A última hora de la tarde Eleanor encuentra un cliente, un tal John Britby, una vez acordado el precio del servicio deciden esconderse tras un pequeño puesto ambulante... aunque mientras están teniendo relaciones sexuales son interrumpidos por las autoridades locales que los encierran en la cárcel de la ciudad.
Lo sorprendente de esta historia llega cuando las autoridades descubren que en realidad Eleanor no es una mujer, sino un hombre llamado John Rykener. Más tarde, en la corte de la ciudad, John revelará su increíble historia... La vida de uno de los primeros transexuales de la que tenemos claras referencias.
Una vida como mujer
En su declaración, que puedes leer en este enlace, contó como entró en el mundo de la prostitución de la mano de una prostituta. Rykener declaró que mantuvo relaciones con toda clase de hombres, incluyendo sacerdotes, monjes e incluso estudiantes, pero también se acostó con mujeres incluyendo monjas y esposas casadas.
Confesión de Rykener. |
Mientras que sus encuentros sexuales con hombres implicaban siempre el pago de una suma, Rykener declaró que sus encuentros con mujeres solían ser gratuitos. Sus tarifas solían oscilar entre 20 peniques y 2 chelines a sus clientes (1 chelín=12 peniques), aunque también declaró que un fraile franciscano le había pagado con un anillo de oro. Además, relata como sus clientes preferidos eran los sacerdotes ya que solían pagar más generosamente.
Pero la historia de Rykener aún guarda más sorpresas, ya que durante su confesión explicó como en su pasado había sido la esposa de un hombre y que había ejercido diferentes trabajos propios de mujeres, como el bordado o como camarera en diferentes tabernas.
Por todo ello, nos podemos preguntar ¿cómo percibía Rykener su propia sexualidad? ¿Cómo entendía la sociedad medieval su sexualidad? ¿La sociedad le empujó hacia la marginación a causa de su identidad sexual?. Incluso podemos especular sobre su identidad sexual ¿realmente se sentía mujer o simplemente se prostituía para sobrevivir a la miseria?, incluso su orientación sexual no está del todo clara, ya que ejerció la prostitución tanto con hombres como con mujeres.
Si atendemos a su relato estuvo casada con un hombre, y todo parece indicar que fue un matrimonio legal y oficioso, ya que cuando fue acusada de robar dos vestidos se escudó bajó la protección legal de su marido. Nunca sabremos si su marido fue consciente de su verdadera sexualidad o Rykener fue capaz de engañarlo durante años.
Además el hecho de haber ejercido labores propias de mujeres también nos da una pista que durante años pudo vivir como mujer sin problemas. Es más, en su confesión indicó que posteriormente trabajó como "tapster", un trabajo a medio camino entre camarera y prostituta, por lo que intuimos que consiguió seguir ocultando su verdadera naturaleza a numerosos clientes.
The Burning of two "sodomites" at the stake outside Zürich, 1482 (Spiezer Schilling) |
Por todo ello, podemos imaginar que para la sociedad de su época él siempre fue una mujer. No sólo sus ropajes le identificaron como mujer, sino también su aspecto físico y su comportamiento. En realidad podemos aventurar que Rykener se sentía tan mujer que realmente fue una mujer, y la mejor prueba de todo ello, fueron todos los años que logró sobrevivir ocultando su verdadera naturaleza, especialmente si tenemos en cuenta que durante años ejerció la prostitución.
Por último, añadir que de su declaración se pueden desprender algunos matices de cómo se concebía la sexualidad hombre/mujer en el medievo, ya que cuando Rykener confiesa sus actos de prostitución vestido de mujer, siempre adopta un rol pasivo (los hombres tuvieron sexo con él), mientras que en los casos donde nos habla que se acostó con mujeres, el asume un papel activo. Por lo que resulta curioso que incluso una persona que ha ejercido ambos roles también asuma esta visión.
No podemos aportar más datos sobre la vida de Eleanor/John Rykener ya que a pesar de que ha llegado a nosotros su confesión, se desconoce su sentencia y bajo que cargos fue juzgado ¿prostitución, sodomía?, por lo que desconocemos el final de esta historia...
Aunque si comparamos su caso con otros similares, Rolandino/Rolandina Ranchaia en Venecia o Margarida/Miguel Borrás en Valencia, podemos temer que la vida de Eleanor Rykener finalizó en el cadalso de alguna plaza pública donde seguramente fue ejecutado.
Un caso similar en Venecia...
Si se bucea por los archivos históricos podemos encontrar que existieron muchos más casos de travestismo o transexualidad por toda Europa. Otra de las historias mejor conocidas es la de Rolandino/Rolandina Ranchaia, una prostituta transexual de mediados del siglo XIV que ejerció en la ciudad de Venecia
Ranchaia vestido como mujer mantuvo relaciones con numerosos hombres, sin que ninguno descubriera su verdadera naturaleza. A pesar de que logró ocultar su sexualidad finalmente Ranchaia fue apresada y ajusticiada en una hoguera.
Con ello podemos asumir que el destino de estos hombres, que se sentían mujeres, una vez caían en manos de la justicia no podía ser más oscuro, ya que la justicia medieval solía ser bastante cruel, especialmente en casos de este tipo, donde se buscaba aplicar una pedagogía del terror, es decir, no sólo se ejecutaba al reo, sino que además se le humillaba, vejaba y torturaba públicamente, para que la sociedad interiorizase que este tipo de "transgresiones sociales" estaba completamente prohibidas.
Conclusión
Aunque parece que el caso de Rykener fue juzgado por un tribunal civil, o al menos no tenemos documentación de que la Iglesia tomase cartas en el asunto oficialmente, esto no nos puede hacer olvidar el importante papel que jugó la Iglesia Católica en el control de la conducta sexual de sus feligreses, erradicando sin contemplaciones cualquier desviación sexual dentro de la sociedad.
Especialmente graves eran los casos que se daban dentro del mismo cuerpo de la Iglesia, si cabe aún más numerosos, ya hemos visto como Rykener confesaba que sus mejores clientes eran miembros de la Iglesia, ya que estos casos cuando salían a luz reducían la autoridad y el prestigio de la Iglesia dentro de la sociedad.
Caricatura de Enrique III de Francia (1551-1589), en el frontispicio de libro Les Hermaphrodites (1605) de Thomas Artus |
Pero no nos puede extrañar, porque mil años después sigue actuando igual, si los infractores eran miembros de la Iglesia estos casos se solían solucionar de puertas para adentro, pero en cambio, si los infractores eran los miembros más bajos de la sociedad, los castigos solían ser públicos, notorios y ejemplarizantes.
La importancia de la Iglesia en el control de la sexualidad de la sociedad en el medievo y en la edad moderna se refleja en que la mayoría de estos casos fueron juzgados en tribunales eclesiásticos, muchas veces iniciando severos juicios basados en simples rumores, falsas acusaciones o interesadas confesiones.
Este control era aún más represivo sobre las mujeres, ya que la Iglesia siempre tuvo esa enfermiza obsesión de controlar el deseo y la sexualidad de la mujer, por lo que fueron mucho más frecuentes los chivatazos sobre comportamientos difamatorios de mujeres que sobre los hombres. Es por este motivo, que seguramente Rykener fuera llevado ante el tribunal como mujer, y no como hombre, ya que sería más fácil que la gente la acusase de cualquier tipo de delito.
Por último, no podemos dejar de señalar otro fenómeno, que aunque poco conocido parece evidente que existió, el de la prostitución masculina, que estaba enfocado especialmente a clientes masculinos, evidenciando una vez más, que la libre expresión de la sexualidad humana no se puede reprimir a pesar de las numerosas trabas morales, religiosas, sociales e incluso penales que puedan existir.
Bibliografía
David Lorenzo Boyd and Ruth Mazo Karras, "The Interrogation of of a Male Transvestite Prostitute in Fourteenth Century London". GLQ 1 (1995), 459-465
David Lorenzo Boyd and Ruth Mazo Karras, "`Ut cum muliere": A Male Transvestite Prostitute in Fourteenth Century London". In Premodern Sexualities. Edited by Louise Fradenburg and Carl Freccero. (London: Routledge, 1996), 99-116
Bershady I.; Sexual Deviancy and Deviant Sexuality in Medieval England, Primary Source, Volume V: Issue I, Page 12.
Creemos que hemos inventado el mundo, y si miramos atrás nos encontramos con artículos tan interesantes como este.
ResponderEliminarFelicidades, me ha encantado.
Saludos.
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarEstoy de acuerdo pero en ciertos argumentos poseo una vision distinta
ResponderEliminargraicas de todos modos
Siempre veo tus articulos