miércoles, 17 de julio de 2019

Frases y Expresiones: Llevar al huerto

 Frases y Expresiones:

I.- Te pongo mirando a Cuenca
II.- Echar un polvo
III.- Mujer de bandera
IV.- Espaguetis a la Puttanesca
V.- Irse de picos pardos
VI.- Llevar al huerto
VII.- Poner los cuernos (próximamente)

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LLEVAR AL HUERTO

 
Retomamos nuestra sección de frases y expresiones sexuales buscando el origen de una expresión tan popular como "llevar al huerto" que según la R.A.E. puede tener dos significados:

- Seducir a alguien sexualmente
- Lograr convencer a alguien.

En ambas definiciones, se sobreentiende que se trata de convencer a la otra persona a través de triquiñuelas, engaños y mucha persuasión, por lo que la definición engloba un toque de malicia.

Investigando sobre el porqué de esta expresión, resulta muy curioso descubrir que los dos significados que tiene parecen coincidir a la perfección con las teorías etimológicas que nos hablan sobre el origen de popular expresión.




ORIGEN SEXUAL DE LA EXPRESIÓN: CALISTO Y MELIBEA

Entrada al huerto de
Calixto y Melibea
La teoría más aceptada es que el nacimiento de esta expresión tiene un origen literario, nada más y nada menos, que en uno de las obras cumbres de la literatura universal, "La tragicomedia de Calisto y Melibea", ¿qué te suena pero no sabes de qué? Es que no es otra obra que la universal 'La Celestina' de Fernando de Rojas.

Aiiinnssss que recuerdos del instituto ¿verdad? Y es que no hay estudiante que no haya tenido que estudiar esta obra cumbre que da inicio al Siglo de Oro de la literatura española. Pues en esta novela "el huerto" adquiere un gran protagonismo...

En es un huerta, donde por primera vez Calisto, un joven de la nobleza, que persigue a un halcón huido se encuentra con Melibea, de la que se enamora perdidamente. Y aunque le tira los tejos, con las más tiernas palabras de amor, sólo consigue el rechazo de la muy honrada Melibea.

Calisto,  lleno de dolor, regresa a su hogar, pero su criado, al ver el estado de ánimo de su señor, le recomienda los servicios de Celestina, una alcahueta, que puede conseguir que Melibea caiga rendida a sus pies. Calisto, desesperado, acepta el ofrecimiento.

Y es así, como la Celestina, a través argucias, engaños y un poco de hechicería, consigue que Melibea acepte un encuentro con Calisto, a través de la valla del huerto.

En los siguientes encuentros, Melibea deja entrar en su huerto al impulsivo Calisto, y consuman su amor... con erótico (y trágico ) resultado.



EL HUERTO DE CALISTO Y MELIBEA

Como curiosidad, añadir que este famoso huerto de Melibea se puede visitar, ya que está situado en el casco antiguo de Salamanca, y se halla en el lugar donde se cree que Fernando de Rojas ubicó el lugar de encuentro de los protagonistas y escenario del trágico desenlace de la célebre novela.

Es un pequeño espacio ajardinado sobre la muralla de la ciudad con unas hermosas vistas de las Catedrales y de la ribera del Tormes. En la entrada del jardín, os recibirá un busto de bronce de la famosa Celestina, y os recomendamos daros un romántico paseo por este rincón escondido de la ciudad salmantina.


El Huerto de Calisto y Melibea, con la escultura de La Celestina, obra de Agustín Casillas, al fondo.
Foto: Pablo de la Peña. Origen: La Crónica de Salamanca



ORIGEN TRÁGICO DE LA EXPRESIÓN:  LOS CRIMENES DEL HUERTO

El otro posible origen de esta expresión es mucho más reciente y tiene que ver con unos trágicos asesinatos que acapararon las portadas de la prensa nacional.


Estamos en el año de 1904, en el pueblo cordobés de Peñaflor, allí vivían los dos delincuentes protagonistas de nuestra historia, Juan Aldije, apodado "el francés", y su socio José Muñoz Lopera. Ambos trabaron amistad y se hicieron compinches en sus primeras fechorías: robos y estafas varias relacionadas con el mundo del juego.

Pronto idearon un plan para robar y asaltar a incautos forasteros... Lopera, que era habitual de las timbas de cartas que se realizaban por la zona, era el que estudiaba a la futura víctima, buscando algún comerciante o forastero que estuviese de paso y con pinta de llevar con él unos buenos cuartos.
Trababa amistad con ellos en alguna taberna o posada, y les comentaba que si querían participar en un lucrativo "negocio".



El negocio que les proponía era compincharse para desplumar a un adinerado francés muy aficionado a las cartas que vivían en una finca a las afueras de Peñaflor. Por lo que, gracias a la labia y el poder de persuasión de Lopera, más de un incauto le acompañaba hasta la casa del "francés".

La casa estaba situada a las afueras del pueblo, contaba con cuadras, corrales y, como no podía ser de otra forma, un gran huerto. La finca había adquirido cierta fama por la organización clandestinas de timbas de cartas.  Así que, el "francés" les recibía a la entrada de la finca, y con muy buenas formas y modales, les daba la bienvenida a su hogar y les apremiaba a que entrasen en la casa por un camino muy estrecho que dividía el huerto en dos partes.

'Por favor, ustedes primero' les decía el "francés", y cuando se encaminaban hacia la casa, aprovechaba para partirles la cabeza, atacándoles por detrás con una barra de hierro. Allí mismo, les despojaban de todas sus pertenencias y lo enterraban rápidamente en el huerto de la finca.



Finalmente serán descubiertos, gracias a la investigación impulsada a raíz de la desaparición de Miguel Rejano, la última de sus víctimas, ya que el primo del fallecido, Juan Mohedano, atendiendo a las súplicas de la viuda, inició una investigación por su cuenta, y con la ayuda del ex-policía Laureano Rodríguez, reconstruyeron sus últimos pasos hasta dar con la fonda donde se hospedó por última vez. Una vez allí empezaron a surgir los nombres de los sospechosos, y un tercer socio, un tal Borrego, que también era asiduo a las timbas que se organizaban en la zona, y testimonio clave en la investigación, ya que parece que fue él, quién soltó el chivatazo sobre los cadáveres ocultos en el huerto.

Una vez presos, ambos confesaron un total de 6 crímenes, cometidos entre los años 1898 y 1904, acusándose mutuamente de ser los autores materiales de los asesinatos. Y detallando el modo de asesinar a sus incautas víctimas:  


En su declaración detallaron con les hacían caminar por un estrecho camino de acceso a la finca, y cuando el gancho les distraía diciendo la frase: "cuidado con la cañería", el francés aprovechaba que miraban hacia el suelo para propinarles un fuerte golpe en la cabeza y rematarlos en el suelo con un martillo.



La prensa nacional siguió con mucha atención todo lo relativo a este caso: los progresos en la investigación de los hechos, la fuga (y posterior entrega) de "el francés", y  ¡cómo no! el juicio sumarísimo al que fueron sometidos, y su condena a pena capital. Ambos fueron sentenciados a garrote vil y ajusticiados en la cárcel sevillana del Pópulo, el 13 de octubre de 1906.

Este caso fue portada en todos los periódicos del país, por lo que rápidamente se popularizó la frase "llevar al huerto" como expresión de convencer a alguien con engaños y triquiñuelas, y salir mal parado.  


Incluso tenemos película sobre este suceso, ya que en los años 70 el director Paul Naschy llevó al cine esta truculenta historia bajo el título de "El huerto del francés"





Bibliografía:


https://confilegal.com/20180823-llevar-al-huerto-es-una-frase-que-se-origino-por-un-suceso-famosisimo/

 https://proyectonaschy.com/2012/03/25/el-huerto-del-frances-de-la-realidad-a-la-ficcion/



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