viernes, 31 de octubre de 2014

Sexo e Islam


AMOR

Dentro de la cultura árabe la importancia del amor es incuestionable, buena prueba de ello es la diversidad léxica existente para describir la palabra amor. Encontramos más de 50 palabras que definen la palabra amor, algunas de ellas, introducen pequeños matices o características según el tipo de amor, ya sea apasionado, o casto, o puro, etc. Esta gran riqueza semántica es muestra de alto conocimiento que tuvo la cultura islámica sobre el concepto del amor y el gran nivel y exquisitez que alcanzaron sus poetas en su período de mayor esplendor.

Nuestro poeta cordobés, Ibn Hazm, en su tratado 'El collar de la paloma', fue el mejor entre los poetas árabes en tratar el tema del amor. En su libro nos explica que de todos los placeres creados por Allah amar y ser amado es la mayor felicidad posible:


Uno de los aspectos del amor es la unión amorosa que constituye una sublime fortuna, un grado excelso, un alto escalón, un feliz augurio; más aún: la vida renovada, la existencia perfecta, la alegría perpetua, una gran misericordia de Dios."
- Ibn Hazm, 'El collar de la paloma'


SEXUALIDAD

A diferencia de la cultura cristiana, en el Islam, la sexualidad, siempre que se atenga a unas reglas estrictas no es ninguna clase de tabú. Y es que la sexualidad ocupa un lugar destacado entre los versículos del Corán, describiendo la génesis de la vida como un si fuera un acto de amor físico.

El Islam concibe el sexo como un don divino, y su práctica no es algo indecoroso, incluso se puede decir que es equiparable a cualquier otro acto piadoso como la limosna o la oración. Y es que si Allah hizo de este acto, algo agradable, uno está legitimado a disfrutar de él. Por lo que para la religión musulmana el sexo no sólo tiene como fin la procreación, sino que uno también es libre de buscar el placer para conseguir la armonía sexual y por consiguiente su propia armonía espiritual.

Aunque es importante señalar la importancia que tiene el sexo dentro del matrimonio, ya que la armonía de la comunidad se consigue a través del amor conyugal. Es decir, desde el primer momento, se buscó que esta mentalidad 'abierta' respecto al sexo se aplicase únicamente dentro del matrimonio, por lo que practicar sexo fuera del matrimonio era un grave pecado.

El adulterio y sexo entre una pareja no casada ni en concubinato legal era duramente castigado. El derecho sunní lo puede llegar a castigar con la lapidación si son musulmanes, y con cien latigazos si no son musulmanes o con cincuenta sin son esclavos.

Pero en este punto nos encontramos una importante contradicción: Si el sexo sólo puede darse dentro del matrimonio, todos aquellos que por su condición social, económica, profesional (soldados), o simplemente por desequilibrios demográficos, no pueden ejercerlo dentro de esa institución caen en esta contradicción entre el norma moral y religiosa y la realidad social.

Todo esto hizo que prácticas condenadas por el ley islámica, como la prostitución o las prácticas homosexualesfueron aceptadas en las sociedades de Oriente Medio desde época medieval. La prostitución, aunque condenada por algunos imanes religiosos, siempre fue bien vista por las autoridades, ya que representaba no sólo una constante fuente de ingresos económicos sino también un medio de facilitar la paz social.

MATRIMONIO

“Casad a aquellos de vosotros que no estén casados, y a vuestros esclavos y vuestras
esclavas”

El matrimonio dentro del Islam es una obligación piadosa, en el derecho islámico se ve la institución del matrimonio como un acto de carácter, muchas veces, obligatorio. Una de las premisas fundamentales para el matrimonio es que la mujer llegase virgen al matrimonio, para ello tras la consumación del matrimonio se mostraba a los asistentes el pañuelo o las sábanas con la mancha de la sangre de la esposa. Si la mujer no era virgen se consideraba un gran deshonor para la familia, por lo que el matrimonio se anulaba inmediatamente.

Aunque según la clase social del matrimonio otros factores podían entrar en juego a la hora de contraer nupcias: su religión, su condición de libre o esclava, su fortuna, el linaje familiar, profesión, etc. En el aspecto religioso, destacar que una mujer musulmana sólo se podía casar con un varón de su misma religión, mientras que en el caso contrario, un hombre musulmán podía casarse con una mujer libre que fuese cristiana o judía (ya que estas religiones son aceptadas dentro del Corán), por lo que el matrimonio con una mujer de cualquier otra religión estaba prohibido así como casarse con un esclava que no fuese musulmana.

CONCUBINATO

Interior de un harem.
La institución del concubinato se justifica por el deseo sexual tan voraz que tiene el hombre musulmán, incluso el propio Mahoma fue ejemplo de hombre de gran virilidad y ardor sexual. Así que para que el hombre musulmán no altere la paz de la comunidad buscando nuevas mujeres fuera de su hogar, dentro de la cultura islámica se fue desarrollando la institución del concubinato, siempre que las pudiesen mantener y no descuidando a su esposa principal.

La figura de la concubina siempre fue muy apreciada por los musulmanes, ya que al tratarse, por lo general de mujeres de costumbres más libertinas, tenían un mayor dominio de las prácticas amatorias, siendo en muchos casos auténticas especialistas en algunas ramas del conocimiento, ya fuese música, poesía, danza,... convirtiéndose de esta manera en las favoritas del marido.



MUJER

La imagen de la mujer, en las tres grandes religiones occidentales, se puede decir que ha estado siempre asociada a su gran apetito sexual. A esta imagen contribuyó la literatura con todo tipo de poemas y narraciones donde la mujer se muestra como un ser libertino y pasional, incluso muchas veces directamente relacionada con el diablo, con el mal. Y es que en la teología islámica el diablo es el ser más ligado con la sexualidad, utilizando para ello a la mujer como un ser que puede arrastrar al hombre a su perdición, a desviarse de su amor legal, mediante el uso de sus encantos femeninos (o diabólicos).

Por poner sólo un ejemplo, vemos como el jurista granadino Abd al-Malik Ibn Ḥabîb consideraba que la mujer andalusí tenía el deseo sexual más desarrollado que el hombre.

Diosa Allāt sobre camello.
Taif, Arabia Saudí. 100 a.C.
El porqué de estas asociación de la mujer con el mal, daría para un largo debate, pero en resumen podemos decir, que dentro del Islam, esta asociación se hace por el rechazo a las antiguas religiones preislámicas de claro carácter femenino, como el culto a las diosas Al-Lât, Al-Uzzâ y Manât.

Así vemos numerosos ejemplos tanto en las palabras de Mahoma como en versículos del Corán donde se ataca directamente a la figura de la mujer, acusándola de todo tipos de males. Y es que la figura de la mujer ha sido un chivo expiatorio recurrente ante cualquier adversidad desde factores climatológicos adversos hasta las derrotas frente a Israel.

Testimonios no faltan, desde la palabra del propio Mahoma: “me puse a las puertas del Infierno. La masa que entraba en él era de mujeres". Hasta la visión maligna que hace el Corán de la menstruación de la mujer: “Es un mal. Apartaos de las mujeres durante la menstruación y no os acerquéis a ellas hasta que estén puras

En resumen, podemos decir que el hombre es representado como un ser racional, mientras que la mujer como un ser pasional y emocional, por lo cual es necesario controlar su sexualidad desbordante para el bien de la comunidad. La sexualidad se puso al servicio del orden patriarcal, convirtiéndose la familia patriarcal en la institución social básica.

MISOGINIA

¿Es misógino el Islam?  Si, ya que ciertas lecturas tanto del Corán como de los Hadices de Mahoma, contienen un claro matiz misógino, aunque también podemos encontrar visiones positivas sobre la figura de la mujer en el mundo árabe islámico, sobretodo en lo referente a la complementariedad de ambos sexos, elemento que se puede leer en varios capítulos del Corán; aunque parece claro que el mensaje que ha prevalecido es el de la jerarquía del hombre sobre la mujer.

Haren Mongol. Miniatura.
Arte popular.
Y es que al igual que en la tradición judeo-cristiana, Dios creó primero al hombre y de él surgió la mujer, por lo que desde el principio de la creación el hombre está situado por encima de la mujer.

Dentro del matrimonio la sumisión absoluta de la esposa al marido es una realidad incuestionable, ya que el Profeta también dijo: “Vuestras mujeres son campo labrado para vosotros.Venid, pues, a vuestro campo como queráis […]”. Estas palabras sirven de justificación para esta situación de clara dominación, incluso en los contratos matrimoniales se podía especificar si la mujer podía salir de casa o recibir visitas.

Así podemos ver que desde el inicio del Islam se recogen numerosos testimonios de carácter misógino, como el del Imam Alí, casado con Fátima, la hija de Mahoma, al que se puede considerar como uno de los primeros y más claro misóginos y antifeministas del Islam:

¡Oh hombres! No obedeced nunca y de ninguna forma a vuestras mujeres. No les pidáis
nunca su opinión acerca de nada, incluso en cuestiones de vida cotidiana (…) Son sin religión
cuando solas, están abandonadas a sí mismas; sin piedad ni virtud cuando se trata de
sus deseos carnales."

Otro ejemplo lo tenemos en el Imam Al-Yawsi que asimila lo femenino con el diablo, ya que toda mujer es fuente de tentación, por lo que hay que evitar a toda costa estar a solas con una mujer desconocida, ya que te puede empujar a caer fácilmente en el pecado.

Un hecho histórico que empeoró al condición social de la mujer, fue la conquista por parte de los árabes del Oriente, ya que adoptaron algunas de las prácticas culturales de bizantinos y sansánindas, como la de la segregación y reclusión de las mujeres, apartándolas de cualquier actividad pública o política.

Sherezade.
Aunque lo que más nos puede sorprender es que la mayor igualdad entre hombre y mujer se de en el terreno puramente sexual, ya que tanto el Corán como diferentes textos jurídicos, nos hablan de la obligación de vivir en una situación de igualdad dentro de los deberes sexuales matrimoniales. El marido debe respetar a su esposa, e incluso en casos de poligamia, debe seguir satisfaciendo a su mujer.

Incluso, nos puede sorprender más, que acostumbrados a escuchar las terribles noticias sobre ablación en numerosos países musulmanes, la mayoría de médicos árabes hablaban de la necesidad de que la mujer llegase al orgasmo como remedio para mejorar su salud, tanto física como mental. Recomendado a sus maridos recurrir a la masturbación si fuese necesario, ya que con esto se conseguiría una mayor sintonía con la pareja.

HOMOSEXUALIDAD


El Sah Abás y un paje. M. Qasim.
Museo del Louvre.
Las relaciones sexuales en las sociedades islámicas históricas han venido representadas por criterios de dominación y subordinación, como en muchas de las sociedades antiguas vistas hasta ahora en este blog. Es decir, los modernos criterios de identidad y orientación sexual no se pueden aplicar a este tipo de sociedades de carácter ‘guerrero’, ya que en estos casos suelen regirse por valores de dominador/dominado.

Así el acto sexual viene definido por la importancia de lo masculino, pero también está definido por el juego de roles entre dominador (hombre musulmán libre) y dominado, casi siempre perteneciente a una clase social inferior: esposas, concubinas, prostitutas y esclavas; pero también elementos masculinos de rango inferior como esclavos, prostitutos, incluso jóvenes, ya que al no ser todavía hombres no perdían su virilidad.   

Es decir, como ocurría en la antigüedad clásica, las relaciones homoeróticas venían marcadas por la importancia de asumir el rol activo y no el pasivo. Esto no quita, que estas prácticas fuesen consideradas pecaminosas, pero al ser realizadas por la clase dominante y al no afectar al orden social poco importaban lo que hiciesen en su intimidad.

Incluso los hombres afeminados (mujannats), aunque perdían su respetabilidad eran ampliamente tolerados e incluso en muchas cortes eran muy valorados por sus capacidades artísticas.

Aunque nos adentraremos en posteriores post en este tema, ya hemos mencionado que la poesía árabe de carácter homoerótico fue muy abundante, pudiendo leer en muchos poetas más expresiones de celebración hacia el amor masculino que hacia las mujeres. Uno de los poetas árabes más universales, Abu Nuwas, era abiertamente homosexual, e incluso en su libro más conocido 'Las mil y una noches' podemos ver numerosas referencias hacia el amor homosexual:
Ilustración de un libro de las "Mil y una noches".
"Me parece ¡oh jeque!, que eres de los que prefieren los jovenzuelos a las mujeres". Mi amigo sonrió, y dijo: "¡Así es!" Ella preguntó: "¿Y por qué? ¡oh jeque!" [...] "me concederás, ¡oh mi señora! que nada en la mujer puede compararse a las perfecciones de un joven hermoso, a su talle flexible, a la finura de sus miembros, al conjunto de colores tiernos que hay en sus mejillas, a la gentileza de su sonrisa y al encanto de su voz. Por cierto que para ponernos en guardia contra una cosa tan evidente, nos dice el propio Profeta: ¡No prolonguéis vuestras miradas sobre los mozuelos sin barba, porque tienen ojos más tentadores que los de las huríes"
- Las mil y una noches.


Por último, y como siempre repetimos, las conductas éticas y morales, y su consiguiente permisividad, fueron variando a lo largo de la historia en los diferentes reinos e imperios que surgieron a partir de la expansión del Islam. 



BIBLIOGRAFÍA

- Álvarez de Morales, C.; La sociedad de al-Andalus y la sexualidad, Actas del Congreso "Conocer Al-Andalus, Perspectivas desde el Siglo XXI", Sevilla, 2010, pp. 43-73.
- Benlabbah, F.; Breve léxico del amor en el Islam en Lo Apolíneo y lo Báquico en las tres culturas, Coord. Jiménez Cano, Murcia, 2009.

- Tornero Poveda, E.; Teorías sobre el amor en el mundo árabe medieval, Siruela, 2014.

- Ruiz-Almodóvar, C.; Mujer y sexualidad en el mundo musulmán, Universidad de Granada.

[En Internet] 

Dunne, B. Poder y Sexualidad en Oriente Medio en http://www.libreria-mundoarabe.com/Boletines/n%BA58%20Mar.08/PoderSexualidadOrienteMedio.html


jueves, 23 de octubre de 2014

Literatura Erótica Árabe

Índice de Capítulos:
I.- Literatura erótica en la Grecia Clásica (en preparación)
II.- Literatura erótica en la Antigua Roma
III.- Literatura erótica Árabe

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LITERATURA ERÓTICA ÁRABE

Llamamos literatura erótica árabe al conjunto de textos sobre el amor, el sexo y la sensualidad escritos por autores musulmanes tanto en el Oriente como en el Occidente musulmán, así como en el Magreb. La importancia del género radica en la producción sostenida a lo largo del tiempo de este tipo de literatura. Y es el que el amor, es el sentimiento que mejor han plasmado los poetas árabes con versos difícilmente inigualables por su gran belleza estética y sensual.

Nuestro objetivo en esta primera entrada es acercarnos de forma general a la literatura de carácter erótico en la cultura musulmana, viendo su evolución, sus principales autores y su relación con la religión islámica. Reservamos para próximas entradas, ya que merecen un tratamiento individualizado, algunos aspectos tan interesantes como la gran producción de literatura homoerótica o la importancia que adquirieron algunas poetisas en las cortes de Al-Andalus.

Literatura Erótica Preislámica

En la cultura preislámica, los poetas fueron una figura fundamental dentro de las tribus desérticas, ya que la importancia de una tribu también radicaba en la elocuencia de sus poetas.Esta tradición poética surgió en los desiertos de Arabia, mucho antes del establecimiento de la escritura, transmitida oralmente de generación en generación.

El tema del amor fue el centro de esta primera poesía árabe, a través de versos hermosísimos.  Además una característica de la concepción del amor en época preislámica es la adoración que tenían los beduinos del desierto hacia la belleza física.

La influencia de esta poesía beduina se prolongó durante los primeros siglos de expansión del Islam, y así durante varios siglos, desde Bagdad a Sevilla, se cantó a este amor de carácter beduino.

La temática de este tipo de poesía giraba en torno a paisajes desérticos: dunas, pozos de agua, rebaños, entre amores imposibles, aventuras galantes y despedidas amargas. Es un poesía llena de pureza de sentimientos donde la sensualidad y la idealización del amor no deja paso al aspecto más carnal.

Literatura Erótica Árabe

El nacimiento de la literatura erótica propiamente dicho está asociado a la aparición en Bagdad de una clase social rica, acomodada y ociosa que se vió sacudida ante la llegada de numerosas esclavas extranjeras que introdujeron nuevas prácticas amatorias, así como la traducción de obras filosóficas y eróticas de autores persas, indios o griegos.

Es a partir del siglo IX cuando el tema del amor y todo lo relacionado con la sexualidad, se convierte en una tema de reflexión y de estudio. La vida en el desierto deja paso a una cultura árabe mucho más urbana y cosmopolita, donde nace este nuevo tipo de poesía.

Los califas abbasíes promovieron el desarrollo de una cultura y una filosofía que abarcaba todos los aspectos de la vida, incluido el amor. Desde un punta de vista filosófico destacan los estudios sobre el amor de Avicena (Tratado sobre el amor), Al-Kindi y el tratado de los Hermanos de la Pureza.

Es un poesía cortesana, donde los elementos del desierto dejan paso a elementos de una vida más refinada y lujosa, de música, canto y amores más voluptuosos y carnales. La concepción del amor se aleja de la castidad del amor beduino y se adentra en una sexualidad más plena, con versos de gran sensualidad y disimulada lujuria. Estos poetas dedican sus versos a las coperas o cantoras, mujeres que cobraron gran importancia dentro de la sociedad cortesana, ahora se canta a amores imposibles e inalcanzables.

Los poetas más destacados de esta nueva corriente fueron Ibn Burd de Basora y sobre todo Abu Nuwas de Bagdad, el poeta más erótico e impúdico del mundo árabe.


 ¡Cántame, oh Sulaimán,
y llena de vino mi copa!
¿No ves que apareció al alba
bajo sus tenues velos?
Cuando te llegue la jarra 
agárrala y sírveme:
quiero que ella te distraiga
de la llamada del almuédano.
Sírveme el vino sin tregua,
a la vista de todo el mundo,
y hagamos como los de Sodoma.

MUYUN

Dentro de la literatura más erótica podemos distinguir dos categorías aquella que relata los placeres relacionados con el vino, Jamriyat y la de tono más verde y humorística, denominada Muyuniyat, que es el arte de evocar las cosas más impúdicas. Dentro de estas categorías encontramos cuentos, relatos, anécdotas y poesías subidas de tono.

Este tipo de literatura no sólo era popular entre las clases bajas, también hubo prestigiosos imanes y teólogos que se entretuvieron con versos de estos tipos.

"Porque la mujer es como la albahaca, si queremos saborear el aroma de la albahaca hay que
frotar las hojas entre las manos, sólo así la planta dará todo su perfume, sino no se obtendría
nada, y la planta guardaría celosamente su esencia deleitable. Lo mismo para llevar a la
mujer a la incandescencia sexual, tratadla como a la albahaca. Usad todos los medios, la
boca, la lengua, las manos…
"
- Nefsaoui

Este tipo de literatura nos habla del gran conocimiento sobre el saber erótico que alcanzó el mundo árabe, desde el arte de excitar a mantener y renovar el deseo de la pareja, desde los órganos sexuales a la naturaleza y funciones del erotismo.


Literatura Erótica e Islam

Los teólogos también produjeron una profusa literatura erótica , ya que pronto se preocuparon de informar a los fieles sobre uno de los principales motores del ser humano, muchas veces tratando el tema del amor y de la sexualidad con todo lujo de detalles. Destacar a Ibn Hazm (El collar de la paloma), y a el Jeque Nafsawi (El jardín perfumado) donde nos dice que amar es un don de Alá.

"Alabado sea Dios, que ha puesto el mayor placer de los hombres en la vagina de las mujeres y el de las muejres en la verga de los hombres. No se calma la verga hasta penetrar en la vagina y esta no encuentra satisfacción sino en aquella. Cuando se encuentran se produce la lucha, las cornadas, un combate feroz [...] Alabo a Dios como un siervo incapaz de evitar amar las cosas buenas [...]"

Y es que la religión musulmana no está en contra del deseo ni del placer siempre que se respeten los límites que impone la ley Islámica. Por lo que todo lo relacionado con el placer, el amor y el sexo se puede explicar dentro de unos discursos científicos o teológicos usando un lenguaje llano, muchas veces de carácter didáctico y otras veces, en un tono algo más atrevido y divertido, y es que alegrar el alma y el corazón es también importante dentro de la ley islámica.

Además como pasa en todas las culturas o civilizaciones que se extienden a lo largo del tiempo y ocupan extensas regiones, la tolerancia o la condena a este tipo de textos variaba bastante según la región donde te encontrases, así como la época o la cultura imperante en ese momento concreto.

Las obras más representativas de este tipo de literatura son:

- El collar de la paloma, de Ibn Hazm de Córdoba (S.XI)
- Los peligros del amor, del Jeque Al-Sarray (S.XI)
- El libro de las normas de conducta femenina, del Imam Al-Yawsi (S.XII)
- El recreo de los corazones que no existe en ningún libro, de Sihab al-Din Ahmad al-Tifasi (S.XIII)
- El regalo de la novia y el solaz de las almas, de Mamad ibn Ahmad al-Tiyani (S.XIV)
- El jardín de los enamorados y Crónicas femeninas de Ibn Qayyim (S.XIV)
- El jardín perfumado, del Jeque Nafzawi (S.XIV)
- La vuelta del anciano a la mocedad en potencia sexual, de Ibn Kamal Basa (S.XVI)
- El Kitab o las leyes secretas del amor, de Jodya Omar Haleby (S.XIX)

Estas obras están dirigidas al hombre y muchas de ellas se pueden considerar casi pornográficas, ya que nos hablan con todo lujo de detalles del acto sexual, desde sus preliminares hasta su culminación, sus posturas, zonas erógenas, como estimular a tu pareja, como evitar caer en la rutina sexual, incluso llegan a describir el famoso punto G.

La mujer queda relegada casi a un objeto sexual, muchas veces descrita como caprichosa y sedienta de placer, un ejemplo de ello, lo tenemos en una clasificación de las mujeres según su país de origen: a las españolas las describía como las más bellas y perfumadas, las indias, chinas y eslavas las más sucias y necias; las negras deliciosas y obedientes; las iraquíes las más excitantes; las sirias las más afectuosas; las árabes y las persas las mejores sin duda alguna; las nubias tienen una vagina muy caliente y dan mucho placer; las turcas son frías; las egipcias son dulces y agradables y las bizantinas las de sexo más sano.

La danza morisca o Las Huríes,
Henri Toulouse-Lautrec

Literatura Erótica en Al-Andalus

En Al-Andalus la primera generación de poetas, estuvo formada por la aristocracia, como el emir Abd al-Rahman I, que mantiene la vieja tradición bereber en sus poemas.

La poesía amorosa de Bagdad llegó a Al-Andalus de la mano del músico Ziryab, que revolucionó la vida social y cultural con la llegada desde Oriente de las famosas esclavas cantoras. La poesía arabigo-andaluza alcanza su madurez con la proclamación del califato de Córdoba en el siglo X, destacando autores como Ibn Abd Al-Rabbihi, Ben Faray de Jaén, Al-Ramadi y sobre todo, Ibn Hazm de Córdoba, que escribió "El collar de la paloma" el considerado como el más bello libro sobre el amor en lengua árabe.


Aunque es con la llegada de los Reinos de Taifas donde esta poesía vivirá su período de mayor esplendor, así los poetas de los principales taifas brillarán con luz propia. En el siglo XI destacar la ciudad de Sevilla, y al rey Al Mu’tamid ya que aparte de ser un gran poeta, fue un gran mecenas y protector de todos los poetas de Al-Andalus.
 
Normalmente estos libros narran numerosas historias de amor de toda índole, junto con consejos de belleza, médicos, y como no! también consejos amatorios, todos ellos escritos bajo un punto de vista jurídico y religioso. Es importante recalcar que el tratamiento del amor hasta ese momento estuvo influenciado por la poesía de corte preislámica, por lo que se escribía en torno a un amor de aspecto espiritual, evitando tratar el amor carnal.

No fue hasta la llegada del poeta Ibn Zaydun cuando se empezaron a describir experiencias físicas de un modo natural, introduciendo el concepto de amor cortés, por lo que este poeta pasó a ser conocido como «el poeta del amor». Y es que su tormentoso romance con la princesa Walda produjo uno de los más bellos poemas de amor de la poesía hispano-anadalusí y uno de los más famosos de la literatura árabe universal.

"Alejados uno de otro, mis costados están secos de pasión por ti, y en cambio no
cesan mis lágrimas. Al perderte mis días han cambiado y se han tornado negros, cuando
contigo hasta mis noches eran blancas. Diríase que no hemos pasado juntos la noche, sin
más tercero que nuestra propia unión, mientras nuestra buena estrella hacía bajar los ojos
de nuestros censores: Éramos dos secretos en el corazón de las tinieblas, hasta que la
lengua de la aurora estaba a punto de denunciarnos."



BIBLIOGRAFÍA


Álvarez de Morales, C.; La sociedad de Al-Andalus y la sexualidad, Escuela de Estudios Árabes
CSIC, Granada, 2010.

Benlabbah, F.; Literatura erótica árabeperennidad de una tradición, Moenia: Revista lucense de lingüistica & literatura, Nº 10, 2004 , págs. 273-284

Gil, A.; Entre el delito y el deleitela traducción del universo báquico de Abu Nuwás, Quaderns: Revista de traducció, Nº 16, 2009 , págs. 265-281.

Gómez Renau, M.; La poesía amorosa árabe y su influencia en Al-Andalus, Anuario de lingüística hispánica, Vol. 27, 2011 , págs. 57-69.

[En Internet]
  • http://elrincondemisdesvarios.blogspot.com.es/2013/02/la-poesia-andalusi-los-cantos-de-amor.html
  • http://www.webislam.com/articulos/62083-los_tratados_eroticos_arabes.html
  • http://www.libreria-mundoarabe.com/Boletines/n%BA58%20Mar.08/PoderSexualidadOrienteMedio.html

domingo, 12 de octubre de 2014

Frases y Expresiones III: Mujer de Bandera

Frases y Expresiones:

I.- Te pongo mirando a Cuenca
II.- Echar un polvo
III.- Mujer de bandera
IV.- Espaguetis a la Puttanesca
V.- Irse de picos pardos
VI.- Poner los cuernos (próximamente)

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"Ser una mujer de bandera"


En este mes de Octubre, dedicado a la sexualidad en las diferentes culturas históricas islámicas, veremos el curioso origen de la expresión ser una mujer de bandera, ya que todo parece indicar que esta expresión nace dentro de la cultura musulmana y lógicamente si aparece en este blog es porque tiene relación con la sexualidad y la historia.
Mujer con bandera. México, D.F., 1928.

Por un lado, desconozco si en otros países de lengua hispánica se utiliza esta expresión, aunque en España es, o más bien era, una expresión bastante coloquial y extendida. La RAE define esta expresión como "excelente en su clase", "mujer muy atractiva o impresionante" .

Por otro lado, aunque la mayoría de dichos y expresiones tienen varios posibles orígenes etimológicos, en este caso apenas hemos encontrado información sobre el origen de esta expresión. En un principio pensé que esta expresión iba a estar relacionada con la imagen de una mujer enarbolando o envuelta en una bandera, una de las imágenes que mejor define el inicio de la edad contemporánea, aunque curiosamente la única referencia que hemos encontrado sobre esta expresión la encontramos en el artículo de Álvarez de Morales "La sociedad de Al-andalus y la sexualidad" que a su vez la cita del libro de Heller y Mosbahi "Tras los velos del Islam".

Origen de la expresión:

Aunque casi nunca se les menciona, normalmente los grandes ejércitos, da igual el color o la época, siempre han sido seguidos por una muchedumbre bastante heterogénea que intentaba sacar provecho de las posibles necesidades de los soldados: herreros, comerciantes, tahúres, y como no! prostitutas.

Todo parece indicar que tras los ejércitos musulmanes existía la tradición que las mujeres dedicadas a la prostitución se instalasen en tiendas con una bandera de color rojo, por lo que estas mujeres  empezaron a recibir el nombre de "mujeres de bandera".  Asociando así a las mujeres de gran belleza con esta curiosa terminología.







BIBLIOGRAFÍA

Álvarez de Morales, C.; La sociedad de Al-Andalus y la sexualidad, Escuela de Estudios Árabes
CSIC, Granada, 2010.

Heller, E. y Mosbahi, H.;  Tras los velos del Islam, Barcelona, 1995.


sábado, 4 de octubre de 2014

Prostitución en Al-Andalus

 Existe pocos datos sobre la prostitución en Al-Andalus, ya que esta práctica siempre se ha ejercido bajo una doble (y falsa) moral, la prostitución era considerada una transgresión de la ley islámica pero siempre estuvo permitida.

Lugares de prostitución

Los lugares de prostitución en Al-Andalus eran bastantes variados, con toda seguridad ventas y tabernas también serían lugares donde se daba la prostitución. En las poblaciones más pequeñas la prostitución se ejercería en las alhóndigas, casas públicas o de mercado para los vecinos; y en las ciudades más importantes existirían locales destinados a este fin exclusivamente, estos lupanares eran llamados casas de jarâŷ.

Estos lugares destinados a la prostitución estarían situados fuera de la medina, en el entorno de las ciudades, y como nos relata Ibn Abdûn, cerca de los monasterios cristianos: "Debe impedirse a las mujeres musulmanas que entren en las abominables iglesias, porque los clérigos son libertinos, fornicadores y sodomitas. Asimismo debe prohibirse a las mujeres francas que entren en la iglesia más que en días de función o fiesta, porque allí comen, beben y fornican con los clérigos y no hay uno de ellos que no tenga dos o más de estas mujeres con que acostarse."

La odalisca. Mariano Fortuny.

Como pasaba en el mundo romano el oficio de prostituta también estaba regulado por el fisco, por lo que si una mujer quería ejercer la prostitución estaba obligada a pagar un tributo, además su condición social también era de marginación total, rechazadas completamente en el ámbito público. Aunque se conoce el caso de una famosa prostituta cordobesa llamada Rasis, que formó parte del cortejo oficial de Abd al-Raḥmân III.

Así vemos como Ibn Abdûn, nos señala algunas normas que tienen que cumpler las prostitutas: "Deberá prohibirse que las mujeres de las casas llanas se descubran las cabezas fuera de la alhóndiga, así como que las mujeres honradas usen los mismos adornos que ellas. Prohíbaseles que usen de coquetería cuando estén entre ellas y que hagan fiestas, aunque se les hubiere autorizado. A las bailarinas se les prohibirá que se destapen el rostro."

Por último mencionar, que estas medidas restrictivas respecto a la prostitución variaban bastante según la región donde te encontrases, así parece ser que en Al-Andalus y el Magreb tenían leyes más restrictivas que en el Oriente, donde las prostitutas se exhibían más libremenete por las calles.

Así algunos viajeros musulmanes como el damasceno Ibn al-Muŷāwir y el tangerino Ibn Baṭṭūṭa se sorprenden de algunas costumbres en los ciudades musulmanas de Arabia del Sur, como Adén o Ladiq

La gente de esta ciudad no desaprueba las malas costumbres; más aún, los habitantes de toda la región hacen lo mismo. Compran bellas muchachas griegas y las dedican al vicio, de modo que cada una de ellas, para cumplir, tiene que pasarle un tributo a su dueño. He oído decir que estas jóvenes esclavas entran en los baños con los hombres y el que quiere enviciarse lo hace allí mismo, sin que nadie se lo reproche. Me contaron que el cadí de la ciudad tiene varias esclavas dedicadas a esto
- Tāzī, t. II, p. 169; Fanjul y Arbós, p. 382.


Odalisca y esclavo. Dominique Ingres.

LAS QIYÃN: CORTESANAS DE LUJO

Dentro de los límites de prostitución se encontraba la figura de la tabernera, cantora o bailarina, que aunque oficialmente no se dedicasen a la prostitución, oficiosamente también ofrecerían servicios sexuales, ya que este tipo de mujeres trabajaban en un ambiente similar al de la prostitución.

Dentro de la tradición musulmana, destacaba el oficio de cantora, las qiyãn, esclavas que habían recibido una educación especial en artes como la música, la poesía, la lectura, la danza, etc.. por lo que eran esclavas muy apreciadas y cotizadas. Además de estas artes, desde pequeñas también se las instruía en las artes amatorias, convirtiéndolas en una especie de "cortesanas de lujo", muchas de ellas al servicio de la Corte para instruir a los hijos de los gobernantes. Dentro de este tipo de prostitución cortesana, también podemos citar a las esclavas pertenecientes a las grandes familias, que estaban destinadas por su belleza a una prostitución con menos refinamientos.

Estas cantoras tenían incluso viviendas propias donde se trasladaban sus clientes más exclusivos para escucharlas cantar o recitar, y también, para tener encuentros sexuales de forma más íntima y reservada.

Como cabe imaginar las qiyãn eran mujeres jóvenes y de extraordinaria belleza, a estas cualidades físicas había que sumar sus exquisitos y refinados adornos y vestidos. Los dueños de las quiyãn las podían "utilizar" de dos maneras, aquellos que las compraban para su disfrute personal, ya sea por sus dotes amatorias o artísticas, y los que las compraban y vendían como un producto comercial, intentando sacar el máximo beneficio económico de estas mujeres.

En cuanto a sus vestimentas, como ya hemos dicho se diferenciaban claramente de las mujeres libres, las fuentes nos hablan de su gusto por las telas y los colores más llamativos, además sus dueños al ser hombres muy ricos les proporcionarían las más exquisitas telas del mercado.

En el estudio que hace Paraskeva sobre la figura de las qiyãn nos habla de una evolución en sus dotes artísticas: en época preislámica sus artes estaban relacionadas con la música, el canto y el baile. Con la llegada de los califas ortodoxos su formación se amplió a otras artes y ciencias, hasta que en la era abasí las qiyãn se convirtieron en mujeres instruidas en todos los aspectos del saber y del arte, desde la filosofía a la poesía, desde el cante a la recitación del Corán, astrología, juegos malabares, teatro de sombras, narradoras de cuentos y leyendas, etc.

Por último, añadir que en cuanto al origen étnico de la qiyãn es tan variado que no podemos establecer que hubiese una etnia o región por la que se decantasen a la hora de elegir a una mujer para estos fines. Por otro lado, los textos literarios también nos muestran toda una variedad de qiyãn en cuanto a su carácter, las hay caprichosas, crueles, bondadosas, descaradas, fieles, etc...

LA FIGURA DE LA ALCAHUETA

Dentro de estas figuras femeninas relacionadas con la sexualidad destacan las alcahuetas, figura de larga tradición en la sociedad árabe, y posteriormente cristiana, ya que la estricta separación de sexos hacía muchas veces imprescindible su labor, para concertar citas y matrimonios. En ambas culturas, tanto cristiana como musulmana tuvo que compartir similares rasgos y características, definida como mujer vieja y entrometida.




BIBLIOGRAFÍA

- Álvarez de Morales, C.; La sociedad de al-Andalus y la sexualidad, Actas del Congreso "Conocer Al-Andalus, Perspectivas desde el Siglo XXI", Sevilla, 2010, pp. 43-73.
   
- Jreis Navarro, L.M; Brujas, prostitutas, esclavas o peregrinas: Estereotipos femeninos en los relatos de viajeros musulmanes del Medievo, Miscelánea de Estudios Árabes y Hebraicos. Sección Árabe-Islam; Vol 63, 2014.

- Moral Molina, C.; Arquetipos y estereotipos femeninos a través de la poesía andalusí, Mujeres y sociedad islámica: una visión plural / coord. por María Isabel Calero Secall, 2006, págs. 253-286.

- Paraskeva, Tsampika-Mika. "Hetairas y Qiyan: El arte de la seducción". Miscelánea de estuios árabes y hebraicos. Sección Árabe-Islam. Vol. 59, 2010, págs. 63-90.

http://www.libreria-mundoarabe.com/Boletines/n%BA58%20Mar.08/PoderSexualidadOrienteMedio.html