Parte II: Poder, Moral y Sexualidad en Roma
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En esta entrada vamos a profundizar en los cambios morales, sexuales y políticos que se produjeron en Roma con el paso de la República al Imperio. Si en otro post, ya explicamos algunos de estos cambios, centrándonos en el papel del estoicismo, en este, vamos a sumergirnos en los entresijos de la sociedad romana y sus relaciones de poder; veremos como las profundas transformaciones políticas de las élites supusieron también un cambio en sus conceptos de moralidad y por consiguiente en todos los temas relacionados con la sexualidad, como el matrimonio, el aborto, el concepto de amor o la fidelidad.
LA SEXUALIDAD EN ROMA
A pesar de que hablemos de cambios en la concepción de la sexualidad en Roma, hay un dato que nunca variará, la sociedad romana es muy patriarcal y por lo tanto muy machista, así que el patrón de la sexualidad vendrá marcada por este factor. El romano es un hombre caracterizado por su promiscuidad, agresividad y violencia, que asume sin ningún pudor una sexualidad activa.
Roma es el centro del mundo y al romano se le educa para conquistar, a someter a todos. Y por lo tanto su ética política se traslada a su ética sexual. El modelo de la sexualidad romana era la relación del amo con sus subordinados (esposa, pajes, esclavos), es decir, el sometimiento. El ejemplo más claro de esta conducta lo tenemos en su bisexualidad, permitida siempre que la parte activa (el que somete) sea el amo, y el sometido sea un inferior. Someter era loable, ser sometido era vergonzoso solamente si se era un varón adulto libre. Si se era mujer o esclavo era lo natural
Si al ciudadano romano se le educa en una sexualidad activa, a la mujer se la orienta hacia una sexualidad pasiva, sometida al control masculino, tanto dentro como fuera del matrimonio. La función de la matrona es engendrar y educar ciudadanos romanos. Su sexualidad y sus deseos no importan, son completamente ignorados. A pesar que las leyes las protegen y disfrutan de relativas libertades sociales, esto se debe a que es una casta que el estado romano desea proteger. Estas matronas desprecian a los grupos de mujeres con menos o ningún derecho como son las libertas, esclavas o prostitutas.
Las fuentes con las que contamos, sobre todo el material literario, nos aporta una visión de la mujer sesgada, bajo un prisma masculino, patriarcal y machista, por lo que casi siempre, el comportamiento sexual femenino retratado se debe más al imaginario y al deseo masculino que a su realidad.
Los textos clásicos también van imponiendo otros modelos de comportamiento, sobre todo para la mujer, así Plutarco, en sus ‘Deberes del matrimonio’ elogia a la mujer casta, fiel a su marido, capaz de controlar su sexualidad, pero capaz de entender la infidelidad de su marido e incluso su agresividad por su carácter viril. Es decir, a la mujer hay que educarla en la moderación sexual, por lo que el marido debe limitarse a tener sexo con su mujer sólo para la procreación. Ya que hasta el simple deseo sexual por parte de la mujer hacia su marido se puede considerar una degradación moral de la mujer.
CAMBIO POLÍTICOS, CAMBIOS MORALES
Los códigos morales sobre la sexualidad se fueron transformando, sobre todo a partir de los siglos I y II d.C., que es cuando se da un cambio más radical en las relaciones sexuales y en la concepción del amor conyugal. Estos cambios en el ámbito doméstico son un reflejo también de los cambios en las relaciones de poder de la sociedad romana entre el emperador y la aristocracia romana.
Mosaico del museo de Sousse, Túnez. |
Es el paso de una aristocracia competitiva a una aristocracia de servicio. En la Roma Republicana hay una competitividad entre los clanes por hacerse con el poder, a partir del Imperio hay una competitividad menor, ya que todos los nobles pasan a ser funcionarios imperiales donde el mejor camino para prosperar es el entendimiento con los otros señores.
Esto se traslada a su moral sexual, antes, el patricio republicano era el señor y amo de su mujer, de sus esclavos y de sus posesiones. Ahora es un noble igual que los demás, respetuoso con sus pares y por supuesto también con su mujer que es tan noble como él.
Es decir, se pierde la autoridad que surgía de la propia figura del pater familias, esta autoridad venía garantizada por los valores de la sociedad republicana. Bajo el Imperio estos altos funcionarios necesitan y buscan una nueva ley moral ante la pérdida de los valores tradicionales.
CAMBIOS MORALES, CAMBIOS SEXUALES
Ya hemos visto como los enormes cambios políticos que sufrió el Imperio romano provocó al mismo tiempo y de manera muy sutil, unos cambios en la moralidad de las clases gobernantes que se vieron reflejados en el uso y costumbres sexuales.
Los principales cambios respecto a su sexualidad fueron el pasar de una bisexualidad orientada al placer, a una heterosexualidad de reproducción; el otro cambio es que pasamos de una sociedad donde el matrimonio es una institución menor, a una sociedad donde el matrimonio se transforma en su principal institución, todo ello gracias al nacimiento de la idea del amor conyugal y el concepto de pareja que tenemos actualmente.
Uno de los mayores cambios es la invención del mito del amor conyugal, por medio del cual la mujer obedece y se somete al esposo, más que por un dominio concreto y físico del hombre sobre la mujer, por el amor que existe entre ambos y, sobre todo, el de la mujer hacia el esposo. Este sometimiento se va interiorizando y actuando de forma psicológica hasta el punto de que se vive y se siente como algo natural, único y necesario entre los sexos. Pero no deja de ser una estrategia que busca la dominación real del hombre sobre la mujer.
Retrato de El Fayum |
Es importante señalar, que esta sexualidad encaminada únicamente a la procreación dentro del matrimonio tiene otro objetivo, minimizar los riesgos de la mortalidad femenina ante los posibles partos, por lo que la mujer ante la ineficacia de los métodos anticonceptivos, se sentiría bastante aliviada por el bien de su salud reducir al máximo el número de partos.
Elementos como la castidad y la fidelidad masculina se elevaron al rango de virtud, convirtiéndose el matrimonio como una institución relevante para toda la sociedad y como modelo de convivencia ideal para la pareja.
MATRIMONIO
Como ya dijimos en anteriores posts, en la sociedad pagana nadie se casaba, no era necesario casarse para tener sexo, la castidad no era una virtud. El matrimonio era una cuestión económica, una institución destinada a formalizar la transmisión de la herencia o bienes a los posibles herederos, de ahí la preocupación de las autoridades romanas en fomentar los matrimonios entre los patricios. Es decir, las clases plebeyas, al no tener bienes que transmitir, no se casaban y los esclavos tenían prohibido casarse.
Retrato de El Fayum |
Como venimos repitiendo en este artículo las relaciones privadas son un reflejo de las relaciones de los súbditos frente al poder imperial. El emperador es un buen señor que procura lo mejor para su pueblo, al igual que el buen marido cuida de su esposa, ambos, tanto el pueblo como la esposa, le deben profesar un amor incondicional a su señor.
Para resumir, tomamos las palabras de Paul Veyne, “Las relaciones privadas pretendían ser una réplica de las relaciones públicas y desde el poder se intentaba que pudiesen servir de modelo propagandístico para la consolidación de los cambios que se producían en la sociedad romana.
La pareja casada es
una réplica del orden cívico, para seguir manteniendo y reproduciendo a nivel
imaginario las relaciones de dominación en el marco de la familia y de la
ciudad.”
OTROS CAMBIOS
Un fenómeno ligado a esta nueva morales que la vida sexual comienza cada vez en edad más tardía, la sexualidad de los adolescentes desaparece, ya no se inicia a los jóvenes cuando toman la toga viril a los 14 años, se tiende progresivamente a iniciarse en el sexo con el matrimonio.
Otro fenómeno es que algunas prohibiciones o tabúes se sacralizan, acciones que antes podían considerarse motivo de burla o estar mal vistas, pasan a estar completamente prohibidas y levantar un auténtico horror religioso, tales como el incesto o el aborto
CRISTIANISMO
Recordar que estas transformaciones de la sexualidad y de la conyugalidad no tienen nada que ver con el cristianismo, ya vimos que esta nueva moralidad vino impulsada por el pensamiento estoico.
La moral sexual cristiana, se limitará a apropiarse del
programa de moral sexual nacido entre la aristocracia imperial romana. Ya que la
moral sexual popular siempre fue bastante más represiva, conceptos como el
aborto y la homosexualidad nunca fueron bien vistos entre las clases populares,
es decir, el cristianismo elevó hasta la aristocracia esta moral plebeya.
BIBLIOGRAFÍA
Hidalgo de la Vega, M.J.; Usos sexuales y amorosos de las mujeres en el Imperio Romano.¿Imagen o realidad?, Sexo, muerte y religión en el mundo antiguo, Ediciones Clásicas, Madrid, 1994.
Veyne, P.; La sociedad romana, Mondadori, Madrid, 1990.
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