domingo, 22 de octubre de 2017

Puellae Gaditanae: las sensuales bailarinas gaditanas

Cádiz es una de las ciudades más importantes de la historia, su posición estratégica hizo que los fenicios posasen sus miradas sobre esas tierras para fundar una de las colonias más prósperas e importantes del todo el Mediterráneo occidental.

Un centro clave para el comercio mediterráneo, ya que no sólo permitía el intercambio de productos del norte con el sur europeo, sino que a su puerto llegaban productos de todos los rincones del Mediterráneo.

Todo ello hizo que Gades fuese una ciudad "multicultural" con marinos y comerciantes provenientes de todo el mundo conocido, donde se entremezclaban no sólo personas y mercancías sino también todo tipo de religiones y creencias.

Entre los principales templos que se levantaron en esta milenaria ciudad uno de ellos fue el dedicado a la diosa fenicia Astarté-Afrodita, situado en la pequeña isla de Erytheia, donde existió un culto institucionalizado de sacerdotisas donde se practicaba algún tipo de hierogamia o prostitución sagrada.

Este culto con el paso de los siglos se fue transformando en un culto a la Venus Marina, donde los rituales celebrados por sus sacerdotisas fueron perdiendo su carácter sacro hasta convertirse en un mero espectáculo lúdico y bastante lucrativo que dio lugar al nacimiento de uno de los mitos eróticos más universales en tiempo de los romanos... las puellae gaditanae, es decir, las jovencitas de Cádiz.


Puellae Gaditanae, de Ángel Todaro.


La prostitución sagrada

Una de las costumbres más llamativas y que más fantasías ha despertado en el imaginario de los historiadores fue el de la "hierogamia", es decir, el fenómeno de la (mal llamada) prostitución sagrada. Una institución religiosa donde la sexualidad activa cobraba gran importancia al estar estrechamente vinculada a conceptos como la fecundidad y la prosperidad, valores fundamentales para estas sociedades agrícolas tan dependientes de los caprichos de la naturaleza.
Venus Calpigia. S. II a.C.
Museo Arqueológico Nacional (Nápoles)

Por lo que como hemos visto repetidamente a lo largo y ancho de este blog esta relación entre sexo y vida fue de vital importancia para numerosas sociedades antiguas. Muchas veces plasmando esta unión de manera escandalosa desde nuestra perspectiva cristiana y mojigata de la historia de la sexualidad.

Por lo que parece evidente que prácticas como los rituales orgiásticos, danzas desenfrenadas, masturbación ritual, o la misma prostitución sagrada, fueron bastante comunes en ritos y ceremonias por todo el Mediterráneo Oriental (Egipto, Siria, etc.).   Esta prostitución sagrada fue confundida por autores griegos y romanos como una forma de prostitución encubierta por parte de estas sacerdotisas, cuando no de todas las mujeres libres de la ciudad. Sin ir más lejos el gran Heródoto (I,199) nos decía que todas las mujeres de Babilonia antes de contraer matrimonio debían de ir al templo de Isthar y prostituirse ante el primer hombre que las eligiese.

Hoy en día, la mayor parte de estudiosos dan a esta hierogamia un significado menos carnal ya que, aunque seguramente se diesen situaciones de abierta prostitución, estas prácticas tuviesen significados culturales y religiosos mucho más profundos y amplios. Además, hay que tener en cuenta el pragmático sincretismo religioso en el mundo antiguo, donde un mismo dios podía ofrecer muy diversas caras. Así por ejemplo, Venus podía ser patrona de las prostitutas y celebrar en su honor las más escandalosas fiestas romanas, pero al mismo tiempo podían encarnar la castidad y la maternidad de las decentes matronas romana.

Pero no cabe duda que la existencia de este tipo de templos fue un gran reclamo para los comerciantes de la época, que sin duda preferían atracar en los puertos de estas ciudades para comprobar si estos rumores eran ciertos... Por lo que esta institución religiosa se fue extendiendo a distintas ciudades del ámbito griego donde los templos consagrados a Afrodita fueron ganado fama (y dinero) a cambio de prestar este tipo de servicios. Así Estrabón nos habla que en el templo de Afrodita de Corinto había más de cien sacerdotes de ambos sexos destinados a rendir honores a la diosa de la pasión y la lujuria.

Isthar-Astarté
Por lo que no nos puede sorprender que en un mundo donde la sexualidad era vista como una fuerza positiva y regeneradora su aspecto lúdico cobrase igual de importancia. Por lo que el componente sagrado o ritual que en un principio tendrían las danzas, cantos u orgías que practicasen estas sacerdotisas en el interior de sus templos, poco a poco se fueron convirtiendo en fiestas de carácter más popular, hasta llegar a época clásica, donde los romanos consideraron a estas puellae gaditanae como prostitutas de lujo ideales para amenizar banquetes, donde este tipo de danzas ya estaban completamente desacralizadas y convertidas en un mero juego erótico.


LAS PUELLAE GADITANAE

Gades fue una de estas ciudades del Mediterráneo que destacaron no sólo por su importancia comercial sino también por el erotismo que desprendían sus calles. Esa fama vendría por la existencia de un templo dedicado a Astarté/Afrodita donde seguramente se diesen prácticas de hierogamia, por lo que existiría un cuerpo de sacerdotisas especializadas en el placer carnal...

Por lo que algunos estudiosos no han dudado en vincular estas sacerdotisas con las famosas pullae gaditanae romanas. Una tradición de varios siglos que hizo que las mujeres de Cádiz alcanzasen fama mundial por su erotismo, su sensualidad y por su habilidad en diversas artes como la danza y la música.

Una de las primeras referencias sobre ellas nos la ofrece Estrabón (II,3,4) quién nos relata las andanzas de un marino griego de nombre Eudozo de Cicicos que aprovechando una escala en la ciudad de Gadir no dudó en embarcar con él a un grupo de estas bailarinas.

El relieve de Aricia representa la danza de las Puellae en un templo de la diosa Isis.
Museo Nacional Romano (Roma).

¿Quiénes fueron estos mujeres?

Las fuentes latinas cuando nos hablan de puellae gaditanae (jovencitas gaditanas) nos trasladan una visión similar a las que tuvieron de las hetairas griegas, es decir, cortesanas de lujo versadas en todo tipo de artes, como la música, la poesía, la danza, el canto, especializadas en amenizar banquetes. Y aunque las hetairas griegas eran esclavas, la condición jurídica de estas puellae gaditanae no está del todo claro, ya que seguramente en sus primeros tiempos tuvieron una condición jurídica propia, incluso sagrada, al ser sacerdotisas del templo, con una importancia social y religiosa bastante elevada.

Pero con el paso de los siglos, y la evolución de las propia colonia su consideración social fue mutando de un status social privilegiado a ser consideradas esclavas, probablemente de propiedad del propio templo. Por último en época altoimperial esta institución pierde por completo su carácter sacro y su condición jurídica se equipara a la de esclavos o prostitutas, formando parte de los grupos sociales marginales de la jerarquizada sociedad romana, a pesar de ser vistas como cortesanas de lujo.


 Las sensuales bailarinas gaditanas

Su talento y su sensualidad fue tal que pronto su fama se extendió por todo el mediterráneo, alcanzando el rango de las mujeres más sensuales del mundo conocido. Así las bailarinas gaditanas fueron tan reclamadas como las sirias, especialmente por sus excitantes bailes y canciones. Uno de los mejores testimonios sobre su arrebatador erotismo nos lo proporciona Marcial quien en uno de sus epigramas (XIV, 203) nos dice:

"Se contoneaba tan lúbricamente, se excita tan provocadoramente que habría hecho masturbarse al propio Hipólito". Siendo este Hipólito un ser mitológico que había consagrado su virginidad eterna a la diosa Artemisa, incluso aunque este hecho fuese el causante de su muerte...

Por todo ello nos podemos imaginar el erotismo que desprendían estas mujeres durante sus bailes, algunos estudiosos han querido equiparar este tipo de danza como una mezcla entre el sensual baile del vientre árabe y el posible origen del fogoso baile flamenco andaluz.

La genial pluma de Marcial (VI.71) nos da una idea de las virtudes de estas jovencitas en otro de us epigramas, capaces de hacer perder las cabezas y (en algunos casos las fortunas) a sus enamorados clientes: "Experta en adoptar posturas lascivas al son de las castañuelas béticas y en danzar según los ritmos de Gades, capaz de devolver el vigor a los miembros del viejo Pelias, y de abrasar al marido de Hécuba junto a la mismísima pira funeraria de Héctor. Teletusa consume y tortura a su antiguo dueño. La vendió como sirvienta y ahora la ha comprado para concubina."

Puellae Gaditanae, de Julio Ceballos.

Como podemos ver estas bailarinas eran mujeres versadas en todo tipo de artes: música, danza, poesía, canto... expertas en ir subiendo la temperatura de las alegres veladas romanas, poco a poco, con danzas, poemas y canciones cada vez más subidas de tono. Las letras de sus canciones eran de un claro lenguaje provocador y bastante explícito como vemos en estos versos:

"Quizás esperes un coro que se ponga a cantar las lascivas canciones gaditanas, y que las chicas, animadas por los aplausos, se tiendan en el suelo meneando el trasero" (Sátiras XI, 162-164).

"Que escuche el repique de las castañuelas y las palabras que se niega a oír incluso la prostituta que se exhibe desnuda en un burdel bochornoso..." (Sátiras XI, 172-173).

Mosaico romano con música y bailarina.
Eran tan famosas estas canciones licenciosas de origen gaditano que incluso la gente las canturreaba por la calle, o al menos las personas con poca decencia pública como sugiere Marcial (111.63) en este otro epigrama:

"Catilo, eres un afeminado, muchos dicen eso y oigo. Pero dime ¿qué es un afeminado? Un afeminado es el que peina sus cabellos con estudiada afectación; el que siempre huele a bálsamo y a cinamomo; el que canturrea tonadas del Nilo o de Gades [...]."

El testimonio de estos autores romanos también nos habla de la importancia que tuvieron diversos instrumentos musicales en este tipo de espectáculos, como los címbalos o los crótalos ... Aunque si alguno destaca sobre manera son las crusmatae, instrumento que consistía en un par de planchas de madera o metal que se entrechocaban, ancestro instrumental de nuestras actuales castañuelas.
Crusmatae.

Por último, añadir que estas puellae gaditanae alcanzaron tanto notoriedad en Roma que no había fiesta que se preciase si no contaba con su presencia. Incluso fue necesario que "en Roma enseñaban los bailes y las canciones de Cádiz desvergonzados maestros de danza" ante la gran demanda que existía de este tipo de espectáculo.

Y como no podía ser de otra forma en los famosos priapeos (poemas de carácter erótico-festivos) también se menciona a estas bailarinas gaditanas que no sólo animaban los festines de la disoluta sociedad romana, sino que se pasaban el día callejeando por las zonas de más afluencia de público como el Circo Máximo.

"Quincia, delicias del pueblo, conocidísima del Circo Magno, experta en menear sus vibrantes nalgas, deposita en ofrenda a Príapo los címbalos y crótalos, sus instrumentos de calentamiento, así como los tambores golpeados con firme mano, En compensación suplica ser siempre grata a los espectadores y que su público esté siempre erecto como el dios".

Para despedirnos os dejamos con esta otra descripción que nos hace Juvenal (Sat. XI, 162) de estas bellas puellae gaditanae que en este pasaje resume muy bien todo lo explicado sobre ellas:

"Acaso esperes muchachas gaditanas que en coro se pongan a entonar lascivos cantos de su país y enardecidas por los aplausos, exageren sus temblorosos movimientos de cadera, y las jóvenes esposas que, tendidas junto al marido, contemplan este espectáculo que sólo contado en su presencia debiera ya ruborizarlas. [...] Mayor es, sin embargo, esta voluptuosidad en el otro sexo, que se excita con más vivez y, pronto al placer que se mete por ojos y orejas, provoca la incontinencia. estas diversiones no caben en mi casa. Escuche esos repiquetes de castañuelas, esas palabras que no siquiera pronunciaría el esclavo desnudo que permanece en el maloliente lupanar; gócese con esos gritos obscenos y con todo refinamiento del placer aquél que ensucia con sus vomitonas el mosaico lacedemonio; nosotros perdonamos esos gustos a la Fortuna".




BIBLIOGRAFÍA

Blázquez Martínez, J.M.; Mujeres extranjeras en Roma en la poesía de Marcial. Revista Gerión. Madrid. 2004.

Eslava Galán, J.; Historia de España contada para escépticos, Planeta, 2004.

Jiménez Flores, A.M; Cultos fenicio-púnicos de Gadir: Prostitución sagrada y Puellae Gaditanae.

Monzón Acosta, I.; Bailarinas de Cádiz, Historia de Iberia Vieja, nº 7, 2017.

Olmos, R.; Puellae gaditanae: ¿Heteras de Astarté?, AespA, 64, 99-100. 1991.