miércoles, 5 de noviembre de 2014

Harén y poligamia: Un viaje a través de diversas civilizaciones.


Cuando escuchamos la palabra harén, en el imaginario del mundo occidental salta la imagen de bellas mujeres, vestidas con ropas sugerentes, relajadas en fabulosos patios de ensueño, con fuentes y abundante vegetación; o descanso en mullidas habitaciones llenas de cojines, con la figura de un eunuco protegiéndolas, a la espera de que su señor las llame para complacer sus fantasías sexuales.

Es decir, nos imaginamos una especie de burdel de lujo para emperadores y sultanes. A esa imagen han contribuido los numerosos artistas influenciados por el orientalismo y que reflejaron una visión idílica de la vida de las mujeres en los harenes.

La danza del harén, de Giulio Rosati

En cambio, en el mundo musulmán tienen un concepto bastante diferente, el harén es simplemente un espacio reservado de la casa o del palacio, donde las mujeres pueden relajarse y quitarse los pañuelos de la cabeza sin temor a ser vista por ojos ajenos a la familia.

De esta forma, la vivienda musulmana consta de dos partes perfectamente diferenciadas : el “selamlik”, destinada a los hombres y el “harenlik”, zona donde las mujeres pasan su vida.  En las familias acomodadas, donde la mujer no tenía la obligación de trabajar, el harén se situaba a menudo en el patio interior de la casa, alejadas de cualquier mirada indiscreta.
Actualmente el término harem define tanto la separación por sexos que rige la institución familiar en las sociedades islámicas como el lugar donde estas mujeres residen.

Origen Etimológico 'Harén'

La palabra harén, etimológicamente provenie de la familia de palabras árabes de raíz 'h-r-m', cuyo significado está relacionado con términos como prohibido, sagrado o tabú. Es decir, su significado literal sería recinto sagrado, lo cual ya nos da la idea de que es un espacio restringido. Por lo tanto, las mezquitas, las ciudades santas del Islam, también serían harenes.

Su origen como espacio diferenciado de la vivienda proviene de una leyenda sobre Mahoma, que estando un día en casa jugando con sus nietos fue molestado por un grupo de fieles. Disgustado, habilitó un espacio cerrado para uso exclusivo de él y su familia. A partir de ese momento, sus esposas o concubinas vivieron recluidas en el “harén”. Constituyendo una de las instituciones familiares más asentadas en el mundo oriental

Su relación con nuestra concepción actual proviene al considerar la residencia del Sultán también como un lugar sagrado, ya que la presencia de la figura del Sultán transforma cualquier espacio en un lugar sagrado, por lo que pronto, sus habitaciones privadas también adquirieron el carácter de sagradas, de harén.


HARENES EN DIFERENTES CIVILIZACIONES

Otra relación inmediata que hacemos al oir la palabra Harén es vincularla con el mundo musulmán, aunque en realidad y como veremos a continuación, los harenes o los espacios exclusivos para mujeres han existido desde los tiempos del Egipto faraónico pasando por la Grecia Clásica y teniendo una larga tradición, sobretodo, en las sociedades orientales no islámicas.

La poligamia


Las raíces de la poligamia son muy antiguas, ya que esta práctica siempre se ha considerado útil como medio de perduración del clan o la tribu, a veces, acompañada también de prácticas endogámicas.

Ya en Antiguo testamento hallamos numerosos ejemplos, desde Abraham que tuvo dos esposas pasando por  numerosos reyes de Israel que también practicaron la poligamia. El Corán habla abiertamente de esta práctica y la defiende diciendo: “Podéis desposar a dos o tres o cuatro mujeres que os gusten […] pero si teméis no poder ser equitativos, entonces desposad sólo a una” (IV,3).   

Es decir, las tres principales religiones monoteístas defendieron la práctica de la poligamia, practicada durante mucho tiempo por los judíos y sólo condenada por el cristianismo a partir del Concilio de Trento, en 1563.

A partir de estos datos, es comprensible que las relaciones poligámicas se institucionalizasen, sobretodo, en la cultura árabe primero, y en la cultura musulmana posteriormente, dando lugar al nacimiento de un espacio reservado para las mujeres, el harén.


Imperio Otomano:

Los baños del harén de Jean-Léon Gérôme.
En el poderoso imperio Otomano, el harén era una institución de vital importancia. Allí encontramos el que sin duda es el harén más famoso del mundo, el del Palacio de Topkapi, un laberinto de más de 300 habitaciones de gran valor arquitectónico e histórico.

El harén era un lugar donde se vivía bajo unas rígidas normas, marcadas por la obediencia, la tradición y numerosas ceremonias. Estaba dirigido y gobernado por la «sultana valida», la madre del sultán, quien solía tomar partido en los asuntos de Estado. Siguiendo un estricto orden de jerarquía, tras ella, se situaba la primera esposa del sultán (kadin) o la madre de su primogénito y en un tercer escalón, sus otras esposas oficiales y sus favoritas (ikbal). Por último mencionar a las concubinas que compartían cama con el sultán que aumentaban su posición social dentro del harén recibiendo el estatus de 'afortunadas' (gözde).

En total, un harén podía estar formado por más de mil personas, esclavas y eunucos incluidos, formando un poderoso engranaje institucional con funciones políticas, sociales y económicas, sólo citaremos como ejemplo la figura del jefe de los eunucos, figura de gran autoridad, tan sólo por debajo del Gran Visir y el experto en leyes.

En el harén vivían también las concubinas, tanto del sultán como de sus oficiales más destacados, así como muchachas usadas para concertar matrimonios políticos. Estas concubinas eran llamadas "cariyeler" y el Sultán podía disponer de ellas a voluntad, así conocemos el caso del Sultán Murat II, que tuvo 112 hijos de sus múltiples consortes.

Habitación del harén, Palacio Topkapi (Estambul)
El origen de las mujeres del harén era de los más variado, provenían de todos los confines del imperio otomano, la mayoría de familias no musulmanas, ya fuese como trofeos de guerra o como regalo. Eran educadas con gran esmero y refinamiento, en numerosas artes: poesía, danza, música, así como en los principios del Islam. Las más sobresalientes se reservaban para el Sultán o para altos funcionarios, por lo que la mayoría eran empleadas como sirvientas (esclavas) sin tener que cumplir ningún papel sexual, recibiendo el nombre de Odalisca (odalik) que significa mujer de cámara,

Un dato poco conocido es que las mujeres del harem podían salir fuera de los muros del palacio, aunque siempre vigiladas por un nutrido grupo de eunucos y seguidas de todo su séquito. Además el trabajo de concubina era un trabajo remunerado. Tras nueve años de servicio, se les permitía marcharse para casarse, y los gastos de la boda eran abonados íntegramente por el sultán. 

Egipto: En el Egipto faraónico, tanto en el Imperio Antiguo como en el Imperio Nuevo, están documentados la existencia de "harenes" conocidos como "Casa Jeneret", que era el lugar donde habitaban 'las mujeres' del Faraón: su madre, la esposa Real, las esposas secundarias, concubinas, así como toda la prole del faraón. Esta era una institución que se encargaba de la educación de los príncipes y princesas, y donde aprendían diferentes artes y oficios. Estos lugares eran  relativamente abiertos, donde las mujeres podían recibir visitas.
Esclava arreglando tocado.

La Casa Jeneret podía estar constituida por uno o varios edificios de tamaño variable, situados junto al palacio real y de gran importancia para la cultura egipcia. Así por ejemplo, en El Fayum se ha documentado una Casa Jeneret donde exclusivamente se alojaban las abuelas de la nobleza. 

Por último mencionar que la misma palabra Jeneret incide en nuestro significado actual de harén, ya que significa "casa de las bellezas" pero también 'casa cerrada' o ' lugar cerrado'.


Grecia: En la Grecia Clásica encontramos los famosos gineceos, estancias reservadas en las grandes casas de la antigua Grecia para uso exclusivo de las mujeres: esposas, hijas y sirvientes.

Tradicionalmente estas estancia se hallaban en la segunda planta de estas casas, quedando reservada la planta baja para los hombres. Estos giniceos nos transmiten la situación social de la mujer griega, que llevaban una vida social muy discreta y apartada, recluidas en estos gineceos la mayor parte del tiempo y sometidas a la vigilancia de los poderes patriarcales constantemente.

Aunque a estos gineceos, no tienen la connotación clásica de harén, ya que dentro de la cultura griega no estaba extendida la poligamia, si exceptuamos a sus 'bárbaros' vecinos macedonios.


Asia Oriental:

Damas de Caubul
1848 , por J. Rattray
El modelo de unidad familiar separada por sexos, que da lugar al concepto de harén, no sólo se dió en los países musulmanes; en Asia también se desarrollaron conceptos familiares similares. En la India, vemos como a las mujeres hindúes de la casta superior se las ocultaba de los hombres que no fuesen sus parientes directos, bajo un sistema llamado purdah. Schuon, en su libro 'Conociendo al Islam'  lo define como "Purdah es una cortina de separación tajante entre el mundo del hombre y el de la mujer, entre la comunidad en su conjunto y de la familia que es su corazón, entre la calle y el hogar, lo público y lo privado."

En Persia, mucho antes de su ocupación islámica, ya existía la tradición de que las mujeres persas viviesen en reclusión, como señala el historiador romano Plutarco.

En China, las esposas y concubinas de los emperadores se confinaban en barrios separados denominados hou-gong, aunque esta tradición no se extendió entre las clases populares. En cambio, en Corea si existía la tradición, extendida a todas las clases sociales, en la cual hombres y mujeres vivían casi todas sus vidas separados, en diferentes lados de la casa, y dónde sólo se unían para reproducirse.

Una característica importante de las monarquías de Oriente es el carácter divino del emperador, no es sólo su representante, sino que alcanza el grado de dios en vida, así en China el emperador era "hijo del cielo" y en Japón tenía tratamiento de dios. Todo esto hacía que los soberanos orientales se recluyesen dentro de sus enormes palacios, reforzando aún más, su carácter sagrado, inviolable. Este hecho se refleja en la arquitectura y diseño de sus palacios (y harenes) construcciones enormes, laberínticas, con diversos anillos de accesibilidad, con habitaciones y estancias preparadas meticulosamente. Este aislamiento con el resto del mundo se reforzaba con la separación del palacio mediante fosos y enormes murallas.


India (Musulmana):

Tras la conquista musulmana de la India, se instauró la costumbre de confinar a las mujeres de la casta alta en zonas reservadas de las viviendas o en diferentes alas del palacio, estas espacios exclusicos se denominaron zenana y su función era proteger a las mujeres de la mirada de instrusos.

Zenana.

China:

En China tanto los harenes como la institución del concubinato tienen una larga tradición. El concubinato no era exclusivo de la casa imperial, ya que cualquier persona que pudiese permitirse mantener a sus concubinas podía disfrutar de ellas. Esta tradición estuvo tan arraigada que en Hong Kong no fue abolida hasta 1971.

La sociedad china justificaba la existencia de esta institución comparándola con un juego de té. El hombre sería identificado con una tetera y la mujer con una taza; la tetera puede rellenar varias tazas pero ninguna taza puede llenar una tetera.

El harén más famosos que nos han llegado de la sociedad china es el que existía en la Ciudad Prohibida, descrito en numerosas novelas y relatos. El harén, también conocido como hou-gong,  estaba situado en la parte posterior de la Ciudad Prohibida, y la única presencia masculina permitida era la figura del emperador y la de los cientos de eunucos que en él habitaban.

Emperatriz Wu Zetian y sus doncellas.
Era un mundo de patios amurallados y largos y estrechos callejones, con abundante vegetación y lujo. La emperatriz tenia su propio palacio y su principal función era administrar bien el harén, por otro lado las concubinas o favoritas se albergarían también en pequeñas habitaciones de lujo, con sedas, muebles tallados y objetos engarzados con joyas.

El correcto funcionamiento de un harén no era una tarea fácil, éste se regía por normas bastantes estrictas, donde todo estaba detalladamente reglado, desde los objetos que podían tener en sus habitaciones, calidad de sus vestidos, incluso su dieta, todo ello dependiendo de su rango. Dentro de las cónyuges imperiales existían hasta ocho niveles de jerarquía.

La vida del harén no era nada fácil, era un mundo de mucha rivalidad y competencia entre las concubinas para escalar puestos en la jerarquía de favoritas del emperador, conociéndose numerosos casos de intrigas, asesinatos, conspiraciones y muertes en extrañas circunstancia de eunucos, concubinas y los hijos de ellas. Existía la tradición, que a la muerte del emperador, todas sus concubinas fuesen internadas de por vida en un convento budista, sin que pudiesen salir de allí.

Cixi, una concubina que reinó entre eunucos.
La vida sexual del emperador estaba muy controlada, ya que sus encuentros sexuales eran anotados en una tablilla de bambú que era entregada al eunuco jefe, que preparaba el posterior encuentro. Los encuentros tuvieron que ser muy numerosos, ya que estaba muy extendida la creencia que la vida del emperador sería más longeva cuanto más encuentros sexuales tuviese. Así se relata que el legendario Qin Shi Huang, primer emperador chino era inmortal ya que desvirgó a más de mil doncellas.

Otro ejemplo lo tenemos con el emperador Huan Di (146-168 d.C), que renunció a sus deberes políticos y se entregó a una vida de placer y disfrute. Para ello contó con un harén de 6000 mujeres y ante los problemas de engendrar un heredero, sus eunucos le presentaban cada noche nueve concubinas nuevas, ya que consideraban ese número mágico.

Japón:

En Japón también estaba bastante extendido el concepto de 'amoríos libres' dentro del matrimonio. Los hombres de clase alta podían mantener hasta 4 o 5 esposas, y los de clase baja, de 2 a 3; aunque estaban obligados a vivir en casa de su primera esposa.

Los emperadores también practicaron la poliginia oficial, que se mantuvo vigente hasta el siglo XX, finalizando en el período Taisho (1912-1926). Además de la emperatriz o emperatrices, ya que algunos emperadores vivieron con dos emperatrices simultáneamente, el 'harén' se completaba con varias consortes secundarias de distintos grados jerárquicos.


América:

Es un error frecuente intentar aplicar conceptos característicos de una cultura a otra cultura, sobretodo, si ambas se encuentran muy separadas en el espacio y/o el tiempo, por lo que es difícil intentar comparar los harenes musulmanes con posibles instituciones similares existentes en América, ya que la realidad socio-política de las culturas de América era completamente diferente a todo lo establecido en Occidente. Aún así, los principales Imperios de América tuvieron instituciones similares a los harenes:

Aztecas:  Según narran las crónicas el pueblo azteca tenía sus propias costumbres y rituales respecto a la formación de la familia nuclear. En cuanto al matrimonio, el hombre solo podía tener oficialmente una esposa, llamada “Cihuatlantli“, la única mujer legítima ante la ley, con la cual se casaba mediante una ceremonia de bastante importancia dentro de la sociedad.

Sin embargo, la existencia de la poligamia vendría avalada por el 'uso' o 'costumbre' desde tiempo de los nahuas que asociaban la monogamia a la pobreza y a los más bajo de la escala social. Así cualquier hombre, según su estirpe social, podía tener tantas concubinas como pudiese mantener. Es decir, la poligamia era sinónimo de poder y de ocupar el escalón social más alto, de ahí la costumbre de regalar mujeres a los dignatarios extranjeros.

Con todo esto las fuentes nos hablan que Moctezuma II llegó a tener un harén de más de 150 mujeres en su palacio de Tenochtitlán. Por lo que parece Moctezuma ingería grandes cantidades de Xocolatl antes de ir a su harén, ya que entre los aztezas el cacao era una fuente de sabiduría espiritual, energía corporal y potencia sexual.

Rey Inca con su séquito.
Incas: Entre los incas encontramos unas estructuras similares, la nobleza inca era polígama, aunque no el pueblo llano. Aunque durante el Imperio Inca antiguo, el soberano se casaba con su hermana para mantener la pureza del linaje, podía elegir como sucesor al hijo de alguna de sus concubinas de su harén.

Así el soberano inca disponía de un fastuoso harén formado por las mujeres más bellas de todo su imperio. Las mujeres rechazadas eran entregadas como Vírgenes del Sol para servir en el cuidado de los templos, como sacerdotisas o reservadas para ser sacrificadas, el resto eran entregadas como presente a los nobles más serviciales.

Los propios españoles fueron testigos directos de esta situación, ya que durante los diez meses de cautiverio de cacique local Atahualpa, observaron como sus súbditos le seguían reverenciando con profundo respeto y temor, narrando las crónicas Cada una de las mujeres de su harén le servía por turno cada ocho o diez días”.


Harenes Masculinos:

A lo largo de la historia también se ha documentado harenes masculinos, aunque normalmente para satisfacer los gustos homosexuales de algún sultán o emperador.  Así en Al-Andalus, que vivió una época de cierta permisibilidad homoerótica, son conocidos los casos de la existencia de harenes tanto masculinos y femeninos

El único caso de harén masculino en manos de una mujer es el de Kahina de Mauritania, reina y líder militar de los bereberes, que combatió con bastante éxito la expansión islámica en el norte de África en el siglo VII. Según las fuentes era una mujer de gran belleza, de familia noble y con rango de sacerdotisa, tuvo a su disposición un harén formado por 400 sementales.


Continuará...

BIBLIOGRAFÍA


- Mitos y realidades sobre el harén. Mujer y autoridad en el Imperio Otomano en
http://www.libreria-mundoarabe.com/Boletines/n%BA72%20Jun.09/MitosRealidadesHaren.htm

- ¿Qué fue el harén imperial? en
http://nuitsblanchesasaintpetersbourg.blogspot.com.es/2012/08/que-fue-el-harem-imperial.html

- El misterio de los harenes en
http://infokrisis.blogia.com/2004/101409-el-misterio-de-los-harenes.php

- Lady Mary Montagu, entre harenes y baños turcos en
http://www.futuropasado.com/?p=321

- Eunucos y concubinas en China en
http://www.lacasamundo.com/2011/12/eunucos-y-concubinas-en-china-i.html

- El harén, placer y esclavitud en
http://www.taringa.net/posts/arte/7148218/El-Harem-placer-y-esclavitud.html

- Eunucos y harenes. Vida del Sultán en el Imperio Turco en
http://www.portalplanetasedna.com.ar/eunucos.htm

7 comentarios:

  1. Muy bueno el articulo! Ya conocia algunos, pero lo que me sorprendió fue el harén masculino... no sabía que existia :D

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  2. Que lindo poder mantener un haren maculino!

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  3. Qué candidez esa que dice "poder mantener un haren masculino"... Despertate...muchas mujeres tienen haren, y además les traen muchos beneficios: economicos$$$,sociales, laborales.... (Los hombres no consiguen trabajo dando sexo,muchísimas mujeres SI....)

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  4. Mientras más información tengo de la vida pasada menos me horroriso de la vida de ahora no cambio tanto jaja

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  5. Luis Manteiga Pousa19 de enero de 2023, 13:38

    La poligamia, en sus múltiples variantes, debería ser legal, incluyendo a gays, lesbianas, bisexuales...

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  6. ¡Qué interesante historia! Kahina de Mauritania realmente desafió las expectativas de la época con su harén masculino. Es fascinante ver cómo la historia nos revela casos menos convencionales que desafían las normas culturales.

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