Magia y Sexo en el Mundo Clásico:
1.-
Tablillas de maldición (Tabellae Defixionum)
2.- Pocimas de amor (
Pocula Amatoria)
3.-
Muñecos Vudú (
Kolossoi)
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Como
ya vimos en el anterior post dedicado a la magia y el sexo, adentrarse
en este mundo es moverse por arenas movedizas, ya que en la antigüedad
los límites entre magia, religión y medicina no estaban nada claros. Una
persona podía acudir en caso de dolencia tanto a un médico como a un
mago, siendo todos los médicos un poco magos, y todos los magos un poco
médicos. Es decir, la creencia en la magia estaba tan extendida que era
igual de importante en un juicio contratar a un buen orador como lanzar
una maldición para nublar la mente o trabar la lengua de la parte
contraria.
Y es que existe un estrecha vinculación entre magia y amor, ya que ambas palabras,
venenum y
venere, comparten una misma raíz. Así con
venenum designamos
tanto el filtro amoroso para enamorar a una persona como el veneno para
matarla. Por lo que como bien indica Montero Herrero "
amor y magia tienen unos mismos rasgos comunes y participan de un
mismo <espíritu de posesión>".
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Hombre comprando una poción a hechicera.
Freso de la Casa de los Diososcuros, Pompeya. |
La figura de la bruja
Merece la pena hacer un pequeño alto en el camino y reflexionar brevemente sobre
la figura de la mujer-hechicera,
aunque en un futuro dedicaremos un post en exclusiva sobre este tema, ya que refleja
muy bien los cambios de roles que sufrió la mujer con el
establecimiento de sociedades basadas en un patriarcado muy marcado,
como pueden ser la cultura griega y romana.
Y es que todo parece indicar que fueron
las mujeres las primeras médicas de la humanidad,
pues fueron ellas las que recolectaban frutos, las que cuidaban de la
salud de la tribu, por lo que parece lógico y normal, pensar que fueron
las mujeres, quienes primero descubriesen el uso de hierbas y raíces
para paliar ciertas dolencias.
Aquí nos encontramos con una pequeña contradicción, porque mientras los
testimonios arqueológicos nos dice que eran los hombres los principales
autores de las tablillas de maldición, en la literatura es la mujer
quien practica la magia erótica para poseer a un hombre... ¿A qué se debe esta diferenciación entre distintos tipos de magia?
Todo parece indicar que poco a poco, y con la instauración de sociedades patriarcales,
fueron los
hombres quienes se ocuparon progresivamente de la
magia
positiva, es decir, aquella relacionada más directamente con la
medicina, quedando las mujeres relegadas a una práctica privada de la
magia, relacionada con su entorno más cercano e inmediato, dentro de los
límites impuestos por los hombres, es decir el ámbito cotidiano, y
donde filtros y pócimas de amor serían su mejor representación.
Y es aquí
donde entra con toda su fuerza la figura de la hechicera, pues ¿quién
mejor que una
mujer, representante de venus, sea la que realice dichos
conjuros? Una mujer "
heredera del predominio cósmico y
religioso de su fuerza antepasada", cuya naturaleza salvaje,
cambiante, pasionada, la hace poseedora de un poder que se refuerza con
la práctica de la
magia negra y toda aquella vinculada al control de las
pasiones.
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Erichtho de John Hamilton
Sexto Pompeyo consultando a Erichtho
antes de la batalla de Farsalia. |
Por lo que no nos puede extrañar las incontables referencias de la
literatura que
nos hablan de despiadadas magas, que mediante sus oscuras artes
doblegaban la voluntad de los hombres. Una imagen que pervivirá hasta la
actualidad,
la imagen moderna de la bruja... una mujer vieja,
huraña, al servicio de oscuras fuerzas, que viven en la soledad de
cuevas en lugares inhóspitos para poder realizar sus crueles ritos.
Otro estereotipo muy extendido entre estas brujas era el de su función
como
alcahuetas,
'lenae', actuando en secreto para poner en contacto a los amantes o facilitando sus encuentros,
Con
todo ello, no nos puede sorprender que desde los inicios de la
República
la magia asociada al mundo femenino fuese especialmente
perseguida y controlada, tanto la practicada en la religión oficial como
la que se practicaba en la vida cotidiana romana, como ya vimos en este
post.
Ya que como bien señala Espejo Muriel "
la magia es el único contrapoder en
manos femeninas que puede desequilibrar la perfecta armonia establecida
según el patrón masculino. Dicho de otro modo: es el arma de la que
dispone la mujer para controlar la sexualidad masculina y el ciclo
reproductor". Por lo que a pesar de de vivir durante siglos bajo
sociedades machistas y patriarcales, negándoles hasta el acceso al
saber, ellas sabrán resistir, perdurando hasta nuestros días ese vínculo
entre mujer, magia, sabiduría y medicina.
Ley y Magia
Volviendo al tema de las pócimas sabemos que éstas estaba tremendamente perseguido,
ya que podían derivar en un mal uso como
potentes venenos, por lo que su
práctica ya fue prohibida en las antiguas leyes de las Doce Tablas
(siglo V a.C.), confirmándose esta prohibición posteriormente con la
Lex Cornelia de Sicariis et
veneficiis (Ley Cornelia sobre apuñaladores y envenenadores), promulgada por Sila en el 81 aC., donde
se castigaba con la muerte el empleo de pócimas mágicas. Estos '
crimina magiae' fueron nuevamente sancionados mediante la
Lex Iulia Maiestatis, ante el temor de posibles envenenamientos a la familia imperial.
Aunque
esta legislación giraba en torno al envenenamiento o el uso de "magia
negra" contra figuras públicas, también nos encontramos con una ley más
cercana a nuestro tema, los filtros de amor, ya que existe un edicto
del emperador Alejandro Severo, que como consecuencia de las frecuentes
intoxicaciones en los lupanares de la región de Nápoles
prohibe el uso
de algunos potentes afrodisíacos como el estramonio y el
polvo de cantárida.
Pocula Amatoria
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Botellas romanas. S. I-III d.C. |
Pero a pesar de estas prohibiciones,
estos filtros de amor eran enormemente populares, y no sólo entre los capas bajas de la sociedad. Famosos son los casos del poeta
Lucrecio que se volvió loco por culpa de una de estas pociones de amor, según narra San Jerónimo en su '
Chronicon': "
Después
de beber un filtro amoroso se volvió loco, y escribió, en los
intervalos de lucidez, varios libros que Cicerón revisó. Se suicidó a
los 44 años de edad”. Lo mismo nos cuenta Suetonio sobre el emperador
Calígula que enloqueció a causa de una poción de amor que le dió su mujer Caesonia.
Aunque el caso más célebre, es sin duda el del genial
Apuleyo,
a quién se le acusó de haber embrujado a una viuda rica diez años mayor
que él, obligándola a casarse con él, mediante un potente filtro de amor
basado en un extraño y desconocido pez mágico. Esta acusación de "
Crimen Magiae"
se llevó hasta los tribunales, donde Apuleyo salió indemne ante la
falta de pruebas y de cuyo discurso ante el tribunal tenemos testimonio
en su obra '
Apologia'
Es decir, todos estos
testimonios nos dan una idea de la gran popularidad que alcanzaron estos
brebajes a pesar de que el gran maestro del amor,
Ovidio, nos advertía sobre su ineficacia (Ars.Am. II, 100-104):
"Se engaña
aquel que acude a las artes de Hemonia y da a tomar lo que arranca de la
frente de un potro recién nacido. Las hierbas de Medea no harán que el
amor perviva, ni los conjuros de los marsos acompañados de mágicos
sones".
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Mosaico de la Casa de Cicerón, Pompeya. S. I a.C. |
La popularidad de esta magia amorosa hizo que en el mercado se vendiesen toda clase de
amuletos y objetos mágicos, entre los cuales, uno de los más solicitados eran estos
filtros de amor,
cuyos precios variaban enormemente según el público destinatario. Así
las clases más pudientes pagaban enormes sumas por elexires realizados
con extraños y exclusivos ingredientes, mientras que las clases
populares se tenían que conformar, con pócimas más económicas, pero
también menos efectivas.
Una de las regiones más famosas por el poder de sus plantas para brebajes amorosos es
Tesalia, donde autores como
Lucano y
Juvenal nos hablan de las hierbas poderosas que volvían a los maridos débiles:
"Un tipo suministra salmodias mágicas, otro vende filtros/
tesalios con los que la mujer puede desquiciar la mente al marido/ y sacudirle en el culo con la alpargata"
Apuleyo,
en su 'Asno de oro' también hace mención a las poderosas
brujas de la
región de Tesalia cuyas habilidades eran requeridas tanto para enamorar
como para maldecir a la persona elegida: "
se dedicó a buscar con
sumo cuidado una bruja digna de toda confianza: la aduló, la cargó de
regalos y acabó por pedirle que consiguiera una de dos: que apaciguara
al marido para reconciliarse con él, o, si no fuera posible, que le
mandara el espectro o una cruel divinidad que lo destruyera
violentamente. La bruja aquella, muy influyente entre los dioses,
comenzó por desplegar estratégicamente los primeros artificios de sus
criminales facultades para doblegar el ánimo ofendido del marido e
inducirle otra vez a enamorarse". (IX,29)
No podemos cerrar este apartado sin hacer mención al excepcional
mosaico de
la Casa de Cicerón de Pompeya, realizado por Dioskourides de Samos,
donde podemos ver a unas actrices (por sus máscaras) representando una
obra de teatro. Son tres mujeres sentadas alrededor de una mesa
circular, dos de ellas jóvenes y otra una vieja
bruja. La presencia de vasos en la mesa sugiere que la hechicera podría
estar preparando pociones de amor, asistidos por una chica que se puede ver a la derecha.
Ingredientes de las Pociones de amor
Los
ingredientes de estas pociones de amor fueron de lo más variados: desde
tripas de rana y sapo, pasando por plumas de búhos, serpientes y toda
clase de hierbas.
Ovidio recuerda pociones de amor hechas
de vino y pelitre o hechas con pimienta negra y semillas de ortiga.
Pero
el objeto fundalmental para la elaboración de cualquier poción de amor
era poseer un objeto personal de la persona objetivo y un
mechón de cabello era uno de los elementos más habituales como bien nos relata Apuleyo en el 'Asno de Oro' (III,16):
"Y
es que se había fijado en ese muchacho ayer tarde al volver de las
termas; estaba sentado en una barbería, y me mandó que cogiera a
escondidas unos mechones de los que ya habían caído al suelo por el
corte de la navaja; cuando los estaba recogiendo a toda prisa, me
descubrió el barbero, y como ya tenemos la mala reputación de
hechiceras, me agarró y me increpó de malas maneras: <¡Mala puta!
¡Pendón! ¡ Por qué no dejas ya de robar los cabellos de estos apuestos
jóvenes? Si no dejas esa mala costumbre, te voy a denunciar a los
magistrados>".
|
Circe ofreciendo la copa a Odiseo,
Waterhouse 1891.
Galería de Arte de Oldham. |
Pero también tenemos filtros de amor realizados mediante los
métodos más crueles,
brujas que sacrificaban niños para sus brebajes más poderosos. Horacio
nos habla de tres famosas brujas Canidia, Ságana y Veya (Hor. Epodos,
V. 31 ss.) que no dudan en extraer el hígado y la médula a un niño para
elaborar un filtro amoroso para atraer a Varo:
"... mientras sin piedad Veya con duro
legón cavaba jadeante por que el enterrado niño muriese tras ver cómo le
cambiaban la comida al día dos veces o tres, sacando la cabeza al modo
de quien flota en agua hasta la barbilla; y luego, extraído el hígado
sexo y la médula, hechizo de amor serían cuando sus pupilas se apagasen
fijas en el vetado alimento".
Y aunque estos
testimonios tan cruentos nos pueden parecer más propio de las fantasías
literarias que de la realidad, en la tumba de un niño del
Esquilino, antiguo cementerio de Roma, puede leerse: "
Vivía en mi cuarto
año, pero ahora estoy bajo tierra cuando podría haber sido la alegría
de mis padres. Una bruja cruel tomó mi vida y ella aún sigue viva
practicando sus peligroso artificios. Vosotros, padres, cuidad de
vuestros hijos si no queréis que el corazón se os rompa a causa de la
desesperación".
Otro testimonio que nos transmite un visión negativa de la magia de brujas y hechiceras nos lo vuelve a brindar Apuleyo que en su libro III, 17-18, nos describe con gran detalle un
taller de magia doméstico:
"subió hasta el tomasol en la parte posterior del edificio, que está abierto a los cuatro vientos, y dispone de amplias vistas, donde suele poner en práctica sin molestias sus artes de magia. Lo primero que hizo una vez allí fue preparar su aciago laboratorio con el instrumental acostumbrado: aromas de toda clase, láminas grabadas con signos indescifrables, restos de naufragios, innumerables miembros de cadáveres hasta hace poco clavados en la pared, sangre de asesinados, mutiladas calaveras arrancadas de las fauces de las fieras.... [...] Se puso luego a salmodiar sobre entrañas aún palpitantes, y comenzó el sacrificio derramando líquidos varios".
BIBLIOGRAFÍA
- Espejo Muriel, C.; Pócimas de amor: Las magas en la antigüedad,
Iberia 2 (1999),33-46.
- Montero Herrero, S.; El mago y la hechicera. Poder y marginación en el
Imperio Romano,
Religions del món antic 5 : la màgia : V Cicle de
Conferències : Palma, del 14 d'octubre al 2 de desembre de 2004 / coord.
por María Luisa Sánchez León, 2006 , págs. 121-148.
-
Ramírez López, B.; El pensamiento antiguo y la magia en el mundo romano:
el ritual de necromancia en la Farsalia de Lucano,
Eúphoros, Nº. 7,
2004, págs. 63-90.
-Vázquez-hoys, A.M.; Aspectos mágicos de la Antigüedad.
Boletín de la Asociación de Amigos de la Arqueología, nº 21, junio 1985.
[En Internet]
http://www.historiacocina.com/especiales/articulos/sexualidadmedicaroma.htm
http://antiqua.gipuzkoakultura.net/magia_remedios_literatura_grecolatina_medea.php