Capítulo I: Las ETS nos hicieron monógamos
Capítulo II: (en preparación)
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Hace tiempo ya publicamos un artículo donde sugeríamos que nuestros ancestros homos, así como las primeras comunidades de humanos, tuvieron que ser polígamas ("El sexo de los primates ¿somos una especia monógama?"). Dato fácilmente atestiguable si observamos a nuestros primates más sociables, ya que nuestros primos evolutivos como chimpancés o bonobos conviven en grupos abiertamente polígamos.
Poco a poco, hemos visto como más y más investigadores se atreven a romper con los discursos convencionales arrastrados por la comunidad científica desde tiempos inmemoriales. Y si hay una obra que siempre recomendamos como símbolo de estas nuevas perspectivas científicas es, sin duda alguna, 'En principio era el sexo', un libro que rompe con numerosos esquemas y planteamientos científicos que siempre hemos asumido como grandes verdades universales, y aunque algunas de sus muchas teorías puedan ser polémicas, el gran acierto de este libro es que al menos hace cuestionarte y replantearte visiones sobre la sexualidad humana que simplemente hemos aceptado porque sí, porque siempre han sido así.
Una de las muchas ilustraciones sobre nuestros antepasados homos que trasladan nuestra visión monógama de la sexualidad hacia el pasado. |
Así hoy, traemos a este blog uno de esos estudios que vendrían a confirmar que es precisamente a partir del Neolítico cuando el ser humano empezó a imponerse relaciones de carácter monógamo ¿por qué? Los científicos Chris T. Bauch y Richard McElreath en su artículo "Disease dynamics and costly punishment can foster socially imposed monogamy", nos aportan varias claves que pueden resumirse en un gran titular:
"Las enfermedades de transmisión sexual nos hicieron monógamos".
Es decir, a partir del Neolítico con la aparición de sociedades más amplias y numerosas, las enfermedades de transmisión sexual (ETS) se hicieron endémicas, perjudicando a aquellos individuos que tuviesen más relaciones y poniendo en peligro uno de los factores claves para la supervivencia de la comunidad... la fertilidad.
Para apoyar esta tesis estos investigadores han aplicado modelos de simulación matemáticos para explorar cómo las interacciones entre el tamaño del grupo, la dinámica de infección de transmisión sexual (ITS) y las normas sociales pueden explicar el tiempo y la aparición de la monogamia impuesta socialmente.
Esta hipótesis no es la primera, ni será la última, que ha intentado explicar el paso de la poligamia a la monogamia, desde hace años se llevan lanzando explicaciones e hipótesis de todo tipo: desde la elección femenina, a las dinámicas de poder masculinas, pasando por el impacto de la tecnología, la selección cultural del grupo, proporción de cuidados parentales de las crías, la aparición de la propiedad privada, o como este nuevo estudio presenta, el efecto de los patógenos.
Aunque como los mismo autores del estudio reconocen todas ellas pueden tener un fondo de verdad, ya que la evolución, al igual que cualquier otro proceso histórico, es un fenómeno evidentemente multicausal. Por lo que intentaremos a lo largo de distintas entradas presentar algunas de las muchas y muy variadas hipótesis que explican este cambio fundamental en la sexualidad del ser humano
La monogamia, un proceso más dentro de la selección natural
Por lo que este paso, esta imposición social de la monogamia, no tuvo que ser un paso sencillo. Un largo proceso donde la selección natural hizo prevalecer aquellos grupos que mejor se adaptaron al nuevo modelo económico y social que estaba surgiendo con el paso de sociedades cazadoras-recolectoras a agricultoras.
Y es que las ETS tuvieron que suponer una enorme presión para estos grupos humanos, ya que enfermedades como la sífilis, la clámide o la gonorrea pueden provocar tasas muy altas de infertilidad, provocando importantes declives demográficos.
Por lo que bajo ciertas condiciones epidemiológicas los grupos de carácter monógamo aumentarían su población en detrimento de los grupos polígamos que verían como los índices de fertilidad se reducirían.
¿Cómo se explica que estas mismas ETS no afectasen a grupos de cazadores-recolectores?
Los autores del estudio utilizando diversos modelos de simulación matemática han llegado a las siguientes conclusiones:
- Cazadores- recolectores --> Dentro de los grupos integrados por al menos 30 individuos sexualmente maduros las ventajas de la poligamia frente a la monogamia son evidentes, ya que aumentan considerablemente el índice de fertilidad. Y aunque es probable que alguna ETS pueda afectar a un grupo de cazadores-recolectores, al ser poco numerosos la enfermedad suele desaparecer rápidamente. Incluso aceptando que este brote de alguna ETS puede perjudicar la supervivencia de ese grupo, en general, el índice de fertilidad en grupos pequeños es mucho mayor en regímenes de poligamia.
Como bien explica, C. Bauch, uno de los co-autores del estudio: “En las sociedades más pequeñas, las infecciones de transmisión sexual no pueden persistir en el largo plazo, desaparecen debido a sucesos aleatorios, que son también más comunes en grupos pequeños. Por lo tanto, la poligamia no está en desventaja debido a que las infecciones no persisten".
Banda de cazadores-recolectores |
- Agricultores --> En grupos más grandes, a partir de 300 individuos, las ETS se hacen endémicas causando la despoblación del grupo. "En las poblaciones más grandes, las infecciones son capaces de persistir, y esto es lo que hace que la poliginia sea menos ventajosa que la monogamia, ya que el nivel promedio de infección es mayor en los grupos poligínicos que en los grupos monógamas” argumenta el científico de la Universidad de Waterloo (Canadá)
Cuando estos casos ocurren, si existe alguna 'facción' de tendencia monógama en el grupo, verán como su comportamiento sexual tiene una recompensa social, ya que a la larga su grupo se irá incrementado, produciéndose una dominación eventual del grupo y un cambio definitivo en las costumbres sexuales.
La imposición social de la monogamia
Con el nacimiento de la agricultura y la consiguiente sedentarización del ser humano se produce un aumento significativo de la población. En estas circunstancias hemos explicado como los grupos de tendencias monógamas a la larga se irían imponiendo sobre el resto, y aunque este paso, pueda parecer natural y lógico, las muchas y reiteradas advertencias (y castigos) que se recogen tanto en los primeros textos religiosos como jurídicos sobre los peligros de la promiscuidad nos indicarían que la imposición de este tipo de norma fue necesaria para salvaguardar la fertilidad de estas primeras sociedades.
Por lo que esta interacción entre las dinámicas sociales y naturales son claves para entender no sólo la aparición de la monogamia, sino también todo un conjunto de normas sociales vinculadas con la sexualidad humana que hasta el día de hoy las hemos aceptados como universales.
Bibliografía
Barash D. y Lipton J.E.; El mito de la monogamia: La fidelidad y la infidelidad en los animales y en las personas, Siglo XXI, 2003
Chris T. Bauch y Richard McElreath. “Disease dynamics and costly punishment can foster socially imposed monogamy”, Nature Communitacions DOI: 10.1038/ncomms11219.
[En Internet]
http://elpais.com/elpais/2016/04/12/ciencia/1460464009_412113.html
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