sábado, 22 de octubre de 2016

Papiro erótico de Turín

El Papiro Erótico de Turín es una de las piezas más singulares de todo el arte egipcio, ya que se considera uno de los mejores documentos para desentrañar el oculto universo sexual del antiguo Egipto.

Y es que si por algo destaca este papiro es por las atrevidas escenas de carácter sexual que se desarrollan en él, la variedad de posiciones que podemos contemplar ha llevado a que sea conocido como el kamasutra egipcio.

Y aunque su significado sigue siendo un misterio a día de hoy, su importancia radica en que se trata de un documento directo que nos habla sobre cómo concebían la sexualidad y el erotismo los egipcios de hace más de 2000 años.


Reconstrucción coloreada del Papiro erótico de Turín.


Hallazgo

Este curioso documento fue hallado en el poblado de obreros de Deir-el-Medina situado cerca del famoso valle de los reyes en Egipto. Fue encontrado bastante deteriorado en el interior de una vasija y desde el mismo momento de su aparición fue objeto de controversia por el alto contenido erótico o casi más bien pornográfico de sus escenas.

Todo ello hizo que se convirtiese en un objeto de deseo por parte de coleccionistas, anticuarios y egiptólogos, por lo que fue pasando de mano en mano y siempre de forma clandestina hasta finalmente recaer en el Museo Egipcio de Turín, donde hoy en día se puede contemplar. Aunque hay que aclarar que durante la mayor parte de su existencia ha estado oculto en los almacenes del Museo, ya que habrá que esperar hasta ¡1973! para que se diese a conocer tan importante documento al público en general.

Para hacernos una idea del impacto que causó este papiro en su día recogemos las palabras del gran egiptólogo Jean-François Champollion cuando pudo estudiar el papiro a principios del siglo XIX quien lo describió como "una imagen monstruosa, obscena, que me dio una impresión muy extraña acerca de la sabiduría y la compostura egipcia".

Otro ejemplo de la mojigatería con el que la ciencia ha tratado siempre este tipo de objetos nos lo brinda el egiptólogo suizo Joseph Omlin, quien ya en pleno siglo XX, avergonzado de describir lo que sus ojos contemplaban decidió hacerlo en latín para que el público no docto no tuviese acceso a tan inmoral documento.


Reconstrucción ideal de las escenas eróticas del Papiro erótico de Turín.


Características

El papiro erótico de Turín es un rollo de papiro de 2,59 metros de longitud y 25 cms. de ancho, fechado en torno al reinado de Ramsés II (1279-1213 a.C.).  Las escenas están dibujadas con trazos de color rojo o azul-negro, sin rayas de separación entre escenas y con algunas líneas de texto en escritura hierática.
Fragmentos del papiro expuestos en el Museo de Egipcio de Turín
El papiro está dividido en dos partes en formato horizontal: La parte superior, la más divulgada históricamente, está compuesta por ilustraciones de animales que narran distintas fábulas. Aunque la que nos interesa a nosotros es la parte inferior, donde podemos ver con todo lujo de detalles hasta 12 posturas sexuales de todo tipo en el interior del que se supone un prostíbulo egipcio, las llamadas casas de la cerveza, y es que muchas de estas escenas de sexo están acompañadas por numerosas jarras de cerveza.

De esta manera la sección erótica del Papiro está compuesta por 12 viñetas, destacando su viñeta central donde aparecen una mujer yaciendo sobre una cama y debajo de ella un desfallecido hombre, a partir de ella se despliegan tanto a izquierda como a derecha las restantes escenas eróticas. Esta disposición parece corresponder para facilitar su lectura y desenrollar el papiro de manera más ágil y cómoda.
Escenas del Papiro erótico de Turín.

En cada una de ellas aparece un hombre de aspecto grotesco (con un gran falo, descuidado físicamente o con actitud de desfallecimiento) manteniendo relaciones sexuales con atractivas y bellas mujeres. Las mujeres que aparecen prácticamente desnudas serían las prostitutas de una de estas 'casas de la cerveza'.

Las escenas reflejan posturas sexuales de gran variedad algunas rozando lo caricaturesco, aunque eso no quita ningún mérito a la gran calidad artística con la que están representadas, dibujos de gran belleza y dinamismo, tanto si analizamos las viñetas de forma individual como si lo hacemos en su totalidad.

Este hecho ha llevado a los investigadores a aseverar que el propietario del Papiro tuvo que ser un personaje de gran poder adquisitivo, quién encargó este trabajo a algún artista de gran renombre, seguramente para mostrar dicho pergamino en fiestas a sus distinguidos invitados.

Detalle del Papiro Erótico de Turín. Escena central del papiro con un claro componente humorístico: Un hombre exhausto, ya sea por el alcohol o por la actividad física del encuentro amoroso, se ha caído de la cama, por lo que la meretriz intenta darle ánimos para proseguir con el encuentro.


Elementos 

El papiro, a pesar de su componente erótico-humorístico, no deja de ser un fiel reflejo de la cultura de la civilización egipcia, plasmando algunas de las características más comunes de sus representaciones artísticas. Lugar destacado adquieren los elementos asociados a la belleza y al cuidado personal como pelucas, perfumes, maquillajes, flores de loto, tatuajes, un arcón para cosméticos... incluso en alguna escena vemos como la prostituta se maquilla antes de su encuentro erótico.

Meretriz egipcia maquillándose antes de su encuentro erótico.

Otros de los elementos más característicos asociados al erotismo y a la sexualidad humana son algunos elementos vegetales.

 Por un lado tenemos la flor de loto, que aparece sobre la cabeza de las mujeres, esta era una flor con un claro simbolismo sexual, ya que aparte de ser un símbolo de fertilidad, una vez esnifada proporcionaba sensaciones sicotrópicas, por lo que su consumo se ha relacionado con fiestas y rituales de alto componente sexuales. Otra planta que aparece en el pergamino y guarda a su vez un alto contenido erótico son las ramas de convólvulo.
Sistro.

Algunos objetos musicales también están asocaidos al erotismo, ya que entre las funciones de las cortesanas estaba entretener a sus invitados con música y cantos. Por lo que algunos elementos musicales como arpas, sistros o flautas están claramente vinculados a la actividad de dichas mujeres.

En el papiro destaca la presencia de una especie de sonajero denominado 'sistro', instrumento relacionado con la diosa Hathor, diosa del amor, la música y la fiesta.

La presencia de animales como los monos tampoco es casual ya que este animal también tenía un claro significado erótico.

Por último destacar la presencia en algunas escenas de unos pequeños frascos que seguramente contuviesen algún tipo de lubricante natural, por lo que su aparición puede ser una pista para indicarnos una penetración anal.


Textos

Los fragmentos de textos que han sobrevivido y aún son legibles no aportan ningún dato que pueda ayudarnos a descifrar el objetivo de este papiro, ya que están relacionados con expresiones de goce y lujuria. Aunque puede ser que fuesen añadidos posteriores ya que están escritos apresuradamente en los márgenes del pergamino.

"... Ven detrás mío con tu amor, ¡Oh Sol, has encontrado mi corazón exaltado, ejercita mi deleite ..."

"Mira, ven detrás de mí. Contengo tu placer, tu falo está conmigo...".

Significado

1.-  Hay quienes creen que es un registro de la vida de los dioses. El doctor Richard Parkinson, curador de exposiciones de Egipto y Sudán para el Museo Británico, afirma que “de alguna manera, los egipcios eran muy diferentes a nosotros. Ellos son muy discretos sobre la actividad sexual humana, pero cuando se trata de los dioses, la iconografía, para nosotros, parece ser simplemente pornográfica”. Esta teoría se apoya especialmente en la similitud de la escena VIII con las representaciones del coito entre Geb y Nut tan habitual en el arte egipcio.

2.- Otros investigadores han apuntado que el pergamino podría tratarse de una especie de ritual de alquimia sexual o un simple manual de amor. Ya hemos visto en otros post como los egipcios utilizaban todo tipo de amuletos y objetos mágicos, por lo que este pergamino podría tener un fin similar.

3.- Finalmente hay quienes prefieren dejar el misticismo de lado y sostienen que el pergamino erótico de Turín simplemente es el equivalente a una revista erótica del antiguo Egipto , en cuyo caso pudo ser encargada a artistas por alguien de estatus elevado, pues la fina ejecución de los dibujos testifica que fue realizado por manos hábiles.

Por lo que la opinión más extendida es que el papiro podría ser la simple representación de un burdel en Tebas, especialmente por la presencia de las flores de loto sobre la cabeza de las mujeres y otros elementos asociados directamente con la vida de las cortesanas.

4.- Por último, están aquellos que ponen su foco de atención en el componente satírico del documento, por lo que opinan que se trataría de un pergamino de tintes humorístico y con cierta crítica social, ya que los clientes del prostíbulos, representados siempre con grandes barrigas y falos enormes, probablemente fuesen altos dignatarios de la corte o grandes sacerdotes, apareciendo siempre en posturas poco dignas, de desfallecimiento y cansancio ante la prolongada vida disoluta que llevan.

 


Bibliografía

Parra Ortiz, J.M.; La vida amorosa en el Antiguo Egipto, Aldebarán, 2013.

 http://www.elmundo.es/cronica/2014/08/10/53e61004e2704ebc0d8b4577.html

 http://www.bloganavazquez.com/2011/05/27/el-papiro-erotico-de-turin/comment-page-1/








domingo, 9 de octubre de 2016

Sexo en el Lejano Oeste

Cuando hablamos del Lejano Oeste a todos se nos viene a la mente las típicas imágenes de hombres duros y rudos, polvorientas ciudades y un saloon amenizado con la presencia de unas cuantas meretrices, pero aparte de los típicos clichés alguna vez se ha preguntado cómo se vivía la sexualidad en esa época.

Prostituta del Farwest
Lo primero que podemos destacar es la doble moralidad que imperaba en cuanto al mundo del sexo: por un lado tenemos el puritanismo anglosajón de los primeros colonos americanos, puritanismo que censuraba todo lo relativo al sexo fuera de matrimonio, recayendo especialmente sobre las mujeres honradas, ya que éstas quedaban relegadas a las labores del hogar y debían comportarse y vestirse decentemente, es decir, cuanto más tapadas mejor.

Pero por otro lado, estamos hablando del salvaje Farwest, unas tierras sin ley donde proliferaron todo tipo de pecados: asesinatos, robos, violaciones, drogadicción (opio, cocaína, morfina, marihuana).

Aunque, sin duda alguna, los dos pecados más extendidos fueron el consumo masivo de alcohol y la prostitución. 


Y es que, en el lejano Oeste, ante la falta de mujeres, recordar que durante las primeras décadas de colonización el número de mujeres no superaba el 10% de la población total, la sociedad tuvo que adaptarse a esa circunstancia mediante la proliferación de prostíbulos y a través de una ¡¡cierta relajación en las consideraciones de género!!

Roles de género algo flexibles...

Así cuando pensamos en el viejo Oeste sólo podemos evocar las tradicionales escenas que Hollywood ha inculcado en nuestro subconsciente colectivo: hombres rudos, hechos a sí mismo, encarnando siempre valores y rasgos masculinos... muy masculinos. Ese tipo de hombre que escupe en el suelo y maldice en voz alta, que se quita el sombrero cuando pasa por delante una dama, pero que al mismo tiempo es capaz de propinarle un cachete en el culo si se la encuentra en la taberna, ese tipo de hombre que no dudará en sujetarla con firmeza para robarle un beso ante los fingidos forcejeos de ella por escaparse de tan descarado hombre...

Fotograma de la película "La dama que conquistó el oeste" (1949)
Con todo ello podríamos presuponer que en esta época se rechazaría cualquier conducta sexual fuera de este varonil comportamiento.

Ante el acuciante problema de la falta de mujeres, veremos, como en esta sociedad los comportamientos homoeróticos fueron bastante más habituales de lo que nos suponemos


Tan es así, que el profesor de la Universidad de Colorado, Peter Boag, en una entrevista titulada "Homos on the Range: How gay was the West?" y autor del libro "Same Sex Affairs" nos habla de una cierta flexibilidad a la hora de imponer los roles de género, y es que muchos de los hombres que mantuvieron relaciones de carácter homoerótico no eran vistos propiamente como homosexuales

Este dato no nos debe extrañar, primero porque esta división entre homosexuales y heterosexuales es un concepto más propio del siglo XX, ya que no es hasta la pasada centuria cuando se habla abiertamente de estos conceptos y se cristalizan las diferentes identidades sexuales.

Así en aquellas grandes comunidades donde la presencia de mujeres fue escasísima, como los campamentos mineros, los primeros poblados de colonización o grandes ranchos aislados del mundo, los hombres adoptaron los roles domésticos y sexuales "reservado tradicionalmente a las mujeres".

 La falta de mujeres hizo que muchos hombres adoptasen
roles de géneros femeninos.


Y es que sin la presencia de mujeres, la línea siempre inestable que divide el homosocial del homosexual, es aún más borrosa, es decir, aquellos hombres que sólo conviven con hombres durante largos períodos de tiempo (marinos, prisiones, soldados,...) no dudan en traspasar las nociones de género "normales" y empezar a adoptar otros roles de género, así como a establecer sutiles conexiones eróticas.

Por ejemplo, sabemos que en algunos campamentos mineros cuando se llevaban a cabo los bailes, a la mitad de los hombres les tocaba adoptar el rol de la mujer en el baile,  identificándose a través de un parche en la entrepierna como símbolo de su papel "femenino".


Creo que es conveniente apuntar como los salvajes indios tenían un sentido más práctico y sensato sobre esta realidad que el civilizado mundo occidental. La mayor parte de tribus indias reconocían sin ningún pudor a aquellos individuos que preferían vestir y dedicarse a actividades propias del otro género, tanto hombres dedicados a las labores de artesanía propias de mujeres, así como mujeres habilidosas en actividades tradicionalmente masculinas como la caza o la guerra, siendo integrados y valorados como miembros de pleno derecho en sus comunidades.

Los "salvajes" indios aceptaban con normalidad el cambio de roles de género que hombres o mujeres pudiesen tener.


Homosexualidad, violación y esclavos sexuales.

Otros estudios que se han adentrado en este polémico tema nos han mostrado la cara más agria y dura de esta realidad, ya que aunque hoy en día tenemos una imagen idílica de los cowboys, estos estudios nos recuerdan que muchos de ellos eran prácticamente adolescentes sin recursos: huérfanos, inmigrantes, indios, mestizos o jornaleros en condiciones de casi esclavitud, jóvenes sin apenas ningún estudio ni preparación, nacidos en una sociedad dura y sin apenas leyes efectivas que los protegieran en estos salvajes territorios.

Estos cowboys no sólo fueron utilizados como mano de obra barata y desechable, sino que también fueron utilizados como esclavos sexuales por parte de terratenientes y ganaderos que, ante la falta de mujeres, no dudaron en forzar a estos jóvenes a mantener relaciones de carácter homosexual, en una situación comparable a la vivida en numerosas prisiones.

Y aunque esta situación puede considerarse uno de los grandes secretos del Salvaje Oeste, no es por falta de pruebas, ya que existen testimonios de todo tipo sobre estos hechos: desde relatos de la época, hasta grabados en madera de hombres bailando con mozos, incluso letras de viejas canciones donde a los jóvenes se les da nombre de mujeres.

A pesar de todo lo dicho, la homosexualidad activa estuvo penada en casi todos los estados del lejano Oeste, con castigos y penas bastante severas.


La prostitución

No hay película del Oeste que se precie que no cuente con la presencia de una prostituta, y es que ante esa falta de mujeres la prostitución fue un elemento básico de cualquier poblado o ciudad del lejano Oeste. Se las conocía por los eufemísticos apodos de "palomas heridas" o "mujeres de la hermandad" y aunque el cine nos hace rememorar esos grandes burdeles dirigidos por una madame, normalmente de gran corazón, en realidad el mundo de la prostitución fue un mundo sórdido, sucio y mísero.

Prostitutas de la película 'Sin perdón' (1992)
Desde la más baja prostitución, de mujeres que paseaban por la calle con una simple manta para satisfacer a sus clientes en el mismo suelo de algún callejón oscuro, a prostitutas que operaban en pequeñas casas de una sola habitación, hasta aquellas que convivían en los más grandes y lujosos burdeles regentados por prestigiosas madames. Famoso son los casos de Julia Bulette y Rosa May.

Julia Bulette fue una de las primeras mujeres en pisar la ciudad de Virginia, y que regentó el primer prostíbulo de la ciudad, ganándose el respeto de toda la comunidad ante sus gestos caritativos con los enfermos de la ciudad. Una historia similar vivió Rosa May famosa prostituta de finales del siglo XIX que también vivió en Virginia City, su leyenda nace por sus labores caritativas cuidando a los mineros enfermos de una terrible epidemia que estaba asolando la región y a la que pronto ella también sucumbiría.


Julia Bulette, izq. y Rosa May, dch.


Así el nacimiento de esta nación fue acompañado de una proliferación de prostíbulos, desde los barrios de luces rojas de San Francisco hasta los grandes burdeles surgidos en Virginia City (NV) pasando por los vagones-móviles de Fort Dodge.

Todo ello era un claro reflejo de la nueva sociedad que se estaba forjando en el viejo Oeste, la mayoría de prostitutas eran mujeres jóvenes, sin apenas educación y, en muchos casos, analfabetas. Su precio variaba según su belleza, pero también según su nacionalidad y origen étnico.

Y aunque como hemos visto estas mujeres cumplieron un papel fundamental para el buen funcionamiento de estas primeras comunidades, incluso su actividad fue un claro estímulo para la dinamización de su economía, su papel en la historia y sus miserias siempre han quedado relegadas al olvido.

Mucha ciudades de los EE.UU fueron conocidas por sus barrios rojos y por sus burdeles de lujo, de todo ello hablamos en esta entrada dedicada al mundo de los burdeles y zonas de prostitución en el Farwest.

 Delincuencia, ETS, abortos e infanticidios

Aunque como bien nos recuerda Anne Butler, en su libro "Daughters of Joy, Sisters of Misery" el mundo de la prostitución casi siempre está ligado a la marginación social y a la delincuencia, por lo que los índices de suicidios, drogadicción, violación y episodios de violencia alcanzaron índices realmente alarmantes, especialmente en los burdeles de estas ciudades fronterizas. Convirtiéndose estos prostíbulos en jaulas de pobreza y miseria, donde caían las mujeres más pobres de la sociedad, muchas veces vendidas por sus propias familias y compitiendo ferozmente entre ellas, sin ninguna esperanza de escapar de estos nidos de conflictividad y marginación.

Fotografía de prostituta.
Finales siglo XIX.
A todo esto hay que sumar otro de los grandes silencios que envuelven el mundo de la prostitución: las enfermedades de transmisión sexual y los embarazos no deseados. Ya que en una sociedad como la del antiguo Oeste con carencias enormes en cuestiones de higiene y salubridad, las ETS fueron un mal frecuente en este submundo, ya que aunque se conocían los condones, su precio era prohibitivo y su acceso difícil. Por lo que las autoridades sólo actuaban, forzando a las mujeres a pasar revisiones médicas periódicas, cuando los brotes alcanzaban cifras alarmantes.

Del mismo modo, los partos siempre implicaban un alto porcentaje de mortandad entre las mujeres, por lo que los remedios abortivos de origen vegetal fueron el remedio más habitual para prevenir cualquier embarazo. Aunque algunas excavaciones arqueológicas llevadas a cabo en burdeles del Nueva York del siglo XIX ("Babies in the Privy: Prostitution, Infanticide, and Abortion in New York City's Five Points District") nos han mostrado otra triste realidad muy frecuente en el mundo de la prostitución el infanticidio.

Las mujeres ocultaban su embarazo a los clientes hasta casi el momento del parto, ya que su única fuente de ingresos eran sus servicios sexuales, y sólo cuando el embarazo era demasiado evidente se le apartaba de sus funciones hasta el nacimiento del bebé, siendo éste arrojado sin más contemplaciones a las letrinas del burdel.

Prostitutas trabajando en un prostíbulo móvil.


Travestismo y Transexualidad 

Charlie Parkhust.
Ya hemos visto en otros post como fue algo habitual que muchas mujeres, ante la pérdida de derechos por su condición de mujer, optaron por vivir una vida de hombres, adoptando los ropajes y las maneras de éstos para conservar sus riquezas y herencias o simplemente para conservar su libertad individual.

Otras muchas seguramente vivieron como hombres porque así se sintieron, quizá el caso de 'One-Eyed Charlie' sea el más famoso de todo el lejano Oeste, Charlie el tuerto trabajó durante toda su vida en la California Stage Co., convirtiéndose en uno de los mejores conductores de diligencia entre Oregón y California, a pesar de su fama de gatillo fácil y borrachuzo. Pero a su muerte, en 1879, cuando se preparó su cuerpo para el entierro se descubrió su secreto, Charlie el tuerto era en realidad una mujer.

Pero uno de los elementos que más fascinó al investigador Peter Boag fue el alto número de casos de hombres que se travistieron y vivieron como mujeres, otro dato que viene a confirmar la flexibilidad en cuanto a los roles de género que existieron en el Salvaje Oeste.


Para cerrar este artículo os ofrecemos un poema anónimo escrito en Texas en a finales del XIX y recogido por un cowboy de la época llamado Charlie Siringo.

THE GOOD, THE BAD AND THE UNSPOKEN

My lover is a cowboy
He’s kind, he’s brave, he’s true
He rides the Spanish pony
and throws the lasso, too
And when he comes to see me
And our vows we have redeemed
He puts his arms around me
And then begins to sing:
Oh, I am a jolly cowboy,
From Texas now I hail,
Give me my saddle and pony
And I’m ready for the trail.
I love the rolling prairie
Where we are free from care and strife,
And behind a herd of long-horns,
I will journey all my life.



Bibliografía

Thomas A. Crist; Babies in the Privy: Prostitution, Infanticide, and Abortion in New York City's Five Points District, Historical Archaeology, Vol. 39, No. 1, Sin City (2005), pp. 19-46

Chad Heap; Slumming: Sexual and Racial Encounters in American Nightlife, 1885-1940, Historical Studies of Urban America, 2009.

Ken Fogelberg, The Soiled Doves of Tombstone - A Historic Look at Prostitution in the Old West Unknown Binding , 2010.

 Paradise of Bachelors: The Social World of Men in Nineteenth-Century America.” 

http://www.sharkonline.org/index.php/rodeo-family-values/751-the-true-history-of-cowboys-as-sex-slaves

http://www.ranker.com/list/wild-west-sex-facts/jacobybancroft

 http://scienceofhumansexuality.blogspot.co.uk/2013/06/the-history-of-sex-education-1800s-to.html

sábado, 1 de octubre de 2016

Don Quijote y el sexo

"Amor y deseo son dos cosas diferentes; que no todo lo que se ama se desea,
ni todo lo que se desea se ama
".
- El Quijote

1.- Introducción

Antes de adentrarnos en materia me gustaría explicar como muchas veces la casualidad es la gran protagonista de las entradas de este blog, un dato que lees de refilón en un artículo te sirve para tirar de un hilo que pronto se convierte en madeja, y finalmente de una anécdota extraes toda una serie de post sobre la sexualidad en la historia.

Otras veces los posts son fruto de la  investigación, visitas a la biblioteca, lecturas de libros y datos recogidos en uno y otro artículo científico, que juntos nos bridan un panorama general sobre el sexo y el erotismo. Por último están aquellos más ligeros y livianos, que fruto de la falta del tiempo, son un mero resumen de informaciones extraídas directamente de la web.

Portada del 'Quixote Erótico'
de Gregorio Morales
Y el artículo de hoy es un poco de todo esto junto, con la idea del cuarto centenario del Quijote estaba trabajando en realizar un post sobre el sexo en el Quijote (y en el renacimiento español). Era la excusa ideal para volver a releer un libro que desde mis años de bachillerato no había vuelto a leer, así que busqué una edición buena del Quijote y me propuse leerlo desde una perspectiva erótica y vaya sí me sorprendí!! El Quijote es un libro repleto de erotismo, sensualidad, juegos de palabras, doble sentidos,...

¿Qué no me creen? Sólo tienen que empezar a leerse el Quijote y descubrirán con asombro como el primer lugar donde va a parar nuestro hidalgo, recién salido de su pueblo natal, no es otro que una fonda con dos prostitutas...

Así que fui recopilando diferentes artículos encontrados por la red dónde se analizaba la obra cervantina en clave sexual, y mi sorpresa fue que apenas habían análisis de este tipo en lengua española. Hasta que, finalmente, la casualidad fue la que me hizo toparme con el estupendo ensayo "Quixote erótico", un fabuloso trabajo dónde se analizaba con esmero todo aquello que estaba yo buscando... y fruto de todo esto surge este post.

El Quijote y su época

Como decimos, y para sorpresa de muchos, se puede afirmar que 'El Quijote' es una obra profundamente erótica, el DESEO es la gran fuerza vital que impulsa a sus personajes, y por lo tanto es una obra que nos permite profundizar en el análisis de la sexualidad de una época marcada aún por cierta libertad sexual y relajación en la aplicación de la moral sexual cristiana.

Y es que Cervantes vivirá entre dos épocas en cuanto a moral sexual se refiere: el siglo XV, un siglo de cierta relajación moral, donde el peso de la Iglesia Católica aún no se hace notar sobre la moral sexual de sus feligreses, ya que se haya enfrascada en una reforma interna, tan urgente como necesaria. Además el Humanismo y el Renacimiento traerán un soplo de aire fresco e ideas nuevas. Pero sólo un siglo después, veremos como la Iglesia Católica bajo el impulso dado por el Concilio de Trento (1563), poco a poco, pero de forma imparable irá imponiendo una rígida moral sexual, basada en el pecado y el sentimiento de culpa.


La carga erótica en las novelas de caballerías

Sin duda alguna, uno de los motivos por lo el cual las novelas de caballerías tuvieron tanto éxito en su época fueron por su alto contenido erótico, y es que sus autores bajo la excusa de escribir obras de tintes fantásticos no dudaron en introducir escenas enormemente atrevidas para su época y con una fuerte carga sexual: aventuras amorosas, caballeros y damas enfrascados en amores prohibidos, galanes lascivos y mujeres entregadas a la pasión, y es que es precisamente esta pasión amorosa es uno de los motores narrativos de dichas novelas.

Así en el Capítulo VI del Quijote, titulado Del donoso y grande escrutinio que el cura y el barbero hicieron en la librería de nuestro ingenioso hidalgo, cuando gran parte de los libros de caballerías de Alonso de Quijano acaban en la hoguera, aquellos que fueron salvados de las llamas también contienen pasajes de un fuerte erotismo para la época. Como la más alta novela de caballería de todos los tiempos, Tirant el Blanc, salvada por el cura a pesar del  «¿qué diremos de la facilidad con que una reina o emperatriz heredera se conduce en los brazos de un andante y no conocido caballero?».

Así pues el Quijote, como espejo de cualquier novela de caballería, también estará repleto de aventuras amorosas, amores prohibidos, apasionados, románticos o ingenuos...  Donde personajes de toda índole y condición: nobles o criados, doncellas o prostitutas, bandidos o campesinos... verán sus vidas trastocadas por la pasión. Y es que cada página del Quijote transpira DESEO, impregnando a toda la novela de un cierto erotismo como iremos desgranando a lo largo de este artículo.

Y como no puede ser de otro forma, nuestro gran protagonista, Don Quijote, es el que mejor representa esta batalla ante el deseo. Porque qué representa Dulcinea sino su permanente e insatisfecho deseo. Además a lo largo de la novela veremos como el triste caballero «se siente espoleado por las exigencias inaguantables de sus impulsos eróticos, pero incapaz de reconocerlos por suyos».


Don Quijote y el sexo

Y es que si hacemos un repaso rápido al tipo de amores y amoríos que aparecen en la novela, al sinfín de personajes rocambolescos que pueblan sus páginas, más nos podría parecer una película de Almodóvar de los 80; ya que como bien nos describe González Echevarría en su artículo "El prisionero del sexo: el amor y la ley en Cervantes":

«La galería de amantes abarca todo el espectro: de damiselas en peligro a prostitutas, de potenciales amantes cortesanos a seductores y tramposos, de mujeres vestidas de hombre a hombres vestidos de mujer, e incluso un atractivo joven vestido de mujer para ser menos atractivo a los demás hombres (está en manos de piratas turcos). (...) Hasta el lánguido y huesudo Rocinante se enamora, pero sus insinuaciones a algunas yeguas reciben coces por respuesta y conducen a una pelea en la que el caballero y su escudero son fuertemente aporreados.».

Don Quijote, Maritornes y Sancho Panza. Ilustración: William Strang (DP).

El Quijote y la Censura

Pero no queremos llevar a engaño al lector de este blog, a pesar de todo lo dicho hasta ahora no encontraremos ninguna escena de amor explícito, no hay besos ni caricias públicas. Aunque esto no nos debería extrañar, primero porque la concepción del erotismo varía enormemente de una época a otra. Seguramente una escena que a nosotros nos puede parecer algo insulsa, como la descripción del pie de una doncella, en la mente de un hombre del siglo XVI provocaría todo un torbellino de fantasías eróticas.

Y segundo, porque Cervantes era consciente de que si quería ver su novela publicada previamente debería pasar el examen crítico, tanto del Consejo de Castilla como de la mismísima Inquisición. Por lo que una de las grandes virtudes del Quijote "es el maravilloso conjunto de artificios y astucias que discurrió Cervantes para desorientar a los censores de la temible Inquisición" y no sólo sugerir escenas de fuerte carga erótica, sino arremeter contra todos los estamentos viciados de su época, como la corrupción, las injusticias sociales o el mal gobierno o incluso arremetiendo contra la mismísima Inquisición.
 
Y es que como venimos advirtiendo, el Quijote está repleto de pequeños detalles, juegos de palabras, y dobles sentidos que aunque a nosotros nos pasen inadvertidos seguramente fueron muy sugerentes y atrevidos para su época.

Una de dobles sentidos...

Uno de estos dobles sentidos que más ha sido comentado se da en el Capítulo LXII  titulado "Que trata de la aventura de la cabeza encantada, con otras niñerías que no pueden dejar de contarse" cuando Don Quijote es invitado a pasar la noche en casa de un tal Don Antonio y su mujer, quiénes organizan un sarao en su honor.

Dos de las damas invitadas a la fiesta sacan a bailar a Don Quijote quién pronto desfallecido de tanto baile "se sentó en mitad de la sala en el suelo, molido y quebrantado de tan bailador ejercicio". Por lo que cuando Sancho lleva a su amo a la cama espeta: "Si hubiérades de zapatear, yo supliera vuestra falta, que zapateo como un girifalte, pero en lo del danzar no doy puntada."

Es en esta inocente frase donde algunos investigadores han querido verle un doble sentido, ya que si tenemos "presente el uso del verbo zapatear con el valor del mejor documentado y semánticamente afín calzar, o sea, como equivalente de joder", la frase de nuestro querido Sancho adquiere un nuevo y llamativo significado.


Mujer

No existe un arquetipo de mujer en el Quijote, la idea de mujer va variando a lo largo y ancho de toda la novela, y es que El Quijote es una obra repleta de mujeres, de todo tipo y condición, con sus virtudes y sus defectos. Cervantes no deja de ser un hombre esclavo de su tiempo, una época donde el género femenino tenía poca o ninguna consideración social, estando relegado su papel a pasar de 'hija de' a 'esposa de', teniendo únicamente dos salidas honorables socialmente: o el matrimonio o el convento.

Pues a pesar de todo ello, no deja de sorprendernos encontrar en el Quijote que el papel de la mujer no se limita a la casa o al claustro, también aparecen mujeres libres e independientes, incluso que toman un papel activo en las lides amorosas. Mujeres que enarbolan un discurso de una extraordinaria modernidad, de un feminismo casi militante, más propio del siglo XX que de la Edad Moderna.

Por lo que si uno de los grandes valores del Quijote es su canto a la LIBERTAD, esta novela se hace aún más atrevida y única cuando leemos como proclama con toda lucidez la libertad de la mujer.

Y entre todos estos personajes femeninos podemos destacar a tres mujeres que comparten unos mismos rasgos: la morisca Lela Zoraida, la labradora Dorotea y la pastora Marcela. Toda ellas mujeres fuertes, independientes y que claman por una mayor igualdad y autonomía en la toma de sus decisiones

Ya que como bien dice la pastora Marcela  «Yo nací libre y para poder vivir libre escogí la soledad de los campos"». Y es que en boca de este personaje Cervantes realiza uno de los más bellos manifiestos en defensa de la libertad de la mujer (Capítulo XIV), en su derecho a elegir y en su derecho a ser libres e independientes:

«Hízome el cielo, según vosotros decís, hermosa…” “Y, según yo he oído decir, el verdadero amor no se divide, y ha de ser voluntario, y no forzoso. Siendo esto así, como yo creo que lo es, ¿por qué queréis que rinda mi voluntad?”».


Prostitución

La prostitución es un elemento de continua presencia en el Quijote, ya desde la primera aventura podemos ver como Cervantes refleja este fenómeno social, sin tapujos ni cortapisas, sin ningún tipo de condena moral, un elemento pues que debía ser muy habitual en la vida cotidiana del renacimiento, poblando caminos, ciudades, puertos y pueblos, por lo que la diferencia entre prostituta, tabernera, sirvienta no estaba del todo clara. Además, como ya indicamos en anteriores posts, los taberneros hacían a su vez de proxenetas, explotando sexualmente a sus camareras, incluso muchos son los casos donde era la propia esposa la que era prostituida o incluso ¡sus propias hijas!

Así en su primera aventura se topa con dos mujeres, la Tolosa y la Molinera, "dos mujeres, destas que llaman del partido (prostitutas), las cuales iban a Sevilla con unos arrieros",  Y aunque la obra cervantina está repleta de dobles sentidos, es en este capítulo donde vemos uno de los más claros y evidentes, ya que cuando las doncellas le desnudan para armarle caballero (es decir, cuando las prostitutas le desnudan para iniciarle en los secretos del amor) nuestro Quijote dice:

Nunca fue caballero
de damas tan bien servido
como fuera Don Quijote
cuando de su aldea vino:
doncellas curaban dél;
princesas, del su rocino*

*(juego de palabra donde el rocín o rocino podía equivaler al pene)


Aunque sin duda la prostituta más relevante de todo el Quijote es Maritornes, quien el caballero de la triste figura confunde con la doncella de un castillo, y dónde se insinúa que su hija también ejerce la profesión. Esta mujer representa la lujuria, el exceso, y como tal este capítulo "De lo que le sucedió al ingenioso hidalgo en la venta que él imaginaba ser castillo" es uno de los más atrevidos (y divertidos) de toda la obra.

Así pues, la Maritornes entra en la habitación de huéspedes, con la intención de yacer con el arriero Arévalo:

"Había el arriero concertado con ella que aquella noche se refocilarían juntos, y ella le había dado su palabra de que en estando sosegados los huéspedes, y durmiendo sus amos, le iría a buscar y satisfacerle el gusto en cuanto le mandase. Y cuéntase de esta buena moza, que jamás dió semejantes palabras que no las cumpliese, aunque las diese en un monte y sin testigo alguno (...)"
- Capítulo XVI

La 'semidoncella' Maritornes siendo agarrada por Don Quijote.
Pero, como no podía ser de otro modo, la locura de nuestro hidalgo inicia una reacción en cadena, dónde finalmente todos acaban liándose a palos mutuamente, mientras nuestro protagonista yace inconsciente, aún más magullado y maltrecho.

"Entró en el aposento donde los tres alojaban en busca del arriero; pero apenas llegó a la puerta cuando Don Quijote la sintió, y sentándose en la cama a pesar de sus bizmas, y con dolor de sus costillas, tendió los brazos para recibir a su fermosa doncella la asturiana, que toda recogida y callando iba con las manos adelante buscando a su querido. Topó con los brazos de Don Quijote, el cual la asió fuertemente de una muñeca, y tirándola hacia sí, sin que ella osase hablar palabra, la hizo sentar sobre la cama, tentóle la camisa (...)"


Voyerismo

Pero como venimos diciendo, aparte de estos capítulos más "sórdidos", el Quijote está poblado de sutiles referencias llenas de erotismo, especialmente aquellas con tintes vouyeristas, como en el Capítulo XXIV, donde dos varones espían a la bella Luscinda vestida sólamente con su camisa interior.

"Cumplíselos yo por mi corta suerte, enseñándosela una noche a la luz de una vela por una ventana por donde los dos solíamos hablarnos. Viola en sayo tal, que todas las bellezas hasta entonces por él vistas las puso en olvido."

Aunque si tenemos que elegir una escena por su fantaseante erotismo es aquella del Capítulo XXVIII, donde nuestros protagonistas observan escondidos como un labrador (que resulta ser mujer) se lava pies y piernas, y qué imaginamos para la época tuvo de ser una escena de una sensualidad desbordante:

"(...) no hubieron andado veinte pasos, cuando detrás de un peñasco vieron sentado al pie de un fresno a un mozo vestido como labrador, al cual, por tener inclinado el rostro, a causa de que se lavaba los pies en el arroyo que por allí corría, no se le pudieron ver entonces; y ellos llegaron con tanto silencio, que de él no fueron sentidos, ni él estaba a otra cosa atento que a lavarse los pies, que eran tales, que no parecían sino dos pedazos de blanco cristal, que entre las otras piedras del arroyo se habían nacido. (...)

Así lo hicieron todos, mirando con atención lo que el mozo hacía, el cual traía puesto un capotillo pardo de dos alas, muy ceñido al cuerpo con una toalla blanca. Traía asímismo unos calzones y polaina levantadas hasta la mitad de la pierna, que sin duda alguna de blanco alabastro parecía.  (...)  


El mozo se quitó la montera, y sacudiendo la cabeza a una y otra parte se comenzaron a descoger y desparcir unos cabellos que pudieran los del sol tenerles envidia. Con esto conocieron que el que parecía labrador era mujer, y delicada, y aun la más hermosa que hasta entonces los ojos de los dos habían visto".

Travestismo

Otro fenómeno muy particular de esta época, fue el travestismo de las mujeres, ya hablamos en este post Hermafroditismo, Transexualidad y cambios de sexo en la Edad Moderna, como fue un fenómeno bastante extendido, especialmente ante la invisibilidad social de la mujer, por lo que no nos debe extrañar que en la obra de Cervantes aparezcan numerosos casos de travestismo.

Aunque en este caso, veremos travestismos de todo tipo y condición: sacerdotes y laicos vestidos de mujer, mujeres vestidas de hombres, muchachos vestidos de muchacha, todo vale en esta obra, donde la identidad sexual de sus personajes tambalea ante la consecución de sus anhelo más universal: el deseo.



Libertinaje

Uno de los personajes más interesantes en clave sexual es "el prisionero de amor", el único de los personajes que puebla la novela que es juzgado y sentenciado por la Justicia por su descarado libertinaje. Algunos especialistas han visto en este galeote, el anticipo de una figura literaria de gran popularidad en los siglos posteriores: el libertino. Una persona amoral, y preocupada únicamente por satisfacer sus deseos sexuales, tan es así, que él mismo confiesa que mantiene relaciones con cuatro mujeres al mismo tiempo:



"Pasó delante don Quijote y preguntó a otro su delito, el cual respondió con no menos, sino con mucha más gallardía que el pasado:
     —Yo voy aquí porque me burlé demasiadamente con dos primas hermanas mías y con otras dos hermanas que no lo eran mías; finalmente, tanto me burlé con todas, que resultó de la burla crecer la parentela tan intrincadamente, que no hay diablo que la aclare. Probóseme todo, faltó favor, no tuve dineros, vime a pique de perder los tragaderos, sentenciáronme a galeras por seis años, consentí: castigo es de mi culpa; mozo soy, dure la vida, que con ella todo se alcanza."

Y es que como bien se recoge en la obra "Love and Law in Cervantes", la seducción de mujeres es un delito que ya venía sancionado en las Siete Partida, castigado severamente especialmente en los casos de incesto, cuando el riesgo de consanguineidad era demasiado elevado. Aunque, como podemos imaginar, la aplicación de este tipo de sanción era muy diferentes si el delito era cometido por alguien del pueblo llano, o por algún personaje del estamento nobiliario, ya que la Iglesia, en estos últimos casos, concedía sin ningún miramiento aprobraciones matrimoniales entre parientes consanguíneos.


Conclusión


Miguel de Cervantes Saavedra.
1547-1616.
Para concluir apuntar que en esta entrada nos hemos limitado a recoger algunos de los aspectos que más nos han llamado la atención tras una lectura rápida del Quijote, ya que nos parece una osadía intentar realizar un estudio pormenorizado de la sexualidad en el Quijote, por lo que muchos temas los hemos dejado en el tintero, esperando tal vez a desempolvarlos en una segunda entrega (homosexualidad, rapto de mujeres, sadomasoquismo, ...).
 
Aunque sin duda alguna el principal objetivo de esta entrada es conmemorar el IV centenario de la muerte de Cervantes, fallecido un 22 de abril de 1616, una pequeña iniciativa surgida ante el asombro y la incredulidad  al comprobar el escaso eco que se ha dado desde Gobierno e instituciones a la figura literaria más importante de lengua hispana, y quizá (con permiso de Homero) de todos los tiempos.

Con todo ello, pretendemos que, con la excusa de esta perspectiva erótica, muchos de los que ahora nos lean, se atrevan a buscar ese tomo del Quijote que todo el mundo guarda en casa (o en casa de sus padres) y se anime a leer, o releer, esta novela sin igual.

Y si así lo hacéis, os invito a dejaros sucumbir ante ese DESEO que es motor principal de la novela, descubrir su latente EROTISMO, y los conflictos sexuales que esa PASIÓN desata, y es que como dijo el propio Cervantes

 "El AMOR junta los cetros con los cayados; la grandeza con la bajeza y hace posible lo imposible".



Bibliografía

 Carroll B. Johnson, «La sexualidad en el Quijote», en Edad de Oro, IX (1990), pp. 125-136

González Echevarría, R.;  El prisionero del sexo: el amor y la ley en Cervantes, fragmento del libro "Love and Law in Cervantes" (Yale University Press).

Joly, M.; Erotismo y marginación social en la novela cervantina, Cervantes: Bulletin of the Cervantes Society of America, Vol. 12, Nº. 2, 1992, págs. 7-20.

Sánchez Mendieta, N.; ¿Qué hacer con las escenas sexuales en las ediciones infantiles y juveniles del "Quijote"?, Tus obras los rincones de la tierra descubren: actas del VI congreso internacional de la Asociación de Cervantistas / coord. por Alexia Dotras Bravo, 2008, págs. 691-708.

Vigil, M.; La vida de las mujeres en los siglos xvi y xvii, Madrid: Siglo XXI de España, 1986

[En Internet]

http://www.jotdown.es/2016/04/quijote-la-manzana-nunca-mordimos/

http://www.letraslibres.com/revista/convivio/el-prisionero-del-sexo-el-amor-y-la-ley-en-cervantes

http://deamoresyrelaciones.blogspot.com.es/2009/07/amor-sexo-y-erotismo-en-el-quijote-cap_12.html

 https://www.h-net.org/~cervantes/csa/articf92/joly.htm