestas estremecerse de horror cuando se les acercaba el marido; las he visto meterse en la bañera sin creerse nunca lo bastante limpias de la suciedad del deber [conyugal]"

Portada 'La Religiosa'
Sus dos obras más representativas en este aspecto fueron su ensayo sobre las mujeres ('Sur les femmes', 1772) una obra, que a pesar de arrastrar algunos tópicos tan machistas como el de la histeria femenina, conserva grandes dosis de feminismo, al hablar de la igualdad del hombre y la mujer, y de las desventajas de la mujer al nacer por el encorsamiento de la sociedad al que se ve sometida ("viven reducidas al silencio en la vida adulta").

Aunque sin duda su obra donde mejor refleja esta situación de la mujer es la novela 'La joven religiosa' (1761) que narra los problemas a los que se ve sometida una joven cuando es obligada a ingresar en un convento, una novela que se alza "contra las pasiones reprimidas y pervertidas por el dogma de la Iglesia, una magnífica metáfora de la desesperanza de una mujer en una sociedad represiva y patriarcal"


Los libertinos en el arte

La lucha de los libertinos franceses contra la moral eclesiástica se extendió a todos los campos, desde la filosofía hasta la política, por lo que el arte y la literatura también se pondrán al servicio del placer, el erotismo y la lujuria. Y es que, según se acrecentaba la represión sexual y la censura por parte del Estado se irá aumentando, al mismo tiempo, la producción artística de carácter erótico o pornográfico.

Por lo que durante este siglo disfrutaremos de una intensa producción literaria de carácter erótico que marcará definitivamente el devenir de este género literario hasta nuestros días, quedando como referencia obras tan famosas como 'Les bijoux Indiscrets' (1747) de Diderot, 'Thérèse Philosophe' (1748) de Boyer y auténticos clásicos de la literatura erótica como 'Fanny Hill' (1748) de John Cleland y las diversas obras del Marqués de Sade, 'Justine o los infortunios de la virtud' (1791), 'La filosofía en el tocador' (1795) o 'Las ciento veinte jornadas de Sodoma' (1904).

El anticleraquismo de esta literatura libertina se hace evidente en las continuas referencias sexuales relacionadas con el mundo de la Iglesia: curas depravados que se aprovechan de incautas jovencitas, monjas que alcanzan el éxtasis en brazos de un amante, escenas de sexo dentro de los muros de un convento,... todas estas imágenes suponían un ataque directo a la Iglesia, presentándola como un nido de vicio y corrupción, tan cínica y falsa, como la moral sexual imperante.

Las bañistas, Hean Honoré Fragonard.
Este mismo siglo verá como el mundo de la creación artística también vivirá un auge de la pintura de carácter erótico, los autores celebrarán el erotismo del cuerpo humano y su naturaleza sexual. Desde la visión sutil, elegante y discreta del arte Rococó, pasando por la sensualidad desbordante de Boucher o Fragonard, hasta llegar al arte más obsceno y lascivo de Thomas Rowlandson.

Cuadros llenos de sensualidad y erotismo, con mujeres voluptuosas, semidesnudas, llenas de luz y de color, obras realizadas al gusto y a los requerimientos de una sociedad caracterizada por su libertinaje al servicio del placer.

Así el genial pincel de Boucher nos presenta hermosas mujeres, sugerentes, lascivas, ofreciéndonos sus hermosos traseros, provocándonos con la mirada, invitándonos a sucumbir al placer...

Odalisca morena, F. Boucher, 1745.
Museo del Louvre.

Otra de las obras pictóricas cumbres del libertinismo es 'El cerrojo' de Fragonard, donde dos amantes apasionados buscan cerrar el cerrojo para entregarse a la pasión amatorio en el gran lecho que ocupa la parte central del cuadro. Un cuadro donde la luz se pone al servicio del erotismo.

El cerrojo, Jean Honoré Fragonard.
Museo del Louvre, París.

Conclusión

La historia de la sexualidad siempre ha venido marcada por grandes períodos de represión y censura, salpicados por momentos de liberación total de las pasiones, y estos libertinos franceses representan uno de estos períodos donde se rompe con la moral establecida para dar rienda suelta a la sexualidad natural del hombre.

Y es que estos hombres, y mujeres, vivieron a caballo entre dos épocas, entre el final del Antiguo Régimen y el inicio de la Edad Contemporánea, por lo que estos libertinos franceses representan el último canto de cisne de un grupo social caracterizado por sus privilegios, pero también por su frivolidad, por su exuberancia y por su libertad de pensamiento.

Por lo que esta explosión del gusto por expresar la sexualidad del ser humano sólo se pudo dar en ese período y en ese grupo social de intelectuales, librepensadores, filósofos, aristócratas.... ya que antes y después, el ser humano volverá a autoimponerse una estricta y rígida moral sexual...  Antes, con el control total de la moral sexual por parte de la Iglesia; después por el triunfo de la burguesía y la imposición de una nueva moral sexual, tan estricta (e hipócrita) como la ejercida anteriormente por la Iglesia.

Y es casualmente en esta era de la Razón, cuando el hombre se dejará imbuir por el lado más instintivo de la pasión, es en esta época de ansias de conocimiento cuando el hombre se atreverá a explorar un terreno vedado hasta entonces... la sexualidad humana. Por lo que la homosexualidad, la masturbación, el travestismo, o el sadomasoquismo se liberarán de la cárcel moral donde estaban ocultos y verán la luz gracias a estos libertinos franceses.

Este atrevimiento será pues su gran contribución a la historia de la sexualidad humana.

Bibliografía

Blom, P., Gente peligrosa. El radicalismo olvidado de la Ilustración europea, Anagrama, Barcelona, 2012.

Roudinesco, E.; Nuestro lado oscuro: Una historia de los perversos, Anagrama, 2009.

Vázquez, L. y Altarriba. A.; La paradoja del libertino: sobre "Las amistades peligrosas" y otras perversas relaciones dieciochescas, Liceus, 2008.

Alicia H. Puleo, J.A.N. de Caritat, Olympe de Gouges, La Ilustración olvidada: la polémica de los sexos en el siglo XVIII, Anthropos Editorial, 1993.

[En Internet]

Esteban, I.; Virtudes y perversiones de los libertinos, en
http://www.hoy.es/20090608/sociedad/virtudes-perversiones-libertinos-20090608.html

Historia crítica del libertinaje, en
http://www.revistaenie.clarin.com/literatura/Choderlos-de-Laclos-Godard-dAucour-Marques-de-Sade-Cuentos-y-relatos-libertinos_0_529147284.html

http://www.temporamagazine.com/una-ilustracion-cargada-de-razon-y-de-lujuria-2/

http://www.investigartes.com/inicio/index.php?option=com_content&view=article&id=90

lunes, 1 de febrero de 2016

Derecho de pernada: ¿mito o realidad?

El Derecho de Pernada: ¿mito o realidad?
- Pruebas documentales en la Península Ibérica (próximamente)
- Pruebas documentales en Europa (en preparación)

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El derecho de pernada

El derecho de pernada, también conocido por la expresión latina "Ius Primae Noctis", derecho a la primera noche, es uno de esos elementos característicos de la Edad Media donde mito y realidad se entremezclan, sin saber a ciencia cierta, si realmente existió este derecho como tal o era un pago simbólico en especies o dinero cuando un siervo contraía matrimonio dentro de las tierras de un señor, ya que ambas posturas pueden esgrimir argumentos, incluso documentos para demostrar o refutar dicho derecho.

Sea mito o realidad, lo que parece claro es que, en buena parte de la Europa feudal, los siervos debían pedir permiso a su señor para poder contraer matrimonio, lo que implicaba el pago de una tarifa, tanto al señor feudal como a la autoridad eclesiástica, a cambio de su autorización. Esta costumbre estaría mucho más arraigada en aquellos lugares donde el campesino estuviese adscrito a la tierra, ýa que un matrimonio podía significar el traslado del campesinado a otras tierras, por lo que la primera preocupación del señor era percibir una compensación económica por esta pérdida.

A día de hoy, la mayor parte de los historiadores medievalistas dan por hecho que el derecho de pernada es más un mito, o mejor dicho una invención, que una realidad histórica. Y hablamos de invención, porque como veremos a continuación, hubo diferentes grupos sociales a lo largo de la historia, que aludieron a este este derecho como medio de conseguir ciertos fines económicos o políticos.

Este es un dato que no nos debe sorprender, ya vimos como otro gran mito de la Edad Media, los cinturones de castidad, realmente nunca existieron en el medievo, siendo una invención posterior para desprestigiar la época que mejor representa el poder de la nobleza.

Por lo que la universalización de este "mito" como una verdad histórica se la debemos principalmente a los Ilustrados, que buscaron presentar este derecho como uno de los muchos abusos cometidos por la nobleza contra el pueblo llano. Además, Hollywood, como casi siempre, también ha contribuido a difundir este mito, siendo la película de Braveheart su exponente más significativo, y es que la película se inicia con una escena de una boda, donde la novia es forzada a "pasar la primera noche" con el noble de turno, por lo que nuestro protagonista, William Wallace, decide casarse en secreto para evitar que su reciente esposa sea objeto de ese mismo abuso.

Fotograma de la película 'Braveheart',
donde una novia es secuestrada el día de su boda por los soldados del noble.


Posturas Irreconciliables:

La escasez de fuentes medievales que mencionen directamente este derecho, así como la ambigüedad en el uso de diferentes términos relativos al derecho de pernada ha dado lugar a diferentes interpretaciones y posturas:
Coito, representado en el códice
medieval Tacuinum sanitatis.

a) Aquellos que defienden que es un derecho señorial como tal.

b) Aquellos investigadores que defienden que este derecho se refiere al pago simbólico de una tasa en especie o metálico al señor por parte de dos siervos que van a contraer nupcias como reconocimiento de su sumisión.

Con este pago se pone en evidencia ante toda la comunidad la preeminencia del poder señorial frente al familiar. Es decir, la mujer es esposa, pero ante todo es sierva, al igual que su marido, que debe resignarse al poder de su señor.

Este tipo de impuesto al matrimonio fue muy habitual en el norte de Europa, aunque en la Península Ibérica también contamos con algunos ejemplos como el 'Fuero de Gosol' de 1273, donde se dice: “Que nos den una pata, como ha sido costumbre hasta ahora".  El problema radica, en los casos donde la suma exigida es tan alta que es imposible pagar por parte del campesinado ¿Qué pasaba en esos casos? ¿el noble podía entonces ejercer su derecho de pernada?

c) La opinión mayoritaria dentro de los medievalistas es que esta expresión recoge de forma genérica aquellos abusos señoriales de índole sexual a los que estaban sometidos los siervos, donde los casos (frecuentes) de violación y/o abuso por parte de un señor a sus siervos quedaba sin castigo por la impunidad de la que gozaba la nobleza, como consecuencia de su diferenciación social y sus privilegios jurídicos, sin olvidar la propia consideración social de la mujer.

Esta última interpretación es la que parece más lógica, es decir, no se trata de una prebenda legal institucionalizada, sino más bien una realidad histórica que siempre se ha dado, el abuso sexual o la violación desde una posición dominante (señor) hacia una inferior (siervo).

Esta es una realidad que, a día de hoy, sigue siendo bastante habitual en nuestra realidad cotidiana, donde personajes con cierta cuota de poder (jefes de empresa, ejecutivos, políticos, sacerdotes,..) se sirven de su autoridad para forzar a una mujer por medio de la coacción.

Por lo tanto, es fácil imaginar los numerosos casos que pudieron suceder durante todo el medievo, donde aquellos señores más despóticos y crueles se agarrarían a antiguas leyes no escritas para justificar estos casos de abusos de autoridad, ya que casualmente, los nobles acusados de violación también lo son de otros delitos.

'El derecho del señor', de Jules Arsene

Este debate también se ha producido dentro de la comunidad científica prolongándose durante largo tiempo. Así en el siglo XIX Jules Delpit realizó una exhaustiva búsqueda documental para tratar de confirmar la existencia del derecho de pernada, catalogando hasta 72 escritos relacionados con estas costumbre. A esta obra respondió el medievalista francés Alain Boureau refutando la mayor parte de estas pruebas, quedando sólo cinco textos como creíbles y/o auténticos.

d) La principal conclusión a la que llegó el prestigioso historiador es que el derecho de pernada es un argumento esgrimido por parte de la nobleza para justificar el pago de un nuevo tributo sobre el matrimonio.


¿La construcción de un mito?

Como la mayor parte de las leyendas oscurantistas sobre la Edad Media, la construcción de este mito, o si queremos la universalización de un hecho esporádico como una costumbre consumada y extendida, radica en momentos claves de la historia donde los grupos sociales emergentes se enfrentan a nobleza y aristocracia aludiendo a este derecho como ejemplo de los abusos y agravios a los que han estado sometido.

Así tenemos varios momentos claves en la historia donde se ha ido reforzando este mito:

- Desde comienzos del siglo XVI este mito es usado por juristas vinculados a la Corona como argumento contra el poder nobiliario y así reforzar el poder de las nacientes monarquías nacionales frente a los poderes nobiliarios.

- Otro hecho que contribuyó a la universalización de este mito fue la actitud de los conquistadores españoles en América, donde sí se dieron abusos muy similares al "derecho de pernada" y donde los propios conquistadores alegaron a este derecho feudal para así poderlo aplicar en sus encomiendas.

Cómic 'Isabella'
- Durante la Revolución Francesa y la Ilustración es la burguesía la que en su búsqueda de arrebatar cuotas de poder al antiguo estamento nobiliario no cesó en buscar agravios e injusticias históricas acometidas por la nobleza. Buscando desprestigiar, no sólo a la nobleza, sino también a la época que mejor representa a esta clase social... la Edad Media.

- El empujón definitivo para la construcción de este mito se dio en el siglo XIX, cuando este mismo argumento fue esgrimido para atacar los privilegios del estamento eclesiástico.

- Finalmente, la consolidación en el imaginario colectivo del derecho de pernada como un derecho medieval universal ha sido gracias a toda una variada producción artística contemporánea: libros, películas, cómics, ...


El silencio de las fuentes

El debate entre mito o realidad se agudiza ante el silencio de las fuentes escritas, ya que las fuentes que aluden directamente al 'derecho de  pernada' son muy escasas. Esta  escasez de referencias sobre el derecho de pernada en los textos medievales es la principal argumentación que esgrimen los detractores de su existencia, siendo especialmente significativa la ausencia total de referencias en textos de carácter eróticos y amorosos.

Por contra, Carlos Barros, en su estudio "Rito y violación: derecho de pernada en la Baja Edad Media", afirma que no encontrar legislado este derecho no implica que no haya existido, ya que al tratarse de una costumbre antigua, se convirtió en un derecho consuetudinario, es decir, era una norma jurídica que aunque no está escrita se cumple porque ha seguido transmitiéndose de forma oral, y con el paso del tiempo, se ha convertido en una norma a cumplir.

El mismo autor busca las causas de este silencio argumentando que "estos abusos sexuales entran en el terreno de lo no dicho, de lo que se hace, pero no se dice y aún menos se escribe", no sólo por el temor de denunciar a un señor, sino también por el estigma que sufre la mujer violada. Recordar que aún hoy en día, muchas mujeres que han sufrido una violación prefieren no denunciar estos casos ante el temor de enfrentarse a cierta estigmación social.

Vasily Polenov: Le droit du Seigneur (1874).
En la Edad Media estos casos de violación podían ir más allá, ya que incluso se podía dar cierto consentimiento por parte de padres o hermanos de la víctima para quedar bien ante su señor, es decir, dándose un cierto servilismo del resto de la familia.

El otro gran motivo que explicaría este silencio en las fuentes escritas puede ser debido a que las autoridades no querían manchar el nombre de los implicados, ya fuesen casas nobles o autoridades eclesiásticas, y sólo saldrían a la luz aquellos casos donde esta situación es aprovechada por la monarquía (o por otros nobles) para arrebatar cuotas de poder a las familias nobiliarias implicadas.

Así los únicos casos de abusos sexuales que saldrían a la luz serían sólo aquellos casos más flagrantes, ya fuese por su continuidad en el tiempo, su reiteración o por sus excesos, donde el pueblo o la villa denunciaría estos casos. Aunque la inmunidad jurídica de la que solían gozar estos nobles hacía de la rebelión y el alzamiento contra el señor el único recurso que le quedaba al pueblo llano.

En la península ibérica los dos ejemplos más claros de este tipo de revuelta son las rebeliones irmandiñas gallegas y las guerras de Remensa en Cataluña, donde el campesinado exigía el fin de estos "malos usos", que también contemplaba acabar con los abusos de carácter sexual.



Conclusión:

Como llevamos viendo desde los incios de este blog la historia no es una ciencia cerrada sino una ciencia en continuo debate y transformación, donde cada cierto tiempo, surgen nuevos estudios o descubrimientos que vienen a revolucionar el panorama científico, cambiando paradigmas universalmente aceptados.

El caso que nos ocupa es uno de esos debates apasionantes, donde la postura de los historiadores a ido variando según la época o las fuentes consultadas.  Tal vez no exista una verdad absoluta, sino que el denominado derecho de pernada se practicó según épocas y regiones en las diferentes vertientes aquí expuestas.

Por ello, y para ofrecer todos los puntos de vista, los siguientes posts los dedicaremos a las fuentes documentales que vendrían a "avalar" la existencia del derecho de pernada tanto en la Península Ibérica como en la Europa continental

Os esperamos!!!


Bibliografía


Barros, C.; Rito y violación: derecho de pernada en la Baja Edad Media, Primeras Jornadas de Historia de las Mujeres, Luján (Argentina) 28-29 de agosto de 1991.
Disponible en  http://www.h-debate.com/cbarros/spanish/pernada_castellano.htm#_ftn1

Boureau, A.; Le droit de cuissage. La fabrication d'un mythe (XlIIe-XXe siécle), París, Albin Michel, 1995, 325 pp.

http://www.cronicas.org/ruedas.htm#fragment-3


http://www.euskonews.com/0098zbk/gaia9801es.html