domingo, 12 de abril de 2015

Magia y Sexo: Kolossoi, los muñecos vudú de la antigüedad

Magia y Sexo en el Mundo Clásico:

1.- Tablillas de maldición (Tabellae Defixionum)
2.- Pocimas de amor (Pocula Amatoria)
3.- Figuras de vinculación (Kolossoi)
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Figuras de Vinculación

Kolossoi del Louvre.
Uno de las manifestaciones más sorprendentes -y siniestras- de la magia en la antiguedad, son los conocidos como "muñecos de vudú" de la antigüedad, que a pesar de que por su aspecto nos puedan recordar a los muñecos de maldición haitianos, estas figuras en el mundo grecolatino suelen estar más vinculadas a la magia amorosa, buscando con ellas atraer el amor de la víctima.

Estas figurillas, denominadas "kolossoi" por los antiguos griegos, estaban realizadas en bronce, arcilla o cera y su uso es muy similar al de las tablillas de maldición, incluso muchas veces ambos elementos aparecen conjuntamente, reforzando de esta forma el hechizo o la maldición amorosa.

Estas figurillas también se enterraban en lugares vinculadas a divinidades subterráneas,  cementerios, cruce de caminos, lugares con agua. Y se activaban escribiendo el nombre de la víctima sobre la figura, potenciando su magia a través de nudos, lazos y clavos, es decir,  la figura era atravesada mediante clavos en puntos de órganos vitales, como ojos, cabeza, extyremidades u órganos sexuales.

Aunque hay que señalar que su número es bastante inferior al de las tablillas de maldición, posiblemente porque estos muñecos serían considerados como una magia mucho más potente, peligrosa y extraña a los habitantes del Imperio romano.

Su morfología varía desde piezas toscas y sin apenas rasgos humanoides a otras ricamente elaboradas.

 
Kolossoi confinado en una caja de plomo.


Origen

El origen de estas figuras parece remontarse al Antiguo Egipto, apareciendo de forma habitual bajo la Dinastía XII, aunque en este caso, estaban vinculadas a la magia negra, ya que se usaban para maldecir a los enemigos del faraón.

Estas figurillas realizadas en barro, madera o cera, aparecían arrodilladas o con los brazos o piernas atadas, y sobre ellas aparecían inscritos textos de maldición. Posteriormente se destruían o se enterraban en algún lugar próximo a una tumba, buscando no sólo acabar con la víctima en el mundo terrenal sino también exterminar el alma de la víctima en el más allá.

Estas figuras se extendieron por todo el ámbito mediterráneo, aunque con diferencias regionales sobre su uso y significación:

Kolossoi.
- de carácter protector: Vinculando de esta forma a ciertas divinidades protectoras a un lugar concreto.
- de carácter execratorio: maldiciendo a cierta víctima mediante un conjuro negativo.
- de carácter defensivo: para la protección de fronteras, lugares públicos o privados.
- de carácter amaroso: para propiciar la unión de dos personas, su fidelidad o incluso maldecir a un posible rival.


Al mundo griego llegan alrededor del siglo IV a.C., con un uso más vinculado a actividades de protección contra el mal de ojo y fuerzas negativas. De ahí pasará al mundo romano, donde alcanzarán gran auge, especialmene en las zonas mediterráneas y orientales del Imperio.


Materiales

Normalmente son de algún tipo de metal, bronce, plomo, hierro (ya dijimos en anteriores post que los metales están más en contacto con el mundo telúrico por lo que sus efectos son más potentes), pero también se han encontrado kolossoi realizados en madera, barro o cera.

Las imágenes suelen ser algo abstractcas, aunque también encontramos otras esculpidas con gran esmero, normalmente aparecen desnudas y con sus atributos sexuales muy exagerados, especialmente aquellas destinadas a usos amorosos o de protección contra el mal de ojo.

Su vinculación con la víctima se realiza mediante la inscripción de su nombre o sus siglas en la figura, a veces escrita con tinta roja. Su efecto será mayor si se incorpora algún elemento personal de la víctima ya sea cabellos, uñas,...

Otra característica es que aparezcan con los brazos atados detrás de la espalda, y cuanto más lazos o nudos alrededor de cabeza, cuello o extremidades mayor potencia tendrá el hechizo, ya que también los nudos están muy vinculados a la magia de carácter vinculante.

Para potenciar el efecto del hechizo o la maldición a la figura se le traspasa con clavos o agujas realizados en hierro o bronce, aunque también hay ejemplos de figurillas atravesdas mediante colmillos de animales. El número de agujas clavadas también suele tener un componente simbólico por lo que es habitual que se utilicen número mágicos como el trece o el siete. El trece para los griegos era un número relacionado con la mala suerte o la desgracia, ya que para ellos el doce era sinónimo de perfección y equilibrio, por lo que el trece significaba alterar este equilibrio.

También es habitual que se ampute o destruya parcialmente algún miembro de la figurilla para potenciar el hechizo.

Finalmente, algunos de estos 'kolossoi' suelen estar confindados en cajas de plomo, calderos de bronce o vasijas de arcilla, los cuales también presentan inscripciones.


Kolossoi enterrados junto a cajas de plomo.


Hechizos y Testimonios en la literatura antigua

Los textos antiguos, como ya vimos en los anteriores capítulos, son muy abundantes en referencias al uso de la magia amorosa, aunque aquellos que nos hablan del uso de este tipo de figurillas suelen ser menos numerosos, también contamos con una buena muestra.

Donde encontramos más referencias sobre estos muñecos vudús es en los Papiros Mágicos Griegos (PGM IV, 330-335), donde podemos leer todo tipo de instrucciones sobre su uso:

Toma una lámina de plomo y graba en ella la misma fórmula (“atravieso tal miembro de fulana, para que no se acuerde de nadie, salvo de mí, fulano”) y recítala, y atando la lámina a las figurillas (...), cuando el sol se oculte, ponlos junto a la tumba de uno muerto antes de tiempo o de uno muerto de forma violenta...

Ovidio (Amores 3, 7, 49) por otro lado, nos habla del uso oscuro que podían tener estas figurillas al ser utilizadas como magia negra, justificando su impotencia por la posibilidad de que alguien hubiese estado utilizado una muñeca vudú conta él:

"No será que mi cuerpo languidece embrujado por algún veneno de Tesalia?; no será que ensalmos y hierbas, ¡desgraciado de mí!, me están haciendo daño, o que una hechicera [Dipsas] ha grabado mi nombre en mi amarillenta cera y una aguja afilada ha penetrado en mi hígado?... ¿Qué es lo que prohibe que también los nervios se emboten mediante artes mágicas? Quizá provenga de aquí mi impotencia."

Los testimonios registran otro tipo de práctica mágica amorosa relacionado con este tipo figuras, en este caso se utilizaban dos pequeñas estatuas, una de cera y otra de barro. Se ponían ambas al fuego, la de cera, al fundirse, representaba el corazón de la persona deseada; la segunda, al ser de arcilla se endurecía, simbolizando ese mismo corazón despreciando al resto de amantes.

El kolossoi del Louvre

Uno de los kolossoi mejor conservados se trata del conservado en el Museo del Louvre, está realizado en arcilla, procedente de la ciudad de Antinoopolis y datado entre los siglos II o III d.C.  Por las inscripciones se sabe que la finalidad de la figurilla era atraer amorosamente a una mujer llamada Ptolemais.

La figura representa a una mujer con los brazos y piernas atados por detrás de la espalda, siendo atravesada por trece agujas. Fue hallada en el interior de una vasija de arcilla, acompañada de un lámina con un hechizo de amor inscrito en griego.



Bibliografía

Martín Hernández, R.; Invocaciones a los muertos en los textosgriegos mágicos, Universidad Complutense de Madrid

Sanchez Natalías, C.; Muertos mágicos: defixiones en contexto necropolitano, Universidad de Zaragoza - Università degli Studi di Verona



sábado, 11 de abril de 2015

Salas secretas en los Museos: entre el erotismo y la pornografía

Las 'Salas Secretas' de los Museos:
1.- Gabinete de Objetos Obscenos de Nápoles
2.- British Secretum, el armario 55
3.- Salas secretas y pinacotecas eróticas en la España Moderna
3.1.- La Sala Secreta del Museo del Prado
3.2.- Los gabinetes reservados de los nobles
5.- El Infierno de la Biblioteca Nacional Francesa
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Almuerzo sobre la hierba, Manet, 1863.

Arte, Arqueología y Censura: entre el erotismo y la pornografía.

 
Con esta entrada queremos realizar una pequeña reflexión sobre uno de los aspectos más polémicos del mundo del arte y de la arqueología, la línea divisoria entre arte, erotismo y pornografía; y su repercusión en la formación de 'salas secretas' en las principales colecciones de arte del mundo. Una línea divisoria que ha estado en constante movimiento desde los inicios del arte, avanzando y retrocediendo ante las imposiciones morales y/o estéticas de las diferentes culturas o ideologías imperantes.

Así a lo largo de la historia hemos visto como esta censura moral ha afectado especialmente al mundo del arte, incluyendo entre las obras afectadas algunas obras cumbres de la historia del arte universal: desde las pinturas de la Capilla Sixtina, pasado por las amputaciones de penes a todo tipo de esculturas clásicas, finalizando con la destrucción de obras de arte por ser consideradas impías u obscenas. Pero esta censura, que nos puede parecer propia del pasado, se sigue ejerciendo en instituciones tan universales y respetables como el British Museum o tan modernas e innovadoras como el Museo de Arte Moderno de París.

Sería innumerable hacer aquí una lista de obras de arte universales que se han visto afectadas por esta censura, a raíz de lo cual han pasado muchos años ocultas en salas secretas o envueltas en constantes polémicas sobre su exhibición pública: 'Danae y Zeus' de Tiziano, 'La Venus del espejo' de Velázquez, 'La maja desnuda' de Goya, 'El sueño' y 'El origen del mundo' de Gustave Courbet, 'El almuerzo sobre la hierba' de Manet, ...

Adán y Eva expulsados del Paraíso Terrenal (1425-1428), de Masaccio.
Capilla Brancacci de Florencia (Italia). 
En 1987, la recuperación de los atributos masculinos de Adán tras la restauración del fresco
provocó un pequeño escándalo. A la izquierda, antes; a la derecha, después.

Pero esta censura, no sólo se ha limitado al mundo del arte, el mundo de la arqueología, a pesar de ser una ciencia reciente, también ha estado sometida a una estricta censura en todo lo relativo a la sexualidad humana.

Así aunque los primeros estudios sobre piezas de carácter erótico albergaban ciertos rasgos de incomodidad o extrañeza, no los tachaban de obscenos, sino más bien como un rasgo singular de civilizaciones antiguas. Pero muy pronto, esta concepción "abierta" derivó hacia una concepción mucho más restringida, propia de la moral de la época, pasando a ser considerados como objetos 'impropios', incluso 'obscenos'.

Por lo que los investigadores y estudiosos de este tipo de objetos fueron duramente criticados, al considerar la comunidad científica que abordar estos temas relacionados con la sexualidad era un tema menor y sin ningún interés científico, por lo que algunas obras científicas sólo pudieron ser publicadas en editoriales dedicadas a la pornografía.

Bajo este panorama, las piezas de claro componente erótico/sexual que finalmente acababan en los museos fueron arriconándose y ocultándose en armarios o salas secretas, catalogándose bajo una nueva clasificación tipológica: objetos obscenos. Las publicaciones donde se describían estos objetos también eran de acceso restringido, incluso muchas veces sus descripciones se realizaban en latín, para mantener estas obras sólo al alcance de personas 'intelectual y moralmente' bien formadas.

     'La Venus del Espejo, Velázquez.
National Gallery de Londres.

Todo esto hizo que estas piezas tuvieran un halo de exclusividad y misterio, siendo muy codiciadas en ámbientes de coleccionistas y anticuarios, algunos de ellos, especializados en este tipo de arte. Contamos con dos ejemplos muy representativos de este tipo de coleccionistas:
- El médico George Witt quién donó su gran colección de falos al British Museum, dando origen al famoso 'Secretum' contenido en el armario 55.
- El coleccionista turco Khalil Bey, embajador de Turquía en París, quién encargó y compró numerosas piezas de arte con alto contenido erótico, siendo uno de los mayores coleccionistas de pinturas 'pornográficas', teniendo en sus manos obras como 'El baño turco' de Ingres o los cuadros de Courbet 'El origen del mundo' o 'El sueño'.

Incluso, aún hoy en día, las mayores colecciones de objetos eróticos siguen estando en manos de coleccionistas privados.

El sueño, G. Courbet, 1866.
Museo del Petit-Palase, PArís.

'Pornografía' un concepto muy museístico

Ya vimos en este blog, como la introducción de la imprenta supuso toda una revolución en la difusión de imágenes consideradas obscenas, permitiendo el inicio de una democratización de la cultura erótica y pornográfica, antes reservadas para ricos personajes que pudiesen permitirse la compra o el encargo de pinturas, esculturas o incluso libros ilustrados manualmente con representaciones de carácter erótico.

Es Walter Kendrick, en su obra precisamente llamada 'The Secret Museum' quien otorga a la palabra pornografía un origen de uso moderno, muy relacionado con el mundo de la museística, ya que es durante la excavaciones de Pompeya y Herculano y debido al gran número de piezas encontradas con connotaciones sexuales y eróticas, cuando se abre el debate acerca de lo que puede y no puede ser visto públicamente.

Figuras fálicas de cerámica. Pompeya.
El asombro según avanzaban las excavaciones ante las innumerables pinturas, esculturas, mosaicos y objetos de uso cotidiano de alta carga sexual hizo que las autoridades se planteasen la creación de un sala especial donde albergar todas estas piezas. Y aunque como veremos en próximos capítulos estas salas ya existieron en palacios reales desde el siglo XVI, es ahora, con la configuración de los primeros museos de carácter moderno cuando se crea un muro oficial entre lo que las autoridades consideran artísticamente moral y lo que no.

El primero en utilizar la palabra 'pornografía' en su uso moderno fue el historiador de arte alemán C.O. Müller, que la utilizó para definir los objetos contenidos en el Gabinete de Objetos Obscenos de Nápoles. De esta forma, incluso el Diccionario inglés Webster definía en 1864 la palabra 'pornografía' como «aquellas pinturas obscenas utilizadas para decorar los muros de las habitaciones en Pompeya, cuyos ejemplos se encuentran en el Museo Secreto».
 
Así para Kendrick es con la creación de este primer 'Gabinete Secreto' oficial cuando se funda el actual concepto de pornografía en la modernidad occidental, estrechamente vinculado al control de los límites de lo aceptado moralmente así como de lo que puede ser visible públicamente. Aunque recuerda que estos cánones morales han estado férreamente controlados y dirigidos por el hombre aristocrático occidental, quienes se alzan como protectores morales de los demás sectores sociales: mujeres, niños y clases sociales menos pudientes.

Conclusión:


El Baño turco, Ingres,
Museo del Louvre, Paris.
Así como hemos visto, estas ideas restrictivas respecto a los objetos de mayor carga erótica fueron ocultados para el gran público, y lo que es más grave, los estudios científicos relacionados con este campo, siempre fueron incompletos, llenos de tapujos y complejos, incluso se excluían estas piezas de los catálogos o trabajos generales.

Este dilema se ha visto reflejado en el acceso a la cultura y en la configuración de los actuales museos, que siguen arrastrando muchas de las consecuencias de esa moralidad 'victoriana' que impregnó las instituciones científicas y académicas, con un retraso evidente en los correspondientes estudios sobre sexualidad o en la ausencia de este tipo de objetos en las colecciones expuestas en los museos.

Este debate que podemos creer superado, no lo está tanto, sólo hace falta asomarse a la hemeroteca reciente par darnos cuenta de que no es así, y que esa línea entre arte, erotismo, pornografía y moral sigue siendo muy difusa.

Con todo ello podemos decir que el arte es un arma antigua y poderosa, muchas veces utilizada a favor de los grupos más poderosos, otras veces convertida en un arma imposible de controlar, siendo el primer bastión de la libertad, removiéndose contra el sistema y abriendo camino para la conquista de nuevas libertades.

Como bien señala Roberto Rosique en su artículo "Arte y (Post)Pornografía": "El arte no corrige prejuicios ni destruye dogmas, el arte plantea las cosas desde la libertad que le da sentido a él mismo". Y es que si los museos son el reflejo de como una sociedad observa su pasado, sus colecciones y obras expuestas también nos hablan de las actitudes culturales y morales de esa sociedad.


Bibliografía:

http://lasdisidentes.com/2012/08/12/museo-basura-urbana-y-pornografia-por-beatriz-preciado/