viernes, 25 de mayo de 2018

Los Alumbrados Extremeños: Sexo, lujuria y espiritualidad en el siglo XVI


En la entrada de esta semana os vamos a presentar a los Alumbrados, un movimiento religioso herético que se desarrolló a principios del siglo XVI en pequeñas ciudades de Castilla, y que rápidamente se extendió a amplias zonas de Andalucía y Extremadura. Y aunque al principio se tuvo por un movimiento aislado, su rápida extensión y sus doctrinas, con ciertas semejanzas a las del protestantismo, hizo que la Inquisición interviniese con mano de hierro.

Este tipo de movimiento religiosos reformistas, solían basarse en una interpretación personal de las Sagradas Escrituras, obviando en muchos casos los tratados teológicos "oficiales" de los padres de la Iglesia.


Por lo que eran considerados un peligro por parte de la Iglesia oficial, ya que eran fuente de peligrosas desviaciones teológicas, al rechazar  numerosos dogmas oficiales de la Iglesia de Roma

The Covenanters' Preaching, pintura de George Harvey

Estos movimientos fueron bastante frecuentes a lo largo de la historia, aunque fue en esta época de finales de la Baja Edad Media y principios de la Edad Moderna, cuando eclosionaron por toda Europa, surgiendo grupos de toda clase y condición, desde aquellos que predicaban la pobreza más absoluta, a otros que no dudaron en formar comunidades al más estilo "hippie", donde se fusionaban la religión y el amor libre.

Y aunque normalmente la Iglesia acusaba a estos movimientos herejes de todo tipo de injurias y delitos, poniendo especial hincapié en los terribles delitos sexuales que cometían una u otra secta. Como mejor ejemplo de todo ello podéis ver nuestro post dedicado a sectas cristianas acusadas de organizar orgías durante la Edad Media.


LOS ALUMBRADOS


Estos grupos religiosos surgieron al reunirse pequeños grupos de laicos (conventículos) que leían y estudiaban la Biblia, especialmente el Nuevo Testamento, y daban una interpretación personal de las escrituras, obviando los tratados teológicos de los padres de la Iglesia.

Los alumbrados predicaban la completa pasividad, el abandono, el "dejarse al amor de Dios", por lo que a su personalísima interpretación de la Biblia había que sumar la extravagancia de algunos de sus líderes que animaban a sus fieles a adoptar ciertas actitudes morales aberrantes.

Pensaba que el amor de Dios era tan grande que no hacía falta cumplir las rigurosas y tediosas reglas externas que imponía la Iglesia Católica, por lo que rechazaban sus ritos y ceremonias, sus sacramentos, la reverencia a las imágenes, la penitencia, ... En definitiva, no había que temer el castigo de Dios a ciertas actitudes porque Dios era todo amor.


 

Este tipo de doctrina daba alas a saltarse, y con mucha facilidad, los estrictos dogmas sexuales y morales impuestos por la Iglesia. 


Algunos de estos movimientos iluministas de la Edad Media, así como algunos de los alumbrados españoles, aducían que sus almas habían alcanzado la perfección absoluta, por lo que eran incapaces de pecar, por lo que promovieron una escandalosa promiscuidad sexual:

"Nada en las obras de un hombre se debe a él. El que reconoce que Dios hace en él todas las cosas no peca, pues no debe atribuirse a si mismo sino a Dios lo que hace. Uno puede estar unido con Dios de tal forma que haga lo que haga no puede pecar".


Maqueta del Auto de Fe celebrado en Llerena en 1579.
Museo de Historia de Llerena.

Normalmente estos grupos estaban dirigidos por un confesor que se rodeaban de un círculo de mujeres, aunque no faltaron grupos de alumbrados dirigidos por beatas. Estos párrocos aprovechaban su posición para cometer delitos de solicitación, aunque como ya vimos en este post, este delito estuvo muy extendido en todo el cuerpo de la Iglesia.

Así conocemos el caso del licenciado Jorge Belmar que durante el acto de confesión "alzaba las faldas a las muchachas, las enseñaba sus partes vergonzosas, metía manos en sus pechos, ..., con el pretexto de asegurarlas que en realidad era Nuestro Señor quien las tocaba".

Detalle del 'Éxtasis de Santa Teresa',
de Bernini, Roma.
Otras de las excusas esgrimidas por estos alumbrados para promover la promiscuidad sexual era proclamar que el nuevo Mesías nacería del fruto de una relación entre el clérigo de turno y alguna de sus doncellas.

También estaban aquellos que veían el placer como un don de Dios, y que a través del goce carnal era más fácil que el espíritu alcanzase la divinidad. Esta idea, más que una excusa barata para tener sexo, esconde en realidad una corriente filosófica que puede verse en numerosas religiones, donde la espiritualidad, el goce y la pasión están íntimamente relacionados, como algunas corrientes sufistas dentro del Islam o si quieren algo más palpable, los mismísimos poemas de Santa Teresa de Jesús, que muchos han querido ver como una descripción perfecta del orgasmo.


Expansión del movimiento de los Alumbrados

Muchos autores han querido justificar el éxito de este tipo de movimientos esgrimiendo toda clase de argumentos: desde la escasez de varones por la alta emigración al Nuevo Mundo a la represión sexual a la que estaba sometida la mujer. Aunque la casusa más probable seguramente se debiese al excesivo número de clérigos sin ningún tipo de formación, ni tan siquiera vocación, que aprovechando su posición de poder, en especial en estas comunidades rurales, no dudaron en calmar sus apetitos sexuales.


Persecución contra los Alumbrados


Estos alumbrados en un principio no despertaron demasiado interés a los tribunales de la Inquisición, ya tenían bastante trabajo persiguiendo a otros herejes, judíos, sodomitas,....

Fue la incansable labor de un fraile extremeño, de nombre Alonso de la Fuente, quién alertado por los ritos y blasfemias de estos grupos, denunció, una y otra vez, a sus integrantes ante los tribunales de la Inquisición. 


Juan de Ribera, de
Luis de Morales
Como en un principio estos grupos de alumbrados contaban con el favor de Juan de Ribera, obispo de Badajoz, las quejas de Fray Alonso fueron vanas. Pero él no cesó en su empeño de demostrar el peligro de esta herejía, por lo que aprovechó un viaje que le llevó a las cercanías de Madrid para trasladar una serie de informes y memorias al propio Felipe II, donde denunciaba el comportamiento inmoral de estos Alumbrados y de paso aprovechaba para arremeter contra el obispo de Badajoz, de quien decía que:

"...en muy breve tiempo fue convertido a la opinión de los Alumbrados, y le hicieron tan de su mano que, fiándose enteramente de ellos, les cometía todo el gobierno de sus iglesias haciéndoles grandes favores."  

Aquí os dejamos con el extracto de uno de esos memoriales enviados a Felipe II, fechado en diciembre de 1575, donde denunciaba el comportamiento libidinoso de esa secta, aunque más parece el testimonio fruto de su calenturienta imaginación:

“Se aprovechan de la magia para alcanzar las mujeres y aprovecharse de sus cuerpos, para el cual efecto les ayuda el demonio grandemente, el cual viene a las mujeres y las enciende terriblemente en deseos de carne con tan grande opresión, que las hace ir rabiando a sus maestros a pedir la medicina de aquellas grandes tentaciones porque ninguna otra persona puede remediarlas. Y los dichos maestros aplican el remedio natural tratando con las tentadas deshonestamente, y dándoles a entender que no es pecado, porque aquellas obras carnales llaman regalos de gente espiritual, y que haciendo aquellas cosas con necesidad espiritual no es ofensa de Dios”.
 - Memorial que fray Alonso remitió a Felipe II.


Se puede decir que su afán perseguidor de Alumbrados fue una obsesión que le acompañó toda su vida, yendo de pueblo en pueblo, advirtendo sobre los peligros de esta secta y denunciando a toda persona sospechosa de iluminismo, hecho que le acarreó granjearse numerosas enemistades. Incluso, no dudó en acusar de alumbrados a los más ilustres representantes de la mística española como a Teresa de Jesús, Juan de Rivera y Juan de Ávila.

Aunque su enfermiza insistencia dio sus frutos, y finalmente la Inquisición se puso manos a la obra, reveló de su cargo a los antiguos inquisidores del Tribunal de Llerena que no habían escuchado las denuncias de Fray Alonso y organizó unos espectaculares autos de fe que acabaron para siempre con este movimiento.

La fecha del más famoso de todos ellos fue el 14 de Junio de 1579, en la población extremeña de Llerena, donde se asentaba uno de los tribunales inquisitoriales.



En la plaza se montó: Un tablado donde se llevó a cabo la ceremonia, un palco para los asistentes de alto rango, tribunas para reos y balcones engalanados.

Los Autos de Fe


Recordar que los Autos de fe eran un espectáculo sin igual, en una época donde no había mucha diversión estos juicios públicos eran un gran reclamo para la población, como bien atestiguan los informes de la época.

Pero este auto superaba a casi todos los de la época, no sólo por el gran número de sentenciados, más de 50 personas, sino porque muchos de ellos eran alumbrados o iluminados, por lo que este auto de fe atrajo a curiosos de todos los rincones del reino.

La Cruz verde y el estandarte de la Inquisición se colocaron en un lugar privilegiado.

La ciudad se engalanó para recibir a tantos visitantes, viéndose sobrepasada a la hora de acoger a tantos vecinos llegados de diversas regiones del reino, ya que la afluencia de forasteros desbordó la capacidad de mesones y fondas de las poblaciones cercanas. Incluso tuvo que desatender a numerosos compromisos, ya que los palcos de honor, muy solicitados en este tipo de espectáculos, estaban otorgados a personajes principales de la sociedad.

Como anécdota, que ilustra el éxito de convocatoria que tuvo este Auto de Fe, explicar que la ciudad permitió los días y noches previos al juicio público, la celebración de fiestas y reuniones nocturnas, donde no faltaron pucheros y calderetas regados con abundante vino. Fiestas y romerías nocturnas que se habían prohibido los años anteriores porque precisamente ¡¡eran habituales entre los alumbradistas!!

El día del auto la plaza de Llerena está abarrotada y es que el Auto de Fe prometía un espectáculo sin igual, ya que durante todo el día desfilarían reos y condenados de toda clase y condición, expuestos a la vergüenza y escarnio público, para regocijo del público allí concentrado.


Por lo que tras la misa y el largo sermón de inicio fueron apareciendo los penitenciados, primero aquellos acusados de diversos delitos contra la fe, como la blasfemia u actos contra la ortodoxia cristiana. Todos se vieron obligados a abjurar en público sus pecados, es decir, reconocerlos y arrepentirse públicamente de ellos. Algunos también se vieron sometidos a tandas de azotes, y los casos más graves iban acompañados de condenas de destierro o multas si el personaje era rico.

Los reos vestidos con el san benito y escoltados por soldados y sacerdotes en la tribuna.
Tras un descanso para comer y coger fuerzas hicieron entrada un grupo de reos acusados de poligamia, delito más grave y acompañado casi siempre de azotes y destierros temporales. Hasta que finalmente, y para última hora de la tarde aparecieron los alumbrados, el plato fuerte del día. La mayor parte de ellos fueron sometidos a tormento, es decir, torturas, y condenados a varios años de galeote, una de las peores condenas que te podían caer en aquella época.

Tras estos ejemplarizantes juicios, el fenómeno de los Alumbrados desapareció, quedando para la historia sus leyendas e historias repletas de pasión carnal, lujuria y sexo desenfrenado.


Extractos del Auto de Fe de Llerena de 1575:


Para finalizar traemos algunos de los extractos de la relación de delitos que fueron leídos públicamente durante el Auto de Fe celebrado en Llerena en el año de 1575, ya que resumen a la perfección los principales delitos a los que fueron acusados estos Alumbrados:

"1. Los alumbrados de Estremadura eran clerigos sacerdotes y algunos predicadores, no tenian beneficio ni renta sino lo que les daban las mugeres con quien trataban, trayan por officio yr por los pueblos enseñando su doctrina a moças donçellas diciendo que las biejas eran duras para recibirla.

2. Mandaban a todas se confesassen con ellos generalmente diciendo que era necesaria la confesion general.
3. Procuran por todas vias que estas mugeres siendo solteras no se casen ni entren monjas sino que se hagan beatas diciendo ser mejor estado.

8. (...)Hay algunas beatas destas que haziendo esta oración y contemplación ven vanas visiones, oyen ruidos y voçes, reciben grandes miedos y temores, no pueden ver imagenes, ir a la iglesia, oir sermones, ni cosas de devoción, diciendo que están tan llenas de Dios que no les cabe mas, les parece que Christo en quien están contemplando les aparece en figura de hombre y con el vienen a tener grandes tentaciones de carne y realmente les parece que pasan con el tocamientos deshonestos hasta tener polluciones.

A esto dan también ocasión lo que sus maestros les enseñan, que lo contemplen hecho hombre y se ajusten con él poniendo boca con boca y los demás miembros y le digan palabras regaladas y amorosas, como carne de mi carne, hueso de mis huesos, y mirando al crucifixo de bulto aunque sea en la yglesia les parece que ven que el mismo crucifixo las convida a deshonestidades lebantando sus verguenzas por debajo del paño (...).

10. Estas mugeres, luego que se confiesan con ellos, les cobran una afición estraña que se pierden por ellos y les vienen grandes tentaciones de carne con ellos, y estando con aquellas bascas y rabias, les han a buscar, y ellos las besan y abraçan, y meten las manos en los pechos, y sobre el coraçón dándoles a entender y diciendo que aquellos tocamientos no son pecado, que los haçen por alegrarlas, consolarlas y ayudarlas, para que puedan llevar aquellos sentimientos, con lo qual ellas sienten grande alibio y consuelo para aplacar aquellas rabias. 

Y diçen algunos que hacen aquello, contra su voluntad, solo por mortificarse, que no sienten deseo carnal ni deleite, y algunos pasan adelante en estos tocamientos metiéndoles la lengua en la boca y tocándoles en las partes vergonçosas y echándose en la cama desnudos con ellas.

11. Entre ellos y ellas pasa otro sentimiento estraño que andando con aquellos ardores y fuegos que algunas veces llega a tanto que (..) si se llegan los unos a los otros se encienden y ponen fuego (...) y otras veçes con deseo de tener aquel encendimiento (que dicen es devoción) y comunicación se vienen a llegar una muger con otra desnudas en la cama en tanta manera que se abraçan y besan y meten la lengua en la boca y juntando las partes vergongosas vienen a tener pollución."
- Relación de las proposiciones de los alumbrados de Llerena que se castigaron
el año 1575



Si los acusados habían fallecido en las cárceles durante la fase de interrogatorios se colocaba una efigie en su representación con un rótulo con su nombre y el delito cometido.

Conclusión


Como conclusión, recoger las reflexiones de Manuel Maldonado que realiza en su blog sobre la Historia de Llerena donde nos relata que a pesar de la fama de este Auto de Fe, todo ello se trató más bien de un montaje impulsado por el Santo Tribunal desde Madrid, un acto de propaganda, una demostración de poder de la Inquisición, un aviso a navegantes ante cualquier desviación de la doctrina oficial de la Iglesia.

Por ello, no nos puede extrañar que en un principio el Obispo de Badajoz e incluso el Tribunal de Llerena hiciesen oídos sordos a las continuas denuncias de Fray Alonso. Por lo que a pesar de la fama que adquirió la secta de los Alumbrados, no puede asegurarse su existencia histórica como un grupo organizado, sino más bien fueron un grupo de sacerdotes que "soportaban mal las exigencias del celibato y la castidad clerical", por lo que aprovecharon una particular interpretación de las escrituras para arrimar el ascua a su sardina.

Pero ante la tensa situación que se vivía en Europa por la reforma protestante, que precisamente permitía romper con la castidad clerical, el Santo Oficio decidió cortar por lo sano cualquier atisbo de reformismo, y a través de este auto ejemplarizante poner sobre aviso a cualquier otro párroco o sacerdote dispuesto a tomarse con ligereza los mandamientos morales de la Iglesia.


Bibliografía

[En Internet]

Manuel Maldonado, 'Llerena y los alumbrados' en
http://manuelmaldonadofernandez3.blogspot.com.es/2009/02/llerena-y-los-alumbrados.html

 Israel J. Espino en 'La depravada secta de los alumbrados' en
http://www.extremaduramisteriosa.com/la-depravada-secta-de-los-alumbrados y
http://blogs.hoy.es/extremadurasecreta/2016/11/07/los-alumbrados-sexo-hostias-y-posesion/

 [Obras]

Huerga, Á.; Historia de los alumbrados (1570-1630), Fundación Universitaria Española, 1994.

Santoja, P.; Las doctrinas de los alumbrados españoles y sus posibles fuentes medievales, DICENDA. CUadernos de Filología Hispánica, 2000, 18, 353-392.

Sánchez Ortega, Mª.H.; La mujer y la sexualidad en el Antiguo Régimen, Akal, 1992.

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