sábado, 24 de octubre de 2015

Sexo y cultura erótica en la España de los años 20

Esta entrada está inspirada en el magnífico trabajo de Maite Zubiaurre, "Culturas del erotismo en España. 1898-1939" y gran parte de las imágenes están extraídas del increíble banco de imágenes disponible en su web asociada http://sicalipsis.humnet.ucla.edu/

LA ESPAÑA DE PRINCIPIOS DEL XX
Cubierta de la obra Culturas del erotismo en España, 1898-1939
http://sicalipsis.humnet.ucla.edu/

La España de principios de siglo XX es una de las épocas más interesantes de su historia, marcada por el esplendor de una generación, la del 98, que veía como impotencia como el país se sumergía en una crisis moral, social y política... de ahí surgieron nombres como Unamuno, Machado, Alberti...

Pero este principio de siglo vienen marcado por un fenómeno que cambiará para siempre la cultura del entretenimiento: el poder de la imagen; al calor de los inventos surgidos tras la II Revolución Industrial se va a desarrollar nuevas formas de consumo de ocio que se popularizarán rápidamente tras la I Guerra Mundial, especialmente entre las clases urbanas: el cine, la prensa, la radio, los semanarios, la publicidad...

Madrid y Barcelona pronto imitaron las modas y las nuevas formas de ocio que florecían en los locales de Berlín, París o Londres, entrando de lleno la sociedad española en la modernidad europea. Por lo que desde muy pronto, las principales avenidas de estas ciudades se llenaron de salones de variedades, cabarets y music-halls.

Estas nuevas formas de ocio levantarán pasiones entre un público cada vez más aficionado a abarrotar este tipo de espectáculos, donde los números de las artistas se volvían cada vez más picantes, acompañados de bailes sensuales, canciones eróticas y vestidos con transparencias; todo ello, al son de cuplés, tangos y los nuevos ritmos que llegan desde el otro lado del atlántico como el jazz, el fox-trot o el charlestón.

Y entre todas estas novedades el cine se alzaba como una nueva y poderosa industria del entretenimiento, y como ya vimos en este post, el cine porno también empezó a popularizarse en nuestro país, con películas producidas y financiadas por el mismo rey Alfonso XIII.


Iglesia, Dictadura y Monarquía

Esta nueva cultura se alzaba como una atrayente alternativa a la religión, por lo que la Iglesia siempre se posicionó en contra de estas formas de ocio, ya que ponía en peligro su monopolio cultural y social que había aglutinado a lo largo de los siglos.

Además en España se vivía la curiosa contradicción de estar bajo una dictadura militar (1923-1930), de corte monárquico y de carácter conservador y católico, aunque como vemos, bastante permisiva en lo social, por lo que muchas veces se ha llamado a la dictadura de Primo de Rivera como "dictablanda".

Aunque esto no significa que no existiese la censura, en 1917, un periódico valenciano recoge la noticia del cierre del teatro Princesa durante 6 meses y con una multa de 500 pesetas ante las "excesivas procacidades exhibidas" durante la actuación de dos de sus vedettes. Esta censura se endureció con la llegada de la dictadura de Primo de Rivera, ya que a pesar de que este tipo de espectáculos siguieron en funcionamiento, sus contenidos se aligeraron un poco.

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Postal erótica.
El nacimiento de los mitos eróticos

Esta época es también la de los nacimientos de los grandes mitos eróticos, donde las más famosas actrices de Hollywood empezaron a convertirse en auténticos iconos mundiales como Gloria Swanson o Greta Garbo, y donde nuestras cupletistas y vedettes más famosas como Raquel Meller, La Bella Chelito, La Goya, Olimpia d'Avigni o Carmen Miranda acaparaban portadas de magazines y revistas, rodeadas de grandes lujos y disfrutando de los caros regalos de sus admiradores.

Admiradores entre los que se incluían los principales personajes del país, desde el rey Alfonso XIII hasta el dictador Primo de Rivera, que también coquetearon con estas artistas y eran clientes habituales de estos espectáculos nocturnos.

Se vivía en un ambiente de cierta relajación moral y libertinaje, con el auge de nuevas ideologías como el feminismo y el naturalismo, donde la exhibición del cuerpo desnudo dejará de ser un tabú. Además la prostitución y la drogas se convierten en algo habitual en el ambiente nocturno de las grandes ciudades, cocaína y morfina eran consumidas por buena parte de una burguesía adinerada, como bien refleja el 'Tango de la cocaína' de Joan Viladomat.

Como bien señala Maite Zubiaurre "En esa España floreció una cultura popular, tan descarada como irreverente, que produjo una cantidad de material erótico que la sociedad de entonces consumió sin pudor. Muchas de las imágenes que hoy consideraríamos pornográficas circularon libremente por las calles de Madrid y Barcelona, sin que ningún tipo de censura actuase sobre ellas".


Fotografías "artísticas beldades femeninas" recogidas en el libro de Maite Zubiaurre 'Culturas del erotismo en España 1893-1939'.

CULTURA ERÓTICA DE CONSUMO

Estas nuevas formas de ocio y expresión relacionadas con la libertad sexual se manifestaron en la proliferación de condones, novelas de tintes eróticos o asociaciones nudistas... y donde muy pronto se aprovecharán las nuevas posibilidades de las nacientes industrias cinematográfica y fotográfica para desarrollar toda una serie de productos eróticos y pornográficos, y cuanto más explícitos mejor... postales eróticas, cine porno y revistas nudistas son sus mejores representantes.

Publicaciones como las postales eróticas se distribuían por correo postal, pero también se podían adquirir abiertamente en quioscos o mediante la venta ambulante. El primer dato que podemos extraer de estas imágenes es el ideal de belleza reinante en la época, donde parece que se destila una preferencia por las mujeres opulentas, entradas en carne, de grandes pechos, es decir, el tipo de mujer más frecuente tanto en los prostíbulos como en las salas de variedades. Aunque a partir de los años 20 ya se empieza a vislumbrar los nuevos códigos de belleza femenina, mujeres más delgadas y de pelo corto

Postales eróticas

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Postal coloreada.
La postal erótica recibió el nombre de 'cartomania', consistían en fotografías sobre cartulinas, muchas de ellas coloreadas con acuarelas para conseguir un mayor realismo. Su éxito radicaba en su bajo coste de producción, su fácil reproducción y su rápida comercialización

Estas postales de corte erótico fueron ideadas en Francia a finales del XIX, por lo que también fueron conocidas como "postales francesas".En un principio eran fotografías algo inocentes, con escenas de filtreos e insinuaciones algo ingenuas. Así el país galo se convirtió en el principal productor de las postales y fotografías eróticas llegadas a España.

Este tipo de postales tuvo una enorme variedad de producciones desde las más sutiles y lights como las denominadas 'postales amables' o 'tontas', donde aparecían mujeres semidesnudas en posturas clásicas y academicistas hasta aquellas más próximas a la pornografía pura y dura, con escenas de pareja o mostrando relaciones de carácter homoerótico.

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Postal estilo
'mármol viviente'
Una muestra de esta gran variedad de postales la encontramos en el tipo de mujeres representadas que puede ir desde la sensualidad más castiza, con representaciones de mujeres con mantilla y mantón, pasando por la sensualidad más étnica, con postales de mujeres semidesnudas pertenecientes a diferentes culturas del mundo.  Por otro lado, encontramos aquellas que buscan el lado más poético y sensual, donde la fotografía viene acompañada de un texto poético.

Dentro de las postales encontramos sub-géneros, entre los que destacan el llamado "mármol viviente". Son aquellas postales que reproducían desnudos más propios de la escultura que de la fotografía erótica, por lo que para lograr este efecto se cubrían los pezones y el vello público de la modelo mediante un maillot muy ajustado. Este tipo de postal, tuvo gran auge en la Alemania de los años 30 y 40, ya que encerraba cierta reivindicación del ideal de belleza clásica que tanto apasionó al nazismo.                               

Novelas eróticas

El fenómeno de las novelas eróticas es relativamente contemporáneo, en España las primeras publicaciones de este tipo se dieron durante el Sexenio Revolucionario, aprovechando la libertad de imprenta sancionada en la nueva constitución. Aunque la Restauración  cercenó gran parte de estas libertades, este tipo de publicaciones siguieron vigentes, causando gran escándalo entre vecinos y autoridades, que provocaron en más de una ocasión la persecución policial a los vendedores ambulantes por "escándalo público". Pero va a ser durante la década de los 20 y 30 cuando este tipo de publicación se consolidará, a pesar de las incautaciones periódicas y las multas a los libros de carácter más pornográfico.

Estas novelas se caracterizarán por sus divertidos y extravagantes títulos, que podían ir de los más coquetos y sugerentes hasta títulos directamente pornográficos: Paquita se pone nerviosa, Lilly y los plátanos, Currito el ansioso, El delantero centro de Pili, La flor de Florita, El túnel del amor prohibido o Julia la Gozadora son uno de los muchos títulos aparecidos en aquella época.

Pero no sólo los títulos de los libros tuvieron nombres extravagantes, sus autores, escondidos bajo pseudónimo también apostaban por divertidos nombres tales como el doctor Canuto de Montánchez o el doctor Coñicida. Lo mismo sucedía con las editoriales, muchas de ellas registradas en Buenos Aires para evitar posibles multas o censuras, cuyos nombres resultaban aún más esclarecedores Establecimiento Jodeográfico, Imprenta Espermática, Editorial Diarrea.

En este tipo de novela, como ya vimos que pasaba con las películas pornográficas de Alfonso XIII, solían encerrar una mordaz crítica a los estamentos más poderosos de la sociedad: sacerdotes, nobles,...  En cuanto a los temas relacionados con el sexo las escenas más frecuentes son aquellas de tintes vouyeristas y aquellas más propias de las fantasías masculinas: escenas lésbicas, sexo oral, sexo anal.

Novelas licenciosas de la España juguetona
Portadas de novelas eróticas.

Nudismo y Naturalismo

Otra de las modas que causaron furor, especialmente en las costas catalanas y levantinas, fueron el nudismo y el naturalismo, hecho que se vio refrendado por la creación de una multitud de asociaciones de carácter naturista, vegetarianas, nudistas y de medicina natural, algunas muy ligadas al movimiento anarquista, y que  desde muy pronto editaron sus propias revistas.

La característica de estos movimientos era el deseo de redescubrir el cuerpo como parte de una búsqueda de lo verdadero frente a lo artificial de la vida moderna, ya que el nudismo se entendía como una forma de volver a la pureza, liberando al cuerpo de la degeneración y los vicios sexuales.

Estas publicaciones contenían artículos relacionados con la comida sana, remedios naturales  y cómo no! de temática relacionada con la sexualidad,  aunque casi siempre bajo una perspectiva algo tradicional y purista, ensalzando la castidad como valor y criticando la sexualidad incontrolada, así como algunos vicios como el alcoholismo y el tabaquismo.  A pesar de esta concepción purista de la sexualidad intentaron alejarse de la moral cristiana, presentando programas de educación sexual laicos y modernos, próximos al feminismo y muy alejados de los conceptos de pecado.

Así entre estos colectivos destacar aquellos de carácter excursionista, en campos y playas nudistas, como los 'Amics del Sol' o el grupo anarquista 'Sol y Vida', o la mítica 'Pentalfa', o 'Biofilia' que alcanzó cierta popularidad durante la II República.


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Publicaciones científicas

Otras publicaciones que despertaron gran interés, más que por sus contenidos reales, por lo que uno podía llegar a imaginar o intuir, eran los manuales de higiene sexual. Estos manuales eran adaptaciones censuradas de libros europeos, por lo que eran publicados bajo el estricto control de las autoridades y bajo el auspicio de la Iglesia, por lo que a pesar de tener una clara finalidad moralizante, la lectura de temas relacionados con la sexualidad siempre fueron muy atrayentes.

Por otro lado, entre las publicaciones "científicas" destacar las obras de dos de nuestros más grandes intelectuales, que trataron el tema de la sexualidad desde una perspectiva oficialista, con interpretaciones bastantes subjetivas, como son Tres ensayos sobre la vida sexual (1926) de Gregorio Marañón o los "Estudios sobre el amor" (1924) de Ortega y Gasset, quien por entonces descalifica el psicoanálisis como "una emulación pseudocientífica del católico sacramento de la confesión".

Homosexualidad

Novela homoerótica
En el tema de la homosexualidad se siguen arrastrando viejos tópicos ancestrales, el homosexual es un ser vicioso, degenerado, muchas veces equiparado con otras figuras delictivas de la sociedad como ladrones o violadores. Es decir, se sigue viviendo bajo una visión dualista, entre lo masculino (o más bien el macho) y lo femenino, condenando de esta forma a los homosexuales a la discriminación social.

Este pensamiento tendrá su reflejo en la cultura, donde las publicaciones relacionadas con la homosexualidad masculina son escasas, ya que la mayoría de la población lo sigue considerando como algo inmoral. En cambio, la homosexualidad femenina, alimentada por la fantasía del imaginario masculino, fue ampliamente representada tanto en novelas como en imágenes.

Aunque la homosexualidad seguía siendo considerada un tabú, la relajación moral de la sociedad permitió un acercamiento a publicaciones donde se mostraba un cierto tipo de desnudo masculino donde forzudos con bigotazos, boxeadores o gimnastas exhibían sus cuerpos semi desnudos.

Novela homoerótica
Las obras más representativas de la cultura gay de los años 20 eran sin duda las denominadas novelas 'dandy' o decadente, cuyo autor más célebre fue sin duda Álvaro Retana, que con una mirada alegre y positiva se acercaba abiertamente al mundo de la homosexualidad con libros como "Las locas de postín", "El fuego de Lesbos" o "Los ambiguos".

También podemos destacar otras obras de autores más prestigiosos como algunas novelas escritas por Ramón Gómez de la Serna "La mujer vestida de hombre" o su esposa Carmen de Burgos, aunque éstas con un tinte más moralizante.

Por último destacar la novela cubana  "El ángel de Sodoma" de Alfonso Hernández Catá, una novela que resume muy bien la crisis cultural y existencial de esa época, ya que no sólo condena el carácter homofóbico de la sociedad, sino también un sistema político caracterizado por su conservadurismo y autoritarismo.

                            
Conclusión

La dictadura franquista acabó con todo aquello. Bueno, con casi todo: la iconografía erótica y morbosa de Julio Romero de Torres (por cierto, republicano) se difundió profusamente en carteles y calendarios gracias, según la autora, al “españolismo” estereotípico y sobreactuado de sus personajes femeninos

Esa explosión de erotismo producida en los años 20 es comparable a la que vivimos aquí en España a partir del año 1975, ya que con la muerte del dictador, incluso años antes, se vivió un intenso momento histórico de profundas transformaciones políticas, económicas y sociales. Donde la sociedad y la cultura empezaron a expresar libremente ciertos aspectos relacionados con la sexualidad y el erotismo, deseos duramente reprimidos durante más de 40 años, lo que provocó un auténtico boom de la cultura erótica, cuya mejor plasmación es el cine del destape de finales de los 70.


Bibliografía

Cleminson, R.; Anarquismo y sexualidad en España, 1900-1939

Zubiaurre, M.; Culturas del erotismo en España, 1898-1939 en http://sicalipsis.humnet.ucla.edu/

 http://leopoldest.blogspot.com.es/2012/01/imagenes-del-erotismo-en-la-espana.html

http://www.isliada.org/ensayo/2011/09/el-angel-de-sodoma-y-la-construccion-social-de-la-normalidad-generica/

 http://www.playgroundmag.net/articulos/columnas/Cuerpos-mundo-anarquista_0_1414058582.html

 http://elpais.com/diario/2007/12/04/cultura/1196722801_850215.html









2 comentarios:

  1. Este es uno de los libros que tengo en pendientes de mi interminable lista.
    Fantástico el artículo, como siempre.
    Un saludo

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  2. El mayor coleccionista, y productor de cine porno, de la Europa de los años 20 fue Alfonso XIII.

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