sábado, 30 de julio de 2016

Museos con mucho sexo: Ashmolean Museum, Oxford

Museos con mucho sexo:
- Ashmolean Museum (Oxford)
- British Museum (Londres)
- Museo del Prado (Madrid)

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Esta nueva sección nace por una anécdota que me pasó este fin de semana visitando el Ashmolean Museum de Oxford. Se puede decir que por defecto "profesional", cada vez que visito un museo me es imposible no buscar y detenerme en aquellas obras, que nuestra moral y educación, considera de claro carácter erótico o sensual.

Y claro, cualquier museo que exponga cerámicas griegas y romanas, te propone un divertido juego de buscar y encontrar aquellas cerámicas de carácter más "pornográfico", porque haberlas, haylas! Así que descubro un kylix griego (una copa), con una representación de un sympossio griego, es decir, de un gran banquete: hombres tumbados en sus divanes, bebiendo vino y escuchando música, el tono festivo de la copa viene resaltado por la representación de una Gorgona con actitud burlesca, mostrando con descaro su lengua al espectador... Y cual es mi sorpresa cuando me dispongo a observar la copa por detrás y descubro que la base donde se apoya este kylix son unos testículos y un falo.

Cámara en mano, me dispongo a efectuar la foto de rigor, cuando escucho detrás de mí, el típico soniquete de negación, me giro y me veo a un señor mayor, negando con la cabeza y reprochándome casi con la misma cara burlona de la Gorgona que sacase esa foto...

Kylix de figuras negras, Atenas. 550-500 BC.
Ashmolean Museum, Oxford.
Así que decidí, no sólo sacar la foto, sino publicar todas aquellas piezas de carácter erótico que se exponen (o se esconden) en aquellos museos que voy visitando, para que así nuestros lectores, cuando visiten algunos de estos museos, se animen a buscar estas eróticas piezas.

Lógicamente esta nueva sección 'Museos con mucho sexo' está íntimamente hermanada a la sección 'Las salas secretas de los Museos', ya que a pesar de nuestra aparente modernidad, aún seguimos arrastrando algunos de la tabúes y clichés sobre la sexualidad que marcaron el nacimiento de estas salas secretas.

Porque a pesar de que ya no existen estas salas reservadas, ya que estas piezas han sido repartidas por las diferentes secciones de los museos, diluyendo el efecto provocador que guardaban todas en conjunto, sí que podemos asegurar que un gran número de museos aún "esconde" en sus almacenes numerosas piezas de claro carácter pornográfico.

Y aunque algunos museos, expongan abiertamente algunas de las piezas eróticas más llamativas, como puede ser el caso de la 'Copa Warren' en el British Museum, la mayor parte de estas piezas suelen estar camufladas entre otras colecciones, por lo que sólo el visitante más pausado podrá deleitarse con tan magníficas obras.

Cara 'B' de la Copa Warren. British Museum.

Es más, creemos que la más clara muestra de la mojigatería de la mayor parte de museos es que ninguno dedica una sección en particular a la sexualidad y al erotismo (a excepción de contadas exposiciones temporales). Así por ejemplo, podemos ver secciones dedicadas a aspectos tan concretos como la música, los oficios, los espectáculos, las divinidades, la muerte, la vida cotidiana o las mujeres... pero nunca, una sección destinada a algo tan importante y fundamental en vida de un ser humano como es el SEXO.

Por último, invitar a nuestro lector que colabore activamente con esta sección, ya sea proponiéndonos otros museos, o señalándonos otras piezas destacadas por su erotismo...


Ashmolean Museum of Art and Archaeology, University of Oxford.

Este museo, situado en Beaumont Street, en pleno centro histórico de Oxford, se caracteriza por ser el primer museo universitario del mundo, ya que se creó a finales del siglo XVII para albergar la colección de curiosidades que Elias Ashmole donó a la Universidad de Oxford.

Por lo que este pequeño, aunque coqueto, museo aún mantiene cierto aire de gabinete de curiosidades que, mezclado con su carácter de museo moderno, le confiere una atmósfera especial, convirtiéndolo en una parada obligatoria si visitas esta prestigiosa ciudad universitaria.

Entrada al Ashmoleam Museum.


Egipto

Nuestro recorrido erótico no puede tener un mejor inicio, ya que nada más entrar al museo, a mano izquierda, dos colosales estatuas de Min, dios de la fertilidad egipcio, nos dan la bienvenida (agarrándose con su mano a un erecto aunque desaparecido falo) a las colecciones del mundo antiguo.

Esculturas del dios egipcio de la fertilidad Min


Templo de Min, Koptos
Y es que, como le ha pasado a muchas otras esculturas de la Antigüedad, sus falos fueron destruidos casi en el mismo momento de su descubrimiento para salvaguardar la moral de su posible público.

Ambas estatuas son del período predinástico (3300 a.C), y provienen del Templo de Min en Koptos, destacando por su tamaño, unos 4 metros, y por la llamativa oquedad que queda, dónde en su día tuvo que haber un enorme y erecto falo de piedra caliza. Este culto al dios de la fertilidad fue de gran importancia en el antiguo Egipto, ya que el museo nos muestra un relieve del mismo Templo, realizado más de 1500 años después, bajo el reinado del Faraón Intef V, donde también podemos observar la figura itifálica del dios Min.

Chipre

Entre las colecciones más destacadas del museo están las piezas pertenecientes a la cultura chipriota y su amplia colección de cerámica griega y minoica. Entre las piezas más llamativas de estas culturas mediterráneas antiguas están los pequeños ídolos de diosas de la fertilidad, asociados a cultos primigenios a Afrodita, o a la diosa egipcia Hathor, o la babilónica Astarté.

Estatuillas de diosas de la fertilidad-amor.
Izquierda: Placa de la región de Canaán, Astarté, con atributos de Hathor.
Derecha: Escultura de Afrodita-Astarté de Chipre.

Estas figurillas de diosas desnudas con  atributos sexuales marcados tienen una larga tradición por todas las culturas mediterráneas, por lo que es bastante habitual encontrarlas expuestas en las vitrinas de muchos museos: algunas más arcaicas, otras más realistas, y aunque mucho se ha discutido sobre su significado y funcionalidad, muchas comparten una evidente carga erótica o sexual.

Grecia

Y así llegamos a las sugerentes y sorprendentes salas de cerámica griega y romana, dónde siempre nos encontramos alguna sorpresa escondida entre el resto de piezas expuestas. Por lo que animo al visitante a localizar estas dos cerámicas griegas del Asmolean tan representativas de la sexualidad griega:

- Por un lado tenemos una cerámica ateniense de figuras rojas, atribuida al pintor Byrgos y hallada en la ciudad de Vulci, en Italia. En ella podemos encontrar una clara representación de un tema tan controvertido y polémico como la pederastia griega. Aunque como queda bien patente en la imagen es un tema polémico pero innegable, fundamental en la educación formativa de la juventud aristocrática griega.

Cerámica de figuras rojas, con escena de pederastia.

En ella, podemos ver la imagen de un adulto que acerca su mano a la zona genital de un joven que a cambio de estos "favores sexuales" recibe un regalo.

- Y finalmente llegamos a la cerámica causante de esta entrada, un cerámica, esta vez de figuras negras, fechada en torno al 550-500 a.C y que representa una escena de un famoso banquete griego, aunque para descubrir la sorpresa hay que asomarse (aunque discretamente) por detrás de la vitrina...

Kylix de figuras negras.

Roma

Y para finalizar este paseo por el occidente del mundo antiguo nada mejor que localizar dos de las piezas más explícitas expuestas en el museo, como no! se tratan de dos fragmentos de cerámica romana, dos fragmentos de terra sigillata del siglo I y que representan a una pareja copulando en diferentes posiciones.

Sigillatas romanas con escenas de copulación.

India

Seguimos nuestro recorrido por el mundo antiguo pero ahora viajamos al siempre exótico y sensual oriente, a la sala dedicada a la India, a ojos de un occidental todo aquí rezuma sensualidad: y es que su concepción abierta y positiva del sexo y de la sexualidad hace que cualquier sala dedicada a la India contenga imágenes que hasta prácticamente el siglo pasado estuvieron censuradas en todo tipo de museos: diosas de exuberantes formas, bailarinas de sinuantes caderas, y escenas donde se celebra el amor, el sexo y la pasión amorosa...

Así podemos encontrar objetos tan maravillosos como la sensualidad contenida de esta bailarina, o la ternura de una pareja de amantes abrazados...

Aunque también podemos contemplar obras mucho más explícitas como esta placa de marfil con una representación de una pareja copulando:

Este de la India, S. I- II a.C
© Ashmolean Museum, University of Oxford
Jack of Hilton

Y llegamos a la que sin duda es la estrella de este recorrido erótico por el Asmolean Museum, tanto por su peculiaridad como por dónde y cuándo fue fabricado, siendo toda una celebridad en el mundo del arte erótico inglés, estamos hablando ni más ni menos que del famosísimo 'Jack of Hilton'.

Para encontrarlo debemos descender a la planta baja, a la sala número 8 dedicada al nacimiento de este museo, ya que esta figura descansa en este museo desde el mismo momento de su fundación.


Jack of Hilton, Ashmolean Museum, Oxford.

Esta inusual escultura de bronce es un aeolipile o un avivador. Su funcionamiento era bastante básico, se rellenaba de agua y se colocaba cerca de la chimenea, ya que al calentarse, el vapor de agua surgía a través de un pequeño orificio que servía para avivar las llamas.

Esta figura conocida con el nombre de Jack de Hilton fue hallada en Hilton Hall, en el condado de Staffordshire y causó un gran revuelo en el siglo XVII, ya que parece ser que toda Inglaterra había oído hablar de ella, no sólo por ser una de las mejores obras de orfebrería del siglo XIII, sino también por la extraña ceremonia que se celebraba cada Año Nuevo en torno a esta figura.

Su atrevida fisionomía y el espectacular silbido que emitía cuando entraba en ebullición atrajo a toda clase de curiosos, científicos y anticuarios. Entre ellos estaba incluido el Dr. Plot, naturalista y el primer profesor de Química de la Universidad de Oxford.

La sorpresa de encontrarnos con esta original pieza, nos ha obligado a investigar más sobre ella, por lo que muy pronto ampliaremos los datos sobre este Jack of Hilton, y otras eolípilas, aparecidas en Inglaterra. Además os explicaremos en qué consistía el curioso y estrafalario ritual que se daba en presencia de Jack of Hilton...

¡Os esperamos!













domingo, 10 de julio de 2016

El Banquete de las Castañas: Una orgía en el Vaticano

No existe en toda la historia una familia que acumule más rumores y difamaciones sobre sus miembros que la poderosa familia de los Borgia,  y lo peor de todo es que, durante siglos, muchos de estos rumores se han dado como ciertos.  Sólo la historiografía actual, y con mucho trabajo, está logrando desterrar algunos de estos bulos y esclarecer algunos de los mitos existentes sobre esta poderosa familia.

Aunque la verdad sea dicha, los Borgia, se ganaron a pulso buena parte de su leyenda negra, ya que la ambición y las ansias de poder guiaron siempre sus pasos, no dudando en utilizar todos los medios a su disposición (sexo, corrupción, asesinatos) para conseguir sus fines... como bien aseveró su contemporáneo Maquiavelo.

Retrato atribuído (falsamente)
a Lucrecia Borgia,
por Bartolomeo Veneto.
Y como en toda buena leyenda negra, si aparte de asesinatos, conspiraciones o traiciones, le añades un poco de sexo, la historia gana muchos enteros, y la crónica de los Borgia está repleta de escándalos de índole sexual: lujuria desenfrenada, incesto y hasta orgías.

Aunque como es habitual en estos casos la figura que sale peor parada es la de una mujer: Lucrecia Borgia, que fue acusada de todo tipo excesos sexuales, siendo acusada de mantener relaciones con su hermano y hasta con su padre, el papa Alejandro VI, por lo que era apodada entre sus enemigos como 'la puta del Papa'.

Pero el caso que nos trae hoy aquí es quizá la orgía más famosa de todos los tiempos, y lo es, por que está "excelentemente" documentada, teniendo día y hora de cuándo y cómo se produjo... adelante pónganse cómodos y les invitamos a participar en el famoso 'Banquete de las Castañas'.

El Banquete de las Castañas

Este suceso viene recogido en dos textos de dudosa veracidad, por un lado contamos con una misiva anónima que fue enviada a un noble de la corte austríaca, conocida como 'Carta a Savelli', donde se narran toda una serie de fechorías realizadas por la familia Borgia. Más interesante es la reseña que hace de este famoso banquete Johann Burchard, en su 'Liber Notarum', un enigmático texto aparecido en América y donde el propio Burchard, secretario del Papa, narra lo sucedido aquella noche.


Viñeta del cómic 'Los Borgia' de Milo Manara
Así pues, por lo que se desprende de estos dos textos, en la noche del 30 de octubre de 1501 se organizó una fastuosa velada en el Palacio Apostólico Vaticano, una fiesta que pasaría a conocerse como 'El Banquete o el Baile de las Castañas', y donde estaban invitados los prohombres más importantes de la ciudad de Roma, entre ellos, varios ministros de Dios.

El banquete organizado por el poderoso César Borgia y su padre, el papa Alejandro VI, no escatimó en gastos, sirviéndose distintas comidas y bebidas. Pero la sorpresa final se guardaba para los postres, después de la cena se recogieron las mesas y se dispusieron varios candelabros por el suelo ante la mirada atónita de los invitados. A una orden de César, cincuenta cortesanas aparecieron en la sala, que empezaron a bailar sensualmente en torno a los candiles, desnudándose poco a poco y proyectando sus exuberantes sombras hacia las paredes del salón.

"El Pecado" de Heinrich Lossow, 1880.
Obra inspirada en el 'Banquete de las castañas'
Pero el juego no había hecho más que empezar, César manda arrojar castañas entre los candiles y las cortesanas, con las manos atadas, debían recogerlas con la boca, aumentando considerablemente el ambiente erótico del banquete, ya que a la desnudez de las meretrices había que sumar las posturas lascivas que debían adoptar para alcanzar las castañas, exhibiendo sus grupas a su fascinada audiencia.

Por lo que los más lascivos no pudieron frenar sus impulsos, iniciándose acto seguido una gran orgía, donde hasta los miembros del clero participaron sin ningún reparo. Pero los Borgia guardaban una sorpresa más, para aquellos tres hombres capaces de yacer con más número de damas, les aguardaban fastuosos premios en joyas y lujosos ropajes, por lo que un grupo de criados llevaba la cuenta del número de veces que eyaculaba cada invitado.

De esta forma condenaba la famosa 'Carta a Silvio Savello' los excesos cometidos en aquella jornada dentro de los palacios Vaticanos:

 "¿Quién no se escandaliza al escuchar los relatos de la monstruosa lujuria que se practica abiertamente en el Vaticano, desafiando a Dios y a toda la decencia humana? ¿Quién no siente rechazo por la perversión, el incesto y la obscenidad del hijo y la hija del Papa y de las hordas de cortesanas que hay en el palacio de San Pedro? No existe casa de perversión o burdel que no sea menos respetable. El 1ro de noviembre, la Fiesta de Todos los Santos, cincuenta cortesanas fueron invitadas a un banquete en el palacio pontificio y su actuación ahí fue de lo más repugnante. Rodrigo Borgia es un abismo de vicios y un destructor de toda justicia, humana o divina".


El festín se prolongó hasta tan altas horas de la madrugada, que el propio Papa se ausentó al día siguiente de una de las más importantes ceremonias cristianas, como la festividad de Todos los Santos, hecho que escandalizó casi tanto como la orgía celebrada la noche anterior.

Un poco de historia...

Aunque no dudamos que los Borgia cometieron todo tipo de excesos sexuales, e incluso si nos atenemos a la definición de la RAE de la palabra orgía: "Fiesta desenfrenada donde se come, bebe y mantienen relaciones sexuales inmoderadamente" es probable que también participasen en alguna orgía.

Los hechos aquí narrados, son tan descarados e irreverentes, que su veracidad hay que ponerla en cuarentena, más aún, sí se analiza históricamente la "Carta a Savelli", un documento anónimo, aparecido en Tarento y conocido también con el nombre de 'lettera antiborgiana' (la carta antiborgiana), y es que en ella, no sólo se narra esta orgía, sino que carga contra los Borgia acusándolos de todo tipo de crímenes, comparándolos con los mismísimos Calígula o Nerón.

Aunque este no es, ni mucho menos, el único texto de estas características, ya que los ataques a los Borgia se redoblaron en Italia al calor de su fulgurante ascenso político, apareciendo todo tipo de libelos y panfletos, a cada cual, más feroz e iracundo. Siendo considerada esta "Carta a Savelli" uno de los ataques más furibundos contra la familia Borgia.

Orgia romana en tiempos de los césares, Henryk Siemiradzki, 1872.
Óleo sobre tela. Museo de San Pietroburgo, Russia.
Por lo que la intención política de esta misiva, parece clara, exagerar los escándalos de los Borgia para desprestigiarlos ante la Corte Austriaca, ya que el destinatario de esta carta era un noble austríaco llamado Silvio Savelli; y de esta forma, alejar a la poderosa familia romana de una posible alianza con el Emperador Maximiliano I.

Además si analizamos las fechas y los hechos narrados aparecen claras anacronías, ya que a pesar de que el documento está datado a 15 de noviembre de 1501, en la misma misiva se narran sucesos que sucedieron al año siguiente como la marcha de Lucrecia a Ferrara en enero de 1502 o la conquista de Nepi y Camerino por César Borgia.

Por lo que parece evidente que este documento fue escrito por un enemigo declarado de los Borgia, tal vez uno de los barones vaticanos condenados al exilio por alta traición.

Al engrandecimiento de su leyenda negra también contribuyó Johann Burkhardt, maestro de ceremonias vaticano, y uno de los mayores enemigos de Alejandro VI, que no dudó en difamar a la familia Borgia con acusaciones de todo tipo en su texto de 'Liber Notarum', incluyendo truculentas descripciones de sus peores fechorías y las más detallada descripción de este famoso 'Banquete de las Castañas'.

Conclusión

Aunque difícilmente podremos descubrir qué pasó realmente aquella noche dentro de los palacios Vaticanos, podemos aventurar que la "verdad" se encuentre en un término medio. Por lo que sí que es probable que se celebrase un suntuoso festín dentro de las estancias vaticanas, incluso es bastante probable la presencia de varias cortesanas, diestras en varias artes tales como la danza o el canto, para amenizar la velada. Por lo que el ambiente, con la presencia de estas mujeres y al calor del vino, es posible que se fuese erotizando en exceso...

Pero pasar de una celebración subida de tono, imaginamos que nada rara en los ambientes palaciegos de la época, a la orgía antes descrita hay un buen trecho, y es que cómo hemos demostrado, el análisis de los documentos históricos evidencia que la descripción de esta famosa orgía obedece a una campaña de desprestigio lanzada por los numerosos enemigos de la familia Borgia.









sábado, 2 de julio de 2016

Salas secretas y pinacotecas eróticas en la España Moderna

Las 'Salas Secretas' de los Museos:
1.- Gabinete de Objetos Obscenos de Nápoles
2.- British Secretum, el armario 55
3.- Salas secretas y pinacotecas eróticas en la España Moderna
3.1.- La Sala Secreta del Museo del Prado
3.2.- Los gabinetes reservados de los nobles  
4.- El Infierno de la Biblioteca Nacional Francesa

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  Salas secretas y pinacotecas eróticas en la España Moderna:

Para facilitar la lectura de este tema y no hacer una entrada demasiado extensa hemos decidido dividirla en varios capítulos:
- Este primer capítulo se puede considerar como una gran introducción general, donde a grandes rasgos veremos la conformación de las distintas salas reservadas.
- En una segunda parte explicaremos con más detalle el surgimiento y las vicisitudes de la gran pinacoteca de carácter erótico que mantuvo la Monarquía Hispánica, y que a la postre fue el germen fundacional de la Sala Secreta del Museo del Prado.
- Por último, en el tercer capítulo cerraremos este tema analizando los principales gabinetes reservados de la aristocracia española, unas colecciones que aunque de carácter privado, no tuvieron nada que envidiar a la de la casa real, ya que albergaron grandes obras de la pintura universal como 'La Venus del espejo' de Velázquez, o las 'Las Majas' de Francisco de Goya.

Introducción

Ya hemos visto en este blog como, a lo largo de la historia, los mayores consumidores de obras eróticas o pornográficas han sido precisamente aquellos representantes del pueblo a los que se les estimaba una más alta consideración moral, ya fuese por su dignitas o por su condición social.

Es decir, normalmente han sido los personajes más ricos y poderosos de la sociedad los que se han podido permitir atesorar obras y colecciones de lo más atrevidas. Ya vimos como en la Antigua Roma ricos patricios romanos decoraban sus lujosas villas con todo tipo de frescos o esculturas de carácter erótico, y es bien sabido el carácter lascivo de muchos de los emperadores romanos que no dudaron en crear auténticos palacios de la perversión y el vicio.

Venus del Espejo, Diego Velázquez.
National Gallery, Londres.


Un vicio muy real....

Pero esta moda no sólo fue cosa de los depravados romanos, en esta entrada veremos como en la muy cristiana y devota España de la Contrarreforma, algunos de sus principales personajes, precisamente aquellos encargados de velar por la integridad moral de sus súbditos y lacayos, también cultivaron ciertos placeres ocultos.

Encabezaron esta moda los grandes monarcas de la cristiandad, que crearon salas íntimas de descanso, donde guardaban algunas de sus más preciadas pinturas. Posteriormente, cuando las colecciones reales empezaron a mostrarse al público, estas mismas obras se custodiaron en salas reservadas sólo aptas para ciertos estudiosos o personas de moral íntegra.

Por lo que casi todos nuestros reyes, a excepción de Carlos III, que quiso quemar gran parte de los desnudos eróticos de la colección real, fueron grandes coleccionistas de arte erótico... Empezando por el muy devoto Felipe II, o el promiscuo Felipe IV, que engrandeció la colección real con las pinturas más sensuales de Rubens, hasta llegar a nuestra Edad Contemporánea con el también lascivo Fernando VII.

Así es bien sabido que la primera gran colección de obras de arte de marcado carácter erótico fue creada por el piadoso y católico Felipe II, quién no dudó en encargar al maestro del erotismo, Tiziano, sus famosas "poesías": Un conjunto de obras mitológicas (Danea, Venus y Adonis, Perseo y Andrómeda, Diana y Acteón, Diana y Calisto y El Rapto de Europa) realizadas para ser vistas en conjunto, casi desde la perspectiva de un voyeur, y que formaron una de las más formidable colección de desnudos de la época.

Danae recibiendo la lluvia de oro, Tiziano.
Museo del Prado.
Por lo que suponemos que los rumores sobre la existencia de esta privada colección real despertó la admiración y la envidia del resto de nobles y burócratas reales, queriendo ellos mismo emular estos gustos reales y decorar sus propios palacios con las últimas modas llegadas de los muy humanistas y refinados estados italianos.

Así que desde muy pronto algunos miembros de las más altas casas nobiliarias, cuyas fortunas y posición social les permitían saltarse ciertos escollos morales (y legales), también crearon sus propios gabinetes secretos, iniciándose una tradición de pinacotecas eróticas que podemos rastrear desde la segunda mitad del siglo XVI hasta prácticamente nuestros días.


Las pinacotecas eróticas de los nobles.
La escuela del amor, Correggio.
National Gallery (Londres).

A pesar del férreo control que quiso imponer la Iglesia Católica sobre la creación y posesión de obras de arte de carácter erótico, es evidente que muchos nobles, ya fuese por un placer personal, por cierto esnobismo, o por emular ciertas modas de las grandes monarquías europeas, atesoraron un gran número de obras pictóricas, donde los desnudos, a pesar de su supuesto trasfondo bíblico o mitológico, podían ser considerados bastante atrevidos para la época, ya que realmente el desnudo era el gran protagonista de la obra.

Y es que como venimos insinuando desde el inicio de esta entrada, la posesión de ciertas obras de carácter erótico, va más allá del mero placer personal y hedonista, es una forma de mostrar y exhibir cierto poder social, ya que sólo los personajes más poderosos pueden saltarse ciertas convenciones sociales y transgredir unas normas impuestas al resto de la sociedad. Por lo que la creación de estos gabinetes secretos son una muestra más de cómo, desde siempre, han existido diferentes normas morales según la posición social del individuo.

Así pues, las colecciones de temas mitológicos, donde los desnudos ocupaban un lugar central, fueron muy habituales entre las familias aristocráticas, especialmente entre aquellos nobles que habían estado en contacto con las culturas flamencas o italianas, territorios mucho más abiertos y permisivos en todo lo relativo a la moral, por lo que la moda de los desnudos pictóricos pronto se expandió entre las principales familias nobiliarias, despertando el fuerte rechazo de algunos de los principales moralistas de la época.

Iglesia y censura

A pesar de todo lo descrito hasta ahora, no hay que olvidar que estamos en la España de la Contrarreforma, Europa se desangra en guerras de religión, por lo que el poder y la influencia de la Iglesia crece de manera exponencial justamente en estas centurias, creándose su temible y poderoso brazo armado... la Inquisición. 

Por lo que la presencia de la sombra de la Inquisición estuvo siempre muy presente, especialmente en todo lo relativo a las artes, y especialmente sobre el mundo de la pintura, ya que al ser una de las artes con más "libertad expresiva" fue vigilada estrechamente.
Lot embriago por sus hijas, Francesco Furinni.
Museo Nacional del Prado.
Y es que en el siglo XVI, los desnudos aún eran una rara avis en el mundo del arte, por lo que estos primeros desnudos fueron duramente criticados tanto desde el ámbito artístico como desde posiciones teológicas y moralistas.

Para que nos hagamos una idea señalar que la mayor parte de los artistas, para realizar pinturas de cuerpos femeninos, tenían que recurrir a copias de esculturas romanas, ya que la visión de un cuerpo real femenino para su plasmación en un lienzo podía acarrear funestas consecuencias tanto para el artista como para la modelo.

Y es que la Iglesia consideraba estas obras auténticos pecados mortales. Incluso se escucharon voces, como la de Bernardino de Villegas que denunciaba expresamente que algunos se permitieran «las indecencias de pinturas profanas […] por adorno de sus galerías y recreo de sus sentidos». Más allá iba el poeta fray Hortensio Félix Paravicino que proponía la destrucción de todas aquellas obras pictóricas con representaciones de desnudos.
Y como apuntamos en la introducción tenemos suerte de conservar algunas de estas grandes joyas universales, ya que en 1762, el muy ilustrado Carlos III por influencia de su confesor el padre Eleta estuvo a punto de condenar a la hoguera muchas de las obras de su colección real, ya que estos lascivos cuadros sólo servían para excitar las mentes y eran contrarios a la moral pública. Sólo la intervención del pintor Meng y el Marqués de Esquilache lograron evitar tal desastre, ya que aludiendo valores artísticos, lograron convencer al monarca de salvar las obras.

Así vemos como la relación entre el desnudo y la censura era objeto de continúas polémicas, por lo que una de las formas de sortear la censura era encargar las obras a artistas extranjeros, ya que podían trabajar en sus estudios, sin temer una inoportuna visita de los inquisidores. Por todo ello, estos cuadros sólo se exponían en aquellas salas y salones de carácter más reservado de palacios y villas, lejos de inoportunas e indiscretas miradas de visitantes o empleados de menor confianza. Ya que a pesar de pertenecer a familias nobles y poderosas, cualquier sospecha o rumor podía ser utilizado para hacer caer en desgracia a rivales políticos incómodos.

Como mero apunte del prolongado poder de la Iglesia y la Inquisición, señalar que en fechas tan tardías como principios del siglo XIX, cuando en Europa aún retumbaban los ecos de la Revolución Francesa, en  España, la Inquisición fue la encargada de confiscar los desnudos que, el ahora caído en desgracia, Godoy acopiaba en su fabulosa pinacoteca.

Venus dormida, de Giorgone y Tiziano. 1510.
Galería de Pinturas de los Maestros Antiguos, Dresde (Alemania)


Conclusión

Todo ello no impidió que los mayores artistas de la época, bajo el amparo de monarcas y nobles, pusieran sus pinceles al servicio del erotismo y la sensualidad. Tiziano, Velázquez, Correggio, Rubens,... todos retrataron algunos de los más hermosos y sensuales desnudos de la historia del arte.

Así sabemos, por ejemplo, que Velázquez pintó hasta tres cuadros de este temática, aunque desgraciadamente el único que se ha conservado es la famosísima  'Venus del espejo', cuadro que decoró villas y palacios de los nobles más ilustres de nuestra sociedad. En 1651 fue inventariada entre los bienes de Gaspar de Haro y Guzmán, hijo de un ministro de Felipe IV, pasó después a la casa de Alba, para terminar decorando una de las pinacotecas nobiliarias más importantes de todos los tiempos, la del 'Príncipe de la Paz', Manuel Godoy.

Otra obra que ha pasado a la posteridad por su elevada sensualidad es la 'Danae' de Tiziano, una obra que desprende tanto erotismo que ha pasado su existencia siendo encerrada de una habitación a otra, y alberga el dudoso honor de ser la última obra que salió de la Sala secreta del Museo del Prado para su exhibición pública.

Por todo ello podemos deducir que durante la Edad Moderna el hombre redescubrió la sensualidad y el erotismo en las artes, por lo que la alta aristocracia cortesana no dudó en encargar obras de evidente carácter erótico para su disfrute personal, lienzos que sin duda ayudaron a canalizar los estímulos sexuales de sus propietarios, convirtiéndose en auténticas liberadoras de la pasión sexual.


¡Os esperamos en los próximos capítulos!






BIBLIOGRAFÍA

GARCÍA CUETO, D.; La pintura erótica en las colecciones aristocráticas madrileñas de la segunda mitad del siglo XVII, Visiones de pasión y perversidad / coord. por Víctor Manuel Mínguez Cornelles, Inmaculada Rodríguez Moya, 2014, págs. 40-57

PORTUS, J.; Los cuadros secretos del Prado, Revista Katharsis, Nº 2. Abril 2004/Revista Electrónica Cuatrimestral. en  http://www.revistakatharsis.com/rev_abr_04_sm_pint_02.html

GEORGE, B., Las lágrimas de Eros, Barcelona, Tusquets, 1997.
EDWARD, L., Sexuality in Western Art, Londres, Thames and Hudson, 1991.
MORÁN, M. y CHECA, F., El coleccionismo en España, Madrid, Cátedra, 1985.
PORTÚS, J. La Sala Reservada del Museo del Prado y el coleccionismo de pintura de desnudo en la Corte española, 1554-1838, Madrid, Museo del Prado, 1998.
VV. AA., El desnudo en el Museo del Prado, Madrid y Barcelona, Fundación Amigos del Museo del Prado y Círculo de Lectores, 1998.


[En Internet]

La colección de arte de Godoy en
https://art-y-cultura.blogspot.co.uk/2015/06/la-coleccion-de-arte-de-godoy-digna-de.html