Índice
Literatura Erótica Romana:
- Príapo y los Carmina Priapea
- Versos Fesceninos (en preparación)
- El arte de amar (próximamente)
Príapo, es un dios de la fertilidad de origen frigio (Asia Menor), se tienen referencias de este dios desde el siglo VI a.C. Su culto se difundió en todo el mundo helenístico, debido a la difusión de la religión dionisíaca, dando lugar a una gran actividad literaria en torno a su figura. Este culto de carácter agrario se extendió a Italia alrededor del siglo III a.C como deidad beneficiosa para la fertilidad de los campos.
Literatura Erótica Romana:
- Príapo y los Carmina Priapea
- Versos Fesceninos (en preparación)
- El arte de amar (próximamente)
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Príapo, es un dios de la fertilidad de origen frigio (Asia Menor), se tienen referencias de este dios desde el siglo VI a.C. Su culto se difundió en todo el mundo helenístico, debido a la difusión de la religión dionisíaca, dando lugar a una gran actividad literaria en torno a su figura. Este culto de carácter agrario se extendió a Italia alrededor del siglo III a.C como deidad beneficiosa para la fertilidad de los campos.
Funciones
Dios campestre representado con enormes genitales, aseguraba
la fertilidad y la buena fortuna. Príapo era el protector de los jardines,
viñedos y huertos, y su estatua sirvió tanto de espantapájaros como de guardián
de las divinidades. Fue considerado como el dios patrón de los marineros y de
los pescadores y de las personas necesitadas de buena suerte, especialmente entre
los que buscaban la satisfacción sexual. Su presencia también evitaba el mal de
ojo.
Príapo tenía otras múltiples facetas poco conocidas entre
las que destaca la de guardián de las puertas de las mansiones rústicas, de los
lindes de los campos y , sobre todo, como divinidad ctónica al relacionarse con
las potencias subterráneas y ,en general con el ciclo vegetal de la fertilidad
de los campos y la fecundidad de los hombres y animales.
Iconografía
Príapo. S.II d.C. Museo de Éfeso. |
La iconografía de esta divinidad se mueve de forma
humorística entre lo sagrado y lo grotesco, ya que fuera de su región en Asia
menor, entre los habitantes urbanos era fuente de bromas y burlas, aunque en el
campo siguió manteniendo su papel de deidad protectora.
A pesar que este tipo de iconografía fue objeto de constante
destrucción con la llegada del cristianismo, Príapo fue un dios con gran
veneración como atestiguan el gran número de representaciones iconográficas de
todo tipo que nos han llegado: desde grandes esculturas a pequeños bronces,
relieves, mosaicos, pinturas parietales, terracotas e incluso gemas.
Culto a Príapo
Según la leyenda este dios fue criado en la ciudad de
Lampsaco, capital de la Misia, su fuerte inclinación al vicio y al libertinaje
le llevó a pervertir y seducir a todas las mujeres de Lámpasco, razón por la
que fue expulsado por orden del Senado. Sin embargo, su vuelta se hizo pronto
necesaria ante la enorme epidemia que asoló la ciudad, por lo que le edificaron
templos y le instituyeron fiestas en su honor, en las que se cometían todo
género de excesos.
En las fiestas
Priapeas las celebraciones consistían fundamentalmente en comitivas que
recorrían los campos hasta llegar al lugar de culto. Allí era sacrificado un
asno coronado de flores, en recuerdo a su aventura con la ninfa Lotis, y se le ofrecían frutas, granos, racimos de
uvas, miel, ostras y pescados. El cortejo, compuesto de hombres, mujeres y
niños, se mostraba especialmente alegre e incluso obsceno, puesto que los
bailes eran acompañados por cantos de poemas que resaltaban los increíbles
atributos del dios.
En Roma, su culto lejos de estos excesos dionisíacos, se simplificó,
ofreciéndole en primavera una corona pintada de carios colores, y en verano una
guirnalda de espigas
Culto a Príapo. |
Casa de los Vettii (Pompeya)
No podemos hablar de Príapo sin hacer mención a 'La Casa de
los Vettii' en Pompeya. Esta domus, perteneciente a dos libertos de éxito
llamados Vettius, es una de las residencias más lujosas y famosas de Pompeya, y
donde destacan sus Príapos. Tenemos una gran pintura mural que retrata a Príapo
pesando su falo contra un saco de monedas, y por otro lado, la misma casa contiene una fuente escultórica
con la forma de Príapo, de cuyo falo brotaba el agua.
Fuente escultórico. Casa de los Vettii. |
La Burla en el culto
de Príapo:
Príapo. Fresco Casa de los Vettii. Mueseo Arqueológico Nacional de Nápoles. |
Siendo sobre todo a partir de época imperial cuando se desvirtua completamente el aspecto religioso de Príapo, especialmente en el ámbito urbano, generalizándose en su culto el elemento obsceno, la burla y el chiste fácil. Príapo pasa de ser considerado un dios rústico a ser un simple espantapájaros o señal de advertencia para los ladrones de huertas y campos. Es en esta época cuando se escriben los famosos priapeos. Pero como ya hemos apuntado, en las zonas rurales se siguió manteniendo un culto serio y prolongado a la figura de este dios menos fecundador, incluso siglos después de la consolidación del cristianismo hay testimonios de la vigencia de este culto agrario.
CARMINA PRIAPEA
Los Priapeos (Carmina Priapea) son una colección de poemas erótico-festivos escritos de manera anónima por algún célebre autor, ya que a pesar de su tono desmadrado están escritos con cierta elegancia. Los especialistas, teniendo en cuenta su estilo y rima, los han fechado en torno a la época del emperador romano Augusto, y se atribuyen posiblemente al círculo intelectual cercano de Mesala, quien —como otras personalidades
distinguidas de la época— se mantenía ocupada con entretenimientos de este
tipo.
Los poemas versan sobre Príapo, un dios menor cuyas estatuillas
rústicas y primitivas ocupaban antiguamente algún lugar en las huertas, para
protegerlas de eventuales ladronzuelos, por más que gozó de la devoción de
prostitutas y otras gentes de difícil clasificar.
A continuación os ofrecemos algunos de estos Priapeos:
I
Tú, que te dispones a leer las procaces chanzas de estos
poemas sin pulir, desarruga ese severo ceño que iba bien al viejo Lacio. No
habita en este templo la hermana de Febo, ni Vesta; tampoco la diosa nacida de
la cabeza de su padre, sino el guardián de los jardines pintado de minio, de
descomunal verga, que muestra totalmente
al descubierto su entrepierna. Por ellos o cubre con la túnica las partes
pudendas o lee estos poemas con los mismos ojos con los que las miras.
V
La ley, que según cuentan, al zagal Príapo impuso, se encuentra
aquí debajo en dos versos escrita: lo que mi huerto tiene impunemente podrás
tomar, siempre y cuando lo que tu huerto tiene logre alcanzar.
VI
Aunque, como ves, soy un Príapo de madera y de madera es mi
hoz, así como mi pene, te cogeré y, así cogido, toda ésta, sin dejar nada fuera,
por grande que sea, más tensa que una ballesta y que una cítara, te la hundiré
hasta la séptima costilla.
VII
Lejos de aquí las castas matronas: es vergonzoso que leáis
impúdicos versos. Eso les importa un comino y se vienen derechas. Sin duda las
matronas se regodean contemplando a gusto una buena polla.
XI
Ten cuidado no te coja. No te castigaré, si te cojo, a
garrotazos, ni te produciré crueles heridas con la curva hoz: atravesado con mi
percha descomunal, quedarás tan estirado que no creerás que tu culo tenga
rugosidad alguna.
XVII
¿Qué tengo yo que ver contigo, inoportuno metomentodo? ¿Por
qué impides que se me acerque el ladrón? Deja que venga. Se irá más ancho.
XXII
Si a robar viniesen una mujer, un hombre o un muchacho, que
aquélla presente su coño, aquél su boca, éste sus nalgas.
XXIII
Para quien cortase aquí una violeta o una rosa o robase unas
hortalizas o alguna fruta sin pagarla, pido que, falto de mancebo o de mujer,
reviente de una erección como la que en mí veis, y que golpee en vano el
ombligo sin cesar su méntula insatisfecha.
XXVIII
A ti, que tienes malas intenciones y difícilmente aguantas
sin robar del huerto, te daré por culo con mi falo descomunal y si no da buen
resultado este castigo, tan duro y penoso, tentaré otro agujero más alto.
IIL
Para entender por qué ves empapada la parte que me acredita
como Príapo, debes saber que no es rocío, ni escarcha, sino lo que brota por sí
solo cuando pienso en una lasciva mozuela.
Príapo. Museo Pio Clementino. Museos Vaticanos. |
Príapo en los Epigramas de Marcial
Autores de gran fama también cultivaron este género, así en los Epigramas de Marcial, encontramos numerosas referencias al dios Príapo. La figura de Príapo en Marcial,se ve como una figura cómica y burda, utilizando su figura (y sus atributos) para tirar de ironía en diferentes contextos. Se pueden catalogar seis poemas priapeos en los libros VI, VIII, XIV que podrían conformar un ciclo o serie abierta. Lógicamente, las traducciones de estos Priapeos han sufrido la censura a lo largo del tiempo, cambiando palabras de clara connotación sexual por otras de carácter más anodino, incluso en algunas ediciones hay versos y poemas enteros que se han suprimido.
Libro VIII, XL
Ten cuidado, curioso
"·Nos miras fijamente, Filomuso, cuando nos bañamos,
y luego preguntas que por qué tengo unos esclavos imberbes que la tienen como Príapo.
Contestaré sin rodeos a tu pregunta:
Les dan por culo a los curiosos, Filomuso."
Libro III, LXXIII
¿Qué eres, entonces?
"Duermes con jóvenes que la tienen como Príapo,
y a ti no se te empina, Febo, lo que se les empina a ellos.
Por favor, Febo, ¿Qué quieres que yo imagine?
Me inclinaría a pensar que eres un afeminado;
pero los rumores dicen que no eres maricón.
y luego preguntas que por qué tengo unos esclavos imberbes que la tienen como Príapo.
Contestaré sin rodeos a tu pregunta:
Les dan por culo a los curiosos, Filomuso."
Libro III, LXXIII
¿Qué eres, entonces?
"Duermes con jóvenes que la tienen como Príapo,
y a ti no se te empina, Febo, lo que se les empina a ellos.
Por favor, Febo, ¿Qué quieres que yo imagine?
Me inclinaría a pensar que eres un afeminado;
pero los rumores dicen que no eres maricón.
Libro XI, LXXII
!Ya quisiera Príapo!
"Nata llama mínima a la de su amante; compardo con él, Príapo está capado."
Libro VI, LXXII
El guardían robado
"Ladrón de rapacidad muy conocidaa, un Cilico quería saquear un huerto: pero en el huerto inmenso no había, Fabulo, nada más que un Príapo de mármol. Al no querer volverse con las manos vacías, el Cilico se llevó al mismísimo Príapo."
!Ya quisiera Príapo!
"Nata llama mínima a la de su amante; compardo con él, Príapo está capado."
Libro VI, LXXII
El guardían robado
"Ladrón de rapacidad muy conocidaa, un Cilico quería saquear un huerto: pero en el huerto inmenso no había, Fabulo, nada más que un Príapo de mármol. Al no querer volverse con las manos vacías, el Cilico se llevó al mismísimo Príapo."
BIBLIOGRAFÍA
Baena del Alcázar, L., Dos esculturas de Priapo, inéditas,
de la Vega de Antequera, Cuadernos de prehistoria y arqueología, Nº 7-8,
1980-81 , págs. 141-150.
http://antoniomartnortiz.blogspot.com.es
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